Una madre nos pregunta si existe algún remedio para el diagnóstico que le acaban de dar en el colegio a su hija de once años.
Gracias por escribir a la Fundación Belén. Desde 1996 ofrecemos información y formación gratuitas a familias con hijos con problemas.
Sin duda tener dificultades en el aprendizaje, es un problema. Pero es preciso recordar que cada niño o niña tiene un tiempo propio para aprender y para madurar. Que no existe para todos los niños una norma idéntica y válida para crecer, ni física, ni intelectualmente.
Cada niño, cada niña es diferente. Y la educación consiste en adaptar el método a esa diferencia vital. En el tema de la inteligencia hay mucho por entender y discutir. ¿Quién pone los límites, quién el tiempo?
Si el cerebro es plástico y según los últimos descubrimientos neurológicos, podemos madurar y mejorar intelectualmente hasta la vejez, si el Coeficiente de Inteligencia (CI) es válido tan sólo en el momento en que se realiza el test, porque si se repitiera dos meses después, el coeficiente sería distinto…Si las inteligencias son 7 y sólo se miden dos… Si basta escuchar una música de Mozart para que ese coeficiente cambie en positivo, lea por favor en: https://fundacionbelen.org/problemas/musicoterapia/
Si el efecto Pigmalión, es determinante, es decir si las expectativas de Usted sobre su hija son determinantes en su desarrollo intelectual, lea por favor en nuestra página: https://fundacionbelen.org/base-datos/efecto-pigmalion/
Este efecto en el caso de su hija es especialmente importante, si Ustedes como padres ( y tíos, hermanos, abuelos, maestros…) ponen las expectativas sobre el rendimiento escolar de su hija muy altas, mejorará su autoestima y su comportamiento, hasta el nivel exacto de esas expectativas.
Ustedes como padres tienen que empezar por creer en su hija, en su potencial, en su capacidad de lucha, en su futuro, para que su hija aumente su autoestima, se esfuerce, trabaje con interés; a cambio de sus altas expectativas su hija sentirá la necesidad de hacerles felices a Ustedes con su comportamiento.
Este es el primer paso, pero es el más prioritario: aumentar sus expectativas sobre su hija.
Tres consejos:
a)Prueben en primer lugar decirle a su hija todos los días alguna frase positiva al tiempo que su hija esté haciendo algo bien: «que alegría verte colaborar….trabajar…pintar…estudiar…ordenar… (lo que sea)» y al mismo tiempo le da un abrazo, un beso, una palmadita en la espalda. Todos los días su hija debe recibir su ración de estímulo positivo y amoroso.
b)Prueben a introducirle a su hija en actividades extraescolares en aquello que más le guste, ya sea correr, pintar, cantar. El verbo del aprendizaje es HACER.
c)Pida a su hija que acompañe una sonata de Mozart, la K448 o cualquier otra, con sus manos, como si dirigiera una orquesta, Usted con ella delante hace lo mismo. Se pueden reír un rato, es sanísimo. Otro día que acompase la música con palmas, como si fuese un juego, y Usted también. Otro día que escriba lo que siente al oír esa música…Como la repetición es fórmula de aprendizaje, su hija disfrutará la música de Mozart. Y Usted también¡
Verá en poco tiempo, pongamos medio año, como su hija mejorará en su autoestima y en su coeficiente intelectual.
¿Y tú que opinas?
Los comentarios están cerrados para esta entrada.