Una madre nos escribe consternada porque en la escuela le han diagnosticado a su hijo con 17 años limítrofe y le han dicho que no podrá asistir a la universidad.
En primer lugar quisiera comentarte que según los últimos descubrimientos en neurología la inteligencia es plástica, quiere decir que no tenemos el mismo coeficiente durante toda la vida: depende de lo que hacemos. El cerebro no tiene límites¡¡¡¡
Decía un gran neurólogo: Ramón y Cajal, premio Nobel, «todo hombre puede ser, si se lo propone, constructor de su propio cerebro».
Así que manos a la obra. HACER es el verbo del aprendizaje, puedes leer más en la web de la Fundación Belén https://fundacionbelen.org/base-datos/plasticidad-cerebro/
En segundo lugar: los hijos crecen conforme las expectativas de padres, tíos y maestros es el efecto Pigmalión muy interesante y esclarecedor:
https://fundacionbelen.org/base-datos/efecto-pigmalion/ Así que mantén tus expectativas muy altas: dile a tu hijo muchas veces al día «tu puedes», «tu sabes como hacerlo»; «tu tienes capacidades»; «te quiero tanto»…
Tu hijo de 17 años puede y debe seguir formándose para conseguir un trabajo en la vida que le permita independizarse el día de mañana y gozar de una vida plena. Te recomendamos mucha paciencia, tanta como esperanza, porque se consiguen maravillas. Lee al respecto:
Y por supuesto mucha perseverancia: no te puedes cansar nunca, nunca de darle abrazos y palabras de aliento a diario. Es tan preciso el amor como el comer, a diario, y si puede ser tres veces al día, mejor que dos.
El cerebro de tu hijo está en total desarrollo, se «hace» cerebro moviéndose: utilizando las manos y los pies, bailando, cocinando, pintando; viendo: cine, teatro, libros, museos, calles, gente, cuentos, una pintura, una flor… siempre contigo y con su padre cerca. Se» hace» cerebro escuchando tu voz hablar, cantando juntos, escuchando juntos música…Se «hace» cerebro riéndose en familia.
Y dentro de seis meses le repetís el test de inteligencia en otro centro. Y espera con la seguridad de que el resultado será mejor.
Pero no es definitivo, porque cada día de nuestra vida el cerebro puede mejorar. Es cuestión de entrenamiento y acción. Y el futuro déjalo en manos de Dios, tú trabaja el presente. Sabiendo que se puede ser muy feliz y muy útil a la sociedad sin pasar por la universidad. Lo que debe hacer tu hijo es mejorar sus conocimientos en aquello que más le guste, ya sea pintura, música, fotografía o informática.
Estimada amiga tienes por delante una tarea apasionante: sacar adelante a tu hijo, hacer de él un hombre feliz y capaz de hacer felices a los demás, empezando por ti, su madre.
Lo conseguirás, ten fe y manos a la obra.
¿Y tú que opinas?