Una madre nos consulta sobre las razones que pueden inducir a un adolescente a mentir.
Las razones para mentir pueden ser varias, pero todas tienen en comun el mismo factor: el miedo. El miedo a las consecuencias de los actos no aceptables, el miedo a no ser querido por no tener un buen comportamiento, el miedo al castigo, el miedo a perder privilegios, siempre el miedo…
Cuando con 20 años se tiene adquirido un hábito desde pequeño, es mas trabajoso modificarlo. Pero nunca es tarde…si la dicha es buena. Así que manos a la obra y vamos a intentar que tu hijo comprenda bien ahora este axioma moral: *la verdad nos hace libres*. Y la libertad es un bien muy querido por la juventud.
Pero la libertad no se obtiene con un simple deseo. No es hacer continuamente lo que me gusta…Es: sentirse libre de cadenas internas y externas para hacer lo que creo que me conviene para realizar mi proyecto personal de vida, para llegar a ser el que siempre he deseado ser en el fondo de mi corazón. Como todo lo valioso en la vida no es fácil conseguir la libertad íntima. Hay que trabajarla a través de la verdad. La verdad para saber la vocación íntima, *quien quiero ser. *Nadie puede sustituir a cada cual en su búsqueda por llegar a ser.
Tu hijo tiene que comprender que él será lo que en el fondo de su corazón sea y trabaje. No lo que piensen los demas, no lo que él diga que es…sino lo que es.
«Somos lo que hacemos», decía el filósofo Ortega y Gasset, y si tu hijo miente, es un mentiroso. Y en su corazón él lo sabe. Y se despreciará por ello. Y si no se gusta, si él mismo no se aprecia, no dejará de decir mentiras para aparentar ser quien no es…es un círculo vicioso del que solo se puede salir con el círculo contrario, el círculo virtuoso : porque para pensar y decir la verdad* es preciso tener valor. Y el valor se obtiene con el ejercicio diario de decir la verdad. C*omo el músculo biceps al hacer gimnasia. Todo es cuestión de empezar. De entender que su futuro está en sus manos, en el trabajo y mérito que realice, está en el hondón de su corazón, allí donde nadie puede engañarse.
Querida amiga, a usted le corresponde hablar de todas estas verdades con sus hijos…demostrar con abrazos y besos lo mucho que les quiere y asegurarles que siempre les querrá, pero además del amor existe la admiración y el orgullo de cada madre al ver a sus hijos esforzarse por ser cada día mejores personas…algo que corresponde a cada hijo conseguir.
¿Y tú que opinas?
1 Comentario
El hábito de mentir, si no se corrige a tiempo, se puede transformar en un trastorno de la personalidad de adulto, que podríamos llamar ‘seudologia fantástica’ que es la costumbre de inventarse una vida, unos acontecimientos y una historia propia a base de mentiras para causar una IMPRESIÖN de admiración en los espectadores.
Por un lado, existe el deseo común de todos los niños/niñas de ser dignos de amor ; y por otro lado, cada niño/niña tiene la duda sobre si es digno de ese amor.
El chico mentiroso toma el atajo de robar atención y aprecio por la vía del engaño (las palabras son cómodos sustitutos de los hechos) y en vez de por su propio mérito, busca ser querido por sus mentiras. Miente por miedo.
¿Qué puede hacer Usted? Pues muchísimo. Porque como madre tiene el recurso que su hija más necesita: el amor, la atención.