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Morder a los 6 años

Una madre nos pregunta si debe inquietarse porque con 6 años su hija sigue mordiendo a otros niños

Hace muy bien como madre en ocuparse del tema y no pasarlo por alto pues ningún problema educativo se soluciona solo. Una respuesta rápida y consecuente en casa y en el centro escolar puede ayudar a los niños que muerden a aprender a expresar sus sentimientos mediante las palabras, de modo que lleguen a ser más capaces de controlar su comportamiento (Claffey, Kucharski y Gratz, 1994; Garcia, 1999).

Los expertos psicólogos sugieren que la fase de morder puede ser una fase más del desarrollo normal para bebés y niños hasta los dos años de edad, sin casi ninguna importancia duradera en el desarrollo de los niños. (La Asociación Nacional de la Educación de Niños Pequeños estima que 1 de cada 10 niños de 1 o 2 años de edad demuestra comportamientos de morder). Ya que la mayoría de incidentes de morder se deben a la etapa del desarrollo del niño, los expertos recalcan que el morder no es motivo de echar la culpa al niño, a los padres o a los maestros…

Por ejemplo los niños de hasta tres años de edad, mantiene Oesterreich, no disponen del lenguaje necesario para controlar una situación, o sus intentos de comunicarse no se entienden o no se respetan. El morder para ellos pude llegar a ser un modo poderoso de comunicarse y de controlar a otros y el ambiente. El morder demuestra la autonomía y es una manera rápida de obtener un juguete o llamar la atención.

Sin embargo, a partir de los cinco años el morder podría indicar otros problemas de comportamiento, especialmente si son frecuentes los incidentes de morder.

¿Qué se puede hacer? En primer lugar preguntar al niño por qué muerde. Escucharle. En segundo lugar corregirle respondiendo inmediatamente. Los bebés tal vez todavía no entiendan la diferencia entre morder un juguete y morder a una persona, pero con cinco años evidentemente sí. Es necesario ofrecer al niño que muerde un mensaje repetido en un tono sincero que comunique el dolor que los otros reciben: «¡Huy! Pepe, ¡eso duele!» . Los expertos recomiendan muy enfáticamente que los cuidadores y padres no muerdan al niño que muerde como castigo o para mostrarle cómo se siente uno cuando se le muerde. El morder por parte de un adulto como forma de castigo le comunica al niño que la violencia es aceptable.

Algunos expertos recomiendan utilizar el “tiempo de banquillo» (estar fuera de juego, o tiempo de silencio, una forma buena de castigar a los niños pequeños, puede ver este tema en www.fundacionbelen, entrar en base de datos y entrar en desobediencia). Es decir apartar al niño que muerde de la situación sin movimientos dramáticos, sin prestarle demasiada atención, ni darle una respuesta emotiva que podría entender como un reforzamiento negativo. Simplemente que el niño entienda que a un comportamiento inadecuado (morder) obtiene silencio y “tiempo de banquillo”, justo lo contrario de lo que el niño buscaba.

Otros expertos (Greenman, 1995) sugieren reforzar la enseñanza y ayudarle a desarrollar y utilizar sus habilidades de comunicación expresiva en vez de morder, para que puedan aprender a «usar palabras» para comunicar sus sentimientos. Es decir fomentar el uso del lenguaje por el niño para mejorar su desarrollo cognitivo ayuda a reducir los comportamientos de morder. Por ejemplo, si otro niño le está quitando un juguete a un niño que tiene antecedentes de morder, los cuidadores pueden enseñarle a decir: «No te lo voy a dar y menos a la fuerza”, “No, alto ahí, que esto es mío», «No, te toca esperar, ahora lo tengo yo», “No, pero si quieres jugamos juntos” etc. Si en el centro escolar un niño muerde más de una vez al día durante toda una semana, los peritos recomiendan intentar romper el ciclo con una variación de las actividades y el horario del niño. El personal podría seguir de cerca durante 2 semanas al niño con un problema severo de morder para impedir este comportamiento, ya que hay alguna evidencia de que si el personal puede impedir el morder durante este plazo, el comportamiento disminuirá a largo plazo.

Para ayudar a su niña es preciso por parte de los adultos (tanto en casa como en el centro escolar) entender la razón de su frustración al morder, y es necesario hacerle a ella entender que no es una respuesta correcta el morder.
Hable muy a menudo con su niña sobre lo que está bien y mal: al leer un cuento, al ver una película, al pasear por el parque. Dele muchos besos y abrazos siempre que la vea y muchos mas cuando realice una cosa bien. El amor es el mejor regalo. Mantengase en contacto con su asesora en el centro escolar para, entre todos, con firmeza, paciencia y sobre todo perseverancia aplicar las medidas, y confie en obtener buenos resultados.

Para saber más: Los niños que muerden

¿Y tú que opinas?

1 Comentario

  1. 1 Arturo Nuñez

    Hey que genial está tu pagina, lo voy a poner a mi Reader!, Que por cierto, tienes que visitar mi padre blog, y compartamos contenido.

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  1. psicologos salamanca

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