Un padre nos escribe desesperado porque su hijo de 15 años no se separa de la pantalla ni de día ni de noche. Se olvida hasta de comer. Sólo piensa, sólo habla y sólo hace jugar con los video juegos.
Si miras nuestra página web https://fundacionbelen.org/hijos/adiccion-tecnologia/ (esta página que ha tenido un 1.500% de incremento de visitas en el último año), verás que ya hasta la asociación de Pediatras Madrileños está preocupada por el tema de la adicción a las tecnologías.
Causas hay muchas. Según el doctor San Sebastián “el origen de estas nuevas adicciones podría residir, entre otras causas, en las dejaciones de las responsabilidades familiares ya que si las familias tuvieran la función contenedora que han de tener esto no ocurriría y la oferta de nuevas tecnologías no sobrepasaría a la que ha de ofrecer la familia”.
Pero según Adrián Pérez, un bloguero famoso, nos sugiere: “Creo que aquí se olvida un punto fundamental: la causa no es que las familias no toman responsabilidad controlando el tiempo que sus hijos pasan con la tecnología. La causa es que los niños se encuentran en un mundo que no les respeta, que no les tiene en cuenta, que les obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Todo esto les lleva a buscar una vida mejor, una vida virtual, de la que se sientan dueños, en la que sí tienen algo que decir.”
El Dr. de la Gándara, se ha dedicado a investigar el cerebro humano para buscar un origen biológico que condicione dichas adicciones. Tal y como apunta, “para hacer ciencia de todo esto hay que conocer el cerebro humano y ahora estamos estudiando modelos en los que observamos cómo los jóvenes se hacen adictos a una tecnología o a un comportamiento porque, al final, esto se convierte en algo biológico y que está relacionado con varios elementos: la dopamina (que está relacionada con los circuitos de recompensa), la noradrenalina (relacionada con la excitación) y las endorfinas (también conocidas como hormonas de la felicidad)”.
Desde la Fundación Belén y basándonos en nuestra experiencia de 24 años al servicio de las familias, proponemos a los padres un conjunto de varios recursos para realizar al mismo tiempo.
Primero: iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole al adolescente diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?
Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le quieres y lo mucho que te importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita toda vuestra admiración para crecer en su autoestima. Y necesita también divertirse en familia, jugar juntos al balón, hacer excursiones juntos en bicicleta, cenar a diario en familia con la televisión apagada. Necesita divertirse contigo para poder salir del aislamiento artificial y de la rebeldía en que le ha envuelto la tecnología.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar.
Segundo recurso: ver juntos, tu con tu hijo, películas de valores. Intensas, motivadoras, positivas. Te recomiendo un sitio que tiene un pediatra:
https://www.pediatriabasadaenpruebas.com/2017/02/la-adolescencia-en-el-septimo-arte.html
Tercer recurso: que tu hijo adolescente reconozca su adicción y acuda a la terapia que aplica -por ejemplo- la asociación “Jugadores anónimos” www.jugadoresanonimos.org/ Si nos escribe la ciudad y estado donde residen, te podemos indicar asociaciones.
¿Y tú que opinas?