Nos escribe un chico de 16 años, muy inteligente, con cierta frecuencia para comentar sus problemas con los estudios. Su última carta era una queja continuada.
No debes sentirte frustrado por pequeñeces, tienes que formarte en resiliencia, si quieres ser ese gran hombre que en el hondón de tu alma sueñas con ser.
Mas que desesperado, estás utilizando tu inteligencia mal ¡ Estás tirando por la borda tu cerebro¡
En vez de emplear tu tiempo en pensar planes vengativos, ¿por qué no estudias ?
¿Es que no tienes libros de física, de matemáticas, de biología que estimulen tu capacidad de aprender?
¿Es que no ves lo mucho, muchísimo, que tienes por delante por aprender?
Recuerda hijo que somos lo que hacemos. Vas por mal camino si pretendes hacer solamente “lo que te gusta” y “cuando gustas” ese es el camino para llegar a ser un veleidoso, un ser inútil para todo esfuerzo, sin voluntad, un ser caprichoso.
Necesitas paciencia y perseverancia y mucha humildad, porque aún te faltan muchos años de estudio. En vez de desesperarte porque, por ejemplo, se te ha caído un papel al suelo, razona con tu buen cerebro: “que bien así hago gimnasia al recogerlo”.
TODA situación adversa tú la puedes transformar en motivo de aprendizaje asertivo, no pierdas el tiempo en negatividad. Tienes todo lo necesario para triunfar, como decía Cajal «cada persona puede ser, si se los propone, escultor de su propio cerebro».
¿Y tú que opinas?
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