Una prima nos escribe el intento de suicidio de su primo adolescente
Un intento de suicidio hay que tomarlo muy en serio. Es un claro signo de grave desequilibrio emocional que necesita tratamiento urgente. Tiene que solicitar consulta médica. Y seguir su tratamiento al pie de la letra.
Desde el ámbito familiar se debe y se puede contribuir a modificar las actitudes peyorativas hacia los enfermos mentales evitando utilizar calificativos tales como «anormales», «tarados», «locos», y modificando las interpretaciones del sufrimiento emocional al considerarlo como una «cobardía», «una incapacidad», «una blandenguería» y otras
calificaciones que inhiben las posibilidades de buscar apoyo en quienes las padecen.¿Qué puede hacer la familia para prevenir un nuevo intento de suicidio? Intentar poner en marcha los protectores psico educativos. ¿Cuáles son?
- Poseer habilidades sociales, que permitan al joven integrarse en los grupos deportivos, artísticos, científicos formados en su escuela y en su comunidad de forma positiva
- Poseer confianza en sí mismo, para lo cual el joven debe ser educado en positivo, destacando sus éxitos, sacando experiencias positivas de sus fracasos y no humillarlos ni crearles sentimientos de inseguridad.
- Tener valor para enfrentar situaciones difíciles, pero siempre de acuerdo con sus posibilidades. Esta precaución evitará al joven someterse a eventos y contingencias ambientales en las que probablemente fracasará, reservando sus energías para abordar aquellas empresas en las que tiene posibilidades de triunfar.
- Tener capacidad de autocontrol sobre su propia vida, como dijera el poeta chileno Pablo Neruda, cuando expresó: «Tú eres el resultado de ti mismo».
- Aprender a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario.
- Tener capacidad para desarrollar la propia inteligencia y aprender habilidades para resolver problemas.
- Saber buscar ayuda en momentos de dificultades, acercándose a la madre, el padre, los abuelos, otros familiares, un buen amigo, los maestros, el médico, el sacerdote o el pastor.
- Ser receptivo a las experiencias ajenas y sus soluciones, principalmente aquellas que han tenido éxito. Ser receptivo ante las nuevas evidencias y conocimientos para incorporarlos a su repertorio.
- Tener criterio de pertenencia.
- Mantener buenas relaciones interpersonales con compañeros de estudio o trabajo, amigos, maestros y otras figuras significativas.
- Lograr una auténtica identidad cultural.
- Poseer habilidades para emplear adecuada y sanamente el tiempo libre.
- Evitar el consumo de sustancias adictivas (café, alcohol, drogas, tabaco, fármacos, etc.)
- Aprender a posponer las gratificaciones inmediatas por aquellas a largo plazo que arrojen proporcionen resultados duraderos.
- Desarrollar una variedad de intereses extra hogareños que permitan al adolescente equilibrar las dificultades en el hogar si las tuviera.
- Saber confiar y saber expresar a personas fiables aquellos pensamientos dolorosos, desagradables y molestos, incluyendo las ideas suicidas u otras,
por muy descabelladas que pudieran parecer.
¿Y tú que opinas?