Un padre con comenta desesperado que su hijo de 16 años no quiere trabajar y dejó los estudios con 14 años a pesar de que un psicólogo le ha dijo que era muy inteligente.
Tu hijo necesita encontrarse a sí mismo, descubrir qué es lo que le gusta, lo que le emociona, lo que le puede apasionar hacer durante horas. Como decia Cervantes «tu mismo te has labrado tu fortuna». Cada persona, todos, somos responsables de nuestra propia vida, de buscar nuestra felicidad a través de las actividades y trabajos que realicemos y de hacer felices a cuantos nos rodean. Tu hijo tiene que soñarse, pensar o mejor imaginar «quien quiere ser». Y después buscar un trabajo que le guste, y si no es posible encontrar ese trabajo, tiene que hacer cursos que le faciliten en un futuro encontrar ese trabajo.
Como padres tenemos el deber de dar «raices y alas» a nuestros hijos, pero ellos tienen el deber de desarrollar esas raices y alas con tu trabajo diario. Se deben sentir siempre queridos, siempre estimulados para el trabajo, castigados cuando procede, premiados cuando lo merecen y admirados según sus actos.
Tu hijo tiene que buscarse, encontrarse y realizarse como persona, tarea nada fácil, pero apasionante. La verdadera y única aventura vital. Que sólo él puede realizar.
¿Y tú que opinas?