Un padre nos escribe preocupado porque su hija de 13 años se deja influir por las amigas
Para que su hija sea menos influenciable es preciso potenciar su personalidad y aumentar su autoestima. A los 13 años en esta importante tarea el papel de los padres es fundamental.
Primero porque los hijos se miran en el espejo de nuestros ojos, a los 13 años y a los 20. Nuestras expectativas sobre cada hijo le señala el salto que debe emprender. Nuestra mirada debe contener cariño y admiración a partes iguales, por cómo es nuestra hija y por todo lo que puede conseguir. Influimos con la mirada en su autoestima y con cada comentario positivo: por ejemplo dígale a menudo: «qué bien lo has hecho¡», «cómo me gustan tus ideas», «qué bien piensas», «cuanto sabes para tu edad», «que bien te has peinado», «que guapa estás»,»que bien me ayudas», y sobre todo deben repetir muchas veces (padre y madre) y aderezado con un abrazo «cúanto te quiero»…Este tipo de comentario debe ser habitual, diario, durante la preadolescencia y es constructor de autoestima.
Segundo porque hasta los 13-14 años los hijos pasan el 75% de su tiempo en el hogar. Usted tiene tiempo para dedicarselo a su hija teniendo muy en consideración sus gustos y aficiones. Puede salir por las tardes un ratito con su hija de compras y requerir su consejo: «¿qué te parece este jersey para mí?», ¿y para tu madre qué le podría gustar?», «¿te gusta esto para la cena de Navidad?», «¿que película te gustaría ver?». Tiene tiempo para ir de excursión los fines de semana a ver naturaleza, a correr por el campo, a ver animales, a montar en bicicleta juntos… o a visitar un museo o ir a una exposición o ir a un concierto. Estas actividades -siempre segun las aficiones de su hija- y realizadas conjuntamente padres/hija potencian su personalidad.
Tercero repita muchas veces (la repetición es un buen método de aprendizaje) «tener personalidad es pensar y hacer según nuestro propio criterio».
¿Y tú que opinas?