Una abuela que vive en una región donde la costumbre es llamar a cada persona por un mote, que alguien se inventa siempre con mala idea, nos pregunta cómo conseguir que su nieto de 7 años no sea «el nieto de»
Respecto a los apodos, hay que admitir que es dificil luchar contra las modas sociales, pero tampoco imposible. Hay un refrán en español muy adecuado «A palabras necias, oidos sordos». No se dé por enterada, no conteste, ignore a quien llame por el apodo.
Y respecto a su nieto, no sufra, luche. Sin duda los niños aprenden y lo que es mas grave copian todo lo que ven hacer y oyen decir a sus papás.
El aprendizaje por mímica es el primero en la infancia. Pero no es el único método de aprendizaje. Afortunadamente. Las abuelas pueden ayudar en educación mucho con constancia y paciencia, con premio y castigo. El peor castigo para un niño es no recibir atención.
Silencio. Y al cabo de dos minutos le tiene que explicar al niño: «no te he hablado porque estaba enfadada por tu comportamiento anterior»: no se dicen malas palabras, no se quita el juguete al hermano, no se tira al suelo el libro…
Y su mejor premio: una sonrisa, un beso o palabras de aliento: «muy bien»,
«que bueno eres», «bravo»…siempre que la conducta de su nieto sea la correcta, es decir cuando da las gracias, cuando pide las cosas «por favor», cuando saluda a la vecina con un «buenos días»…Usted está ayudando a reforzar la educación de su nieto en positivo. Y la repetición es una buena fórmula de aprendizaje también durante la niñez. Así que no se canse de repetir «¿cómo hay que pedir las cosas?»,
«¿qué se dice después?»
¿Y tú que opinas?