Nos pregunta una madre recién divorciada con tres hijos pre-adolescentes qué debe hacer para que le obedezcan
La pre-adolescencia es una edad díficil por doble motivo, físico y psicológico y a esa dificultad hay que sumar el trauma que han sufrido con la separación de sus padres…Ponte en el lugar de tus hijos, muy en especial en el lugar de tu hijo, y piensa en lo mucho que ha tenido que sufrir con vuestro divorcio y con esos años de separación. A este sufrimiento súmale la necesidad que tienen los chicos de tener una fugura paterna al lado para tener modelo de referencia.Y comprenderás todo su malestar. ¿Qué hacer?. Pues el mejor remedio es amor y comprensión incondicional al mismo tiempo que marcas con claridad los límites de su comportamiento. Tienes que «reconquistar» el respeto, cariño y admiración que los hijos deben a su madre con tu ejemplo, abnegación, sacrificio y trabajo. Es toda una tarea: apasionante, diaria y muy trabajosa. Pero puedes y tienes que conseguirlo. Plántealo como tu gran aventura emocional. Será el gran logro de tu vida: hacer de tus hijos un hombre y una mujer valientes, fuertes, capaces de ganarse la vida de forma independiente y felices.
La felicidad es algo que se contagia, así que tienes que ser tú feliz también. Y en primer lugar. Haz una lista con las personas que más quieres. Una lista con las acciones que más deseas, y una tercera lista con las «cosas» que más te ilusionan. A bote pronto, sin pensar mucho. Sólo para tí. Y después de tres días relee las listas. Y tacha lo que no te parece importante hasta quedarte con menos de 5 personas, cinco acciones y cinco «cosas»…Y proponte fórmulas para amar y cuidar mejor a esas 5 personas, inventate excursiones, viajes, salidas al cine, paseos por la playa…Después busca fórmulas para conseguir las otras dos listas. Y procura durante todo el año que viene cumplir tus deseos.
Es preciso cuidar nuestro espíritu tanto como nuestro cuerpo para conseguir la verdadera felicidad, y así podrás repartirla entre tus hijos.
¿Y tú que opinas?