Una madre nos escribe preocupada porque su hijo de 14 años no piensa nada más que en jugar con la video consola o en internet.
Si es muy preocupante. Y haces muy bien, si miras nuestra página web https://fundacionbelen.org/hijos/adiccion-tecnologia/ (página que ha tenido un 1.500% de incremento de visitas en el último año), verás que ya hasta la asociación de Pediatras Madrileños está preocupada por el tema de la adicción a las tecnologías.
Causas hay muchas. Según el doctor San Sebastián “el origen de estas nuevas adicciones podría residir, entre otras causas, en las dejaciones de las responsabilidades familiares ya que si las familias tuvieran la función contenedora que han de tener esto no ocurriría y la oferta de nuevas tecnologías no sobrepasaría a la que ha de ofrecer la familia”.
Pero según Adrián Pérez hay también otras causas: “Creo que se olvida un punto fundamental: la causa no es que las familias no toman responsabilidad controlando el tiempo que sus hijos pasan con la tecnología. La causa es que los niños se encuentran en un mundo que no les respeta, que no les tiene en cuenta, que les obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Todo esto les lleva a buscar una vida mejor, una vida virtual, de la que se sientan dueños, en la que sí tengan algo que decir.”
Según el Dr. de la Gándara, que se ha dedicado a investigar el cerebro humano para buscar un origen biológico que condicione las adicciones: “para hacer ciencia de todo esto hay que conocer el cerebro humano y ahora estamos estudiando modelos en los que observamos cómo los jóvenes se hacen adictos a una tecnología o a un comportamiento porque, al final, esto se convierte en algo biológico y que está relacionado con varios elementos: la dopamina (que está relacionada con los circuitos de recompensa), la noradrenalina (relacionada con la excitación) y las endorfinas (también conocidas como hormonas de la felicidad)”.
Desde nuestra experiencia de 21 años al servicio de las familias, proponemos a los padres un conjunto de varios recursos que deberían realizar al mismo tiempo, en paralelo. Buscar un buen psicólogo en primer lugar que trate al chico y a la familia en conjunto.
En segundo lugar: iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva. Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde. La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»… La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?
En tercer lugar hablar con el tutor de su centro escolar y con sus profesores. Si su hijo tiene adicción al juego, seguro que su rendimiento académico ha bajado, seguro que los profesores conocen otros casos y conocen métodos de mejorar su motivación en el estudio.
Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le queréis y lo mucho que os importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita toda vuestra admiración para crecer en su autoestima. Y necesita también divertirse en familia, jugar juntos, hacer excursiones juntos, cenar a diario en familia con la televisión apagada, para poder salir del aislamiento artificial en que su adicción al juego le ha envuelto. Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar.
¿Y tú que opinas?