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Adicción a la tecnología

Una madre nos pregunta soluciones para su hijo adolescente que se pasa el día frente a una pantalla

Es un problema social grave muy habitual y difícil de combatir por estar hoy tan generalizado entre los jóvenes (más del 50% de los jóvenes de 17 años se agobia si no tiene el móvil) .

Pero es posible paliarlo.

La adicción a la tecnología, es un impulso irreprimible de mirar, interactuar, jugar o contestar a personas en muchas ocasiones desconocidas que se aproximan al adolescente a través de la pantalla, pesar de ser consciente de sus consecuencias y del deseo de detenerse. Esta adicción está reconocida como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero la Asociación de Psicólogos de los Estados Unidos considera la adicción a la pantalla como un trastorno del control de los impulsos, y por ello no la considera como una adicción, puedes leer más en https://fundacionbelen.org/hijos/adiccion-tecnologia/

Desde la Fundación Belén nos sumamos a esta consideración y proponemos como primer recurso a las familias iniciar una nueva comunicación gestual afectiva, como fórmula para recuperar la comunicación familiar y mejorar la autoestima del adolescente. Porque como escribía el bloguero Adrian Pérez: » la causa no es que las familias no tomen responsabilidad controlando el tiempo que sus hijos pasan con la tecnología. La causa es que los adolescentes se encuentran en un mundo que no les respeta, que no les tiene en cuenta, que les obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Todo esto les lleva a buscar una vida mejor, una vida virtual, de la que se sientan dueños, en la que sí tengan algo que decir.”

 

Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso. Madre y padre en distinto momento.

La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde. Siempre en silencio y de forma sorpresiva.

La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…

La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?

Es muy importante que su hijo adolescente perciba todo lo mucho que le quiere su familia y lo mucho que a su familia le importan sus acciones, ideas y opiniones. Su hijo adolescente necesita la admiración de sus padres y hermanos para crecer en su autoestima. Y necesita también pasarlo bien con su familia en modos distintos y divertidos, ir juntos al cine, ir de excursión, o de conciertos… para poder salir del aislamiento artificial en que le ha envuelto el ordenador.

Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Puede probar esta terapia dos meses y escribirnos, por favor, con los resultados.

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