Una madre nos escribe preocupada porque su hija está con depresión por remordimientos producidos por su mal comportamiento con una amiga
No es malo tener remordimientos, es un síntoma de tener conciencia. Pero es malo reaccionar con depresión aunque es comprensible porque cada persona al darse cuenta de haber fallado a una amiga siente tristeza ante su propia incapacidad personal.
Tienes que hablar con tu hija de lo que supone el deber de amistad, de la necesidad de sostener todo comportamiento en consonancia con nuestra conciencia y en tercer lugar de aceptar las propias carencias como señal de las mejoras que debe acometer en su personalidad. Frente al deber de amistad lo primero es pedir perdón y lo segundo intentar explicar el fallo de comportamiento. No siempre sera posible recomponer la amistad, pero es un deber intentar reparar el daño ocasionado.
Procura dar ejemplo a tu hija de tener conciencia recta en todas tus actuaciones, porque los hijos al final lo único que aprenden es lo que ven hacer a sus padres diariamente. Las palabras vuelan, las acciones permanecen.
¿Y tú que opinas?