Un padre nos escribe solicitando consejos para modificar la conducta de su hijo de 13 años, que es rebelde en todo cuanto se le ordena.
La adolescencia es un periodo comprometido y difícil en la vida de los chicos y de los padres. Su mal comportamiento, su aislamiento, su rebeldía o su apatía es muchas veces una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡
Desde la Fundación Belén proponemos a los padres como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso. Madre y padre en distinto momento.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿ qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido? Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le queréis y lo mucho que os importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita vuestra admiración para crecer en su autoestima. Sería muy conveniente que cenarais todos juntos en familia varias veces por semana, sin ninguna pantalla encendida. Y vuestro hijo también necesita pasarlo bien en familia, reíros juntos, disfrutar juntos, experimentar juntos… para poder salir del aislamiento artificial en que se ha envuelto.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Prueba esta terapia dos meses y escríbenos con los resultados.
¿Y tú que opinas?
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