Un padre nos escribe muy preocupado porque sus dos hijas adolescentes son «zotes» para el estudio y para el trabajo en el hogar.
En primer lugar no se culpe Usted de los resultados escolares de sus hijas.
Cada persona somos responsables de nuestros actos desde que tenemos uso de razón, es decir desde los 7 años.
En segundo lugar por semejante que sea el comportamiento de sus hijas NO las debe tratar de igual manera, pues la mayor es una adolescente y la pequeña sigue siendo una niña.
En tercer lugar y según los últimos descubrimientos en neurología la inteligencia es plástica, quiere decir que no tenemos el mismo coeficiente intelectual durante toda la vida: depende de lo que hacemos. HACER es el verbo del aprendizaje, puedes leer más sobre este tema en la web de la Fundación Belén https://fundacionbelen.org/base-datos/plasticidad-cerebro/
En cuarto lugar, tus hijas crecerán intelectualmente conforme las expectativas que vosotros como padres y sus profesores tengan sobre ellas. Puedes leer sobre este tema el llamado «Efecto Pigmalión» en nuestra web:
En quinto lugar: madurar es difícil, es costoso a los 13 y a los 16 años, requiere un acompañamiento amoroso por parte de los padres. Si tus hijas se quieren hacer pasar por un bebé es que echan de menos sus abrazos y caricias de cuando era bebé. No las castigue por ello, piense que NECESITAN de usted muchas muestras de cariño, muchos abrazos y palabras estimulantes para querer crecer. Deles a diario una gran ración de abrazos y de frases estimulantes tipo «que guapa estás hoy»; «cuanto me alegro de verte»; «que alegría verte estudiar»; «que bien te estás portando»….
Las virtudes de amor, paciencia y perseverancia te serán imprescindibles para educar a tus hijas y además el ejemplo es la mejor lección vital. Tienes que ponerles límites y deberes para el hogar y para la escuela y firmar con ellas un documento de «crecimiento personal» con premios y castigos . Y de verdad esta tarea requiere mucho amor, mucha paciencia y mucha perseverancia.
El cerebro de tus niñas están en total desarrollo, se hace el cerebro HACIENDO, moviendo las manos y los pies; viendo cosas: libros, museos, calles, gente, cuentos, una pintura, una flor… siempre cercano. Se hace el cerebro oyendo: tu voz hablar, cantando juntos, escuchando juntos música…Estimado amigo tiene por delante una tarea apasionante: sacar adelante a sus hijas, hacer de ellas unas mujeres felices y capaces de hacer felices a los demás empezando por ti, su padre.
¿Y tú que opinas?