Nos escribe un alumno adolescente, brillante en clase según nos informa, pero que critica duramente a sus profesores de clase.
Claro que sirven¡¡¡¡
Un profesor, profesa. Hace acto vital de su conocimiento y convicciones. Apuesta su vida y sus horas a transferir sus propios conocimientos a sus alumnos, por amor.
Un maestro enseña. Muestra ante los ojos de los alumnos lo que está escondido, oculto, inaccesible.
Un alumno aprehende. Con hache intercalada de agarrar, tomar, prender…Eres tú -como alumno- quien debe prender, tomar, agarrar y absorber todo conocimiento que un maestro enseña o un profesor, profesa.
No hay otra forma mejor de aprehender.
Quien tiene un maestro tiene un tesoro. Otra cosa es que tú todavía NO LO HALLAS ENCONTRADO. DE hallar, encontrar, porque haberlos seguro los hay y buenos.
Como dice el Evangelio “el que busca encuentra”. Así que ponte en la busca de un buen maestro. Te vendrá bien. Alguien en quien confiar, de quien te puedes fiar y de quien puedas aprehender.
Rezo por ti, para que encuentres ese maestro que dará un cambio significativo a toda tu vida.
¿Y tú que opinas?