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Una hermana que vive en jauja

Una hermana mayor nos escribe sobre la situación de su hermana pequeña que con 20 años vive en la casa paterna sin hacer nada, sin estudiar, volviendo todos los días en estado de embriaguez a casa

Es lógica tu preocupación por tu hermana, pero como ya tiene 20 años, está fuera de la patria potestad de tus padres y poco se puede hacer desde un punto de vista legal. Ahora bien, si no hace nada en casa ¿Quién le ha preparado la comida durante todos estos años? ¿Quién le ha lavado la ropa y se la ha planchado? ¿Quién ha limpiado su cuarto? Seguramente desde los 8 años se ha acostumbrado a recibir todo y no dar nada a cambio. ..Está mal acostumbrada. La vida no es así.

Y ahora, si su hermana no gana dinero ¿Quién le paga el móvil todos los meses? ¿Quién le da dinero para salir? ¿ y para la ropa?

La vida no es un regalo. No es un jardín de rosas. No es jauja. La vida es esfuerzo y realización, entrega y esperanza. Es sembrar y después recolectar. Tu hermana tiene que despertar con vuestra ayuda.
Tenéis que esforzaros y que uniros en un plan “salvador”.

Dos acciones al tiempo: cambiar la comunicación familiar por otra mas gestual y afectiva y cortar los suministros.

En bastantes casos la desobediencia y rebeldía juvenil es una, muy mala, forma de gritar: ¡ayúdame!
Como primer paso y por tres meses, desde la Fundación Belén proponemos otra forma de comunicación afectiva, más gestual.

Cuando no se lo espera, por la espalda, darle un abrazo a tu hermana y decirle de paso «cuanto te quiero». Rápido. Sorpresivo. Y al día siguiente repetir el abrazo. Así toda la semana. A la siguiente semana el abrazo debe ser de los dos padre y madre. Siempre sorpresivo, rápido.

A la tercera semana decirle una frase elogiosa al tiempo del abrazo: «cuanto me alegro de verte»; «que bien que llegaste a tiempo»; «cómo me gusta tu camiseta»…Y preguntarle por sus gustos: ¿qué te apetecería para cenar mañana? ¿Qué película quieres que veamos?

Aunque no se lo merezca, necesita sentirse querida por sus padres. Y con paciencia y perseverancia se lo podéis hacer sentir.

Decía un filósofo griego «Quiéreme cuando no me lo merezca, porque es cuando más lo necesito». La moderna psicología repite este misma sentencia: el amor es medicina.

Y cortar los suministros al tiempo. Todos. Adiós a pagar el móvil. Y el ordenador. Se acabó el dinero para salir. No hay nada donde nada se ingresa.

Probar tres meses, con paciencia y perseverancia esta terapia gestual afectiva adobada de austeridad .

¿Y tú que opinas?

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