Una madre muy preocupada nos escribe solicitando consejos para mejorar el comportamiento mentiroso de su hijo adolescente
El hábito de mentir, si no se corrige a tiempo, se puede transformar en un trastorno de la personalidad de adulto, que podríamos llamar ‘seudologia fantástica’ que es el hábito, la costumbre de inventarse una vida, unos acontecimientos y una historia propia a base de mentiras para causar una IMPRESIÓN de admiración en los espectadores.
Existe el deseo común de todos los niños de ser dignos de amor y de ser admirados por sus hechos; el chico mentiroso toma el atajo de robar atención y aprecio por la vía del engaño (las palabras son cómodos sustitutos de los hechos) y en vez de por su propio mérito, busca ser querido por sus mentiras.
Los adolescentes mienten por deseo de aparentar o por miedo al castigo.
¿Qué puede hacer Usted? Pues muchísimo. Porque como madre tiene el recurso que su hijo necesita: el amor, la atención, la admiración.
Desde la Fundación Belén proponemos a los padres como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva al tiempo que deberá repetir muchas veces a lo largo de los dos meses de terapia la idea de San Pablo: «La verdad te hará libre».
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?
Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le quieres y lo mucho que te importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita toda su admiración para crecer en autoestima. Y necesita pasarlo bien en familia, jugar juntos, hacer excursiones juntos, cenar a diario en familia con la televisión apagada, para salir del aislamiento artificial (las mentiras son una capa que aísla) en que se han envuelto.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Prueba esta terapia dos meses y escríbenos con los resultados.
Trabaje esta comunicación gestual acompañado de la idea «La verdad te hará libre» porque tu hijo tiene que ser querido y causar buena impresión a sus amigos por sus actos, por sus hechos, por sus ideales, por su vida: no por sus mentiras ¡¡¡ Ya sabe donde tienes unos amigos más.
¿Y tú que opinas?