Una madre nos pregunta qué hacer con su hija de 14 años diagnosticada con inteligencia límite desde los 10
Gracias por escribir a la Fundación Belén y contarnos el malestar de tu hija adolescente.
En primer lugar quisiera comentarte que según los últimos descubrimientos en neurología la inteligencia es plástica, quiere decir que no tenemos el mismo coeficiente durante toda la vida: depende de lo que hacemos. HACER es el verbo del aprendizaje, puedes leer más sobre este tema en la web de la Fundación Belén https://fundacionbelen.org/base-datos/plasticidad-cerebro
En segundo lugar: todas las personas crecemos conforme las expectativas de padres, tíos y maestros. Es el efecto Pigmalión muy interesante y esclarecedor de porqué determinadas personas se quedan ancladas en la infancia: https://fundacionbelen.org/base-datos/efecto-pigmalion/Tu hija puede y debe seguir formándose para conseguir un trabajo en la vida que le permita independizarse el día de mañana y gozar de una vida plena.
Desde la Fundación Belén proponemos a las personas diagnosticadas con inteligencia límite, comenzar una formación profesional, eso que los anglosajones llaman «formación vocacional», que es un término más preciso.
Tu hija debe seguir formándose en aquello que más le guste hacer: jardinería, fotografía, música, gimnasia, informática, pintura, canto…Lo que sea.
Aquello que le llame la atención más, aquello que le guste HACER a todas horas, esa es su «vocación». Y será su futuro y donde más fácilmente encontrará trabajo y amistades.
Y será en aquello que deberá seguirse formando y mejorando. Tu hija -independientemente de su edad- deberá aprender HACIENDO, no estudiando. Y con compañeros que les guste hacer lo mismo, tendrá afinidad y compañerismo. Y se sentirá a gusto. Hará amigas.
¿Y tú que opinas?