Un padre solicita fórmulas para acercarse a su hijo que acaba de adquirir la mayoría de edad y cada día es más adicto al juego
La juventud es un periodo comprometido y difícil en la vida de los chicos y de los padres.
Su mal comportamiento, su adicción al juego, su rebeldía o su apatía es muchas veces una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡ El tema de la adicción al juego es tema aparte, es una enfermedad adquirida voluntariamente, pero es enfermedad y necesita terapia de cuerpo y espíritu, pero para poderle ofrecer una terapia, tu hijo tiene que asumir que tiene un problema con su adicción al juego. Te recomiendo que leas sobre el tema en: https://fundacionbelen.org/taller-padres/ludopatia-adolescentes/ .
Es muy eficiente la terapia que aplica la asociación «Jugadores anónimos» www.jugadoresanonimos.org/ es una asociación internacional que tiene como único requisito para pertenecer a la asociación el deseo de dejar de jugar. Sostiene un tratamiento comúnmente utilizado para la ludopatía. Está basado en el modelo eficiente y comprobado de «Alcohólicos anónimos», utiliza un modelo en 12 pasos que hace hincapié en un enfoque de ayuda mutua.
También funcionan bien con fines terapéuticos la Fundacion Faer y la Fundación Hay Salida.
Desde la Fundación Belén proponemos además a las madres comenzar, en paralelo a la terapia, por recuperar el entendimiento con su hijo conflictivo con una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso. Madre y padre en distinto momento.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde. También sorpresivo y silencioso.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?
Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le quieres y lo mucho que os importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita vuestra admiración para crecer en su autoestima. Y necesita pasarlo bien en familia para salir del aislamiento artificial y de la mentira en que se ha envuelto.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Prueba esta terapia dos meses y escríbenos con los resultados.
¿Y tú que opinas?