Sin duda tu hijo ha sufrido en su infancia carencias afectivas y estos traumas pueden hacerse más fuertes en la preadolescencia.
Nuestro consejo es doble: por un lado hablar con el chico seriamente sobre límites y comportamientos imprescindibles; por otro, aumentar la comunicación gestual afectiva.
A) Límites y comportamiento: Con tu hijo de 12 años tienes que llegar a un acuerdo sobre los límites de su comportamiento en casa y en la escuela.
Tu debes con él chico delante y por escrito, establecer las normas y los límites sobre lo que es de obligado cumplimiento: su salud, su educación y la convivencia conforman el primer escalón.
-La salud comprende: normas de seguridad (no fumar, no beber alcohol, no hacer sexo oral…), normas de alimentación (se come lo que hay en el plato masticando bien…) y normas de conducta (horas de sueño, horas de estudio, ayuda en casa, horas de juego..) -La educación comprende: normas de obediencia en cumplimiento de horarios, en ayuda en el hogar (poner la mesa, hacer recados, ordenar ropa…) en visionado de Televisión (siempre por debajo de UNA hora diaria…), en asistencia y puntualidad al centro escolar.
-La convivencia comprende: normas de afecto entre los miembros de la familia (darse un beso y un abrazo al levantarse y acostarse, irse y volver a la escuela…), normas de tratamiento entre los miembros de la familia y en la escuela con los profesores.
1. Que Julián Adres se porta bien y cumple las normas, premio. ¿Qué premio? La «atención» y un abrazo instantáneo, sobre la marcha, justo después de haber obedecido o ayudado en casa. Un abrazo es el mejor premio y al tiempo le dices una frase alentadora tipo: «lo has hecho muy bien»; «cuanto me alegro por tu buen comportamiento»; «Eres genial¡, que bien te portas…». Y de vez en cuando ir al cine juntos; ir de museos; ir de excursión…
2. Que el niño se porta mal: castigo. ¿Qué tipo de castigo? «la desatención» no hacerle caso en cinco o diez minutos. O sin televisión una tarde. O sin teléfono un día. O sin salir de casa dos días… Tú NO le hablas, no le miras, no le escuchas en un rato … Y después le reprende suavemente y con argumentos tipo: » que pena que te portes tan mal, con lo bien que tu sabes hacerlo…»; «me gustaría tanto que la próxima vez obedezcas y cumplas bien, como tú sabes…»; «hacer las cosas bien es la forma de agradar en la vida a los demás, y tu sabes cómo conseguirlo»…
Apliquése ahora que aún está a tiempo. No deje pasar un solo acto positivo sin premio, sin abrazo y sin frase cariñosa i No deje pasar una sola falta, una sola muestra de violencia o desobediencia sin castigo.
B) Mejorar la comunicación gestual afectiva.
La adolescencia es un periodo comprometido y difícil en la vida de los chicos y de la familia. Su mal comportamiento, su aislamiento, su rebeldía o su apatía es muchas veces una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡ Desde la Fundación Belén proponemos a los familiares como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido? Es muy importante Julián Andrés perciba todo lo mucho que le quieres y lo mucho que te importan sus acciones, ideas y opiniones. Julián Andrés necesita tu admiración para crecer en su autoestima. Y necesita pasarlo bien contigo, jugar, hacer excursiones juntos, cenar a diario juntos con la televisión apagada, para poder salir del aislamiento artificial y de la rebeldía en que se ha envuelto
¿Y tú que opinas?