Adolescente mentiroso
Una madre nos escribe preocupada porque su hijo de 15 años «miente más que habla, y habla poco»
El hábito de mentir, si no se corrige a tiempo, se puede transformar en un trastorno de la personalidad de adulto, que podríamos llamar ‘seudologia fantástica’ que es el hábito, la costumbre de inventarse una vida, unos acontecimientos y una historia propia a base de mentiras para causar una IMPRESIÖN de admiración en los espectadores.
Por un lado, existe el deseo común de todos los adolescentes de ser dignos de amor ; y por otro lado, el chico tiene la duda sobre si es digno de ese amor.
El chico mentiroso toma el atajo de robar atención y aprecio por la vía del engaño (las palabras son cómodos sustitutos de los hechos) y en vez de por su propio mérito, busca ser querido por sus mentiras. Miente por miedo. Y roba para saciar su necesidad de droga que es nueva mentira.
¿Qué puede hacer Usted? Pues muchísimo. Porque como madre tiene el recurso que su hijo necesita: el amor y la atención.
Desde la Fundación Belén proponemos a los padres como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva al tiempo que deberá repetir muchas veces a lo largo de los meses de terapia la idea de San Pablo «La verdad te hará libre».
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido?
Es muy importante que su hijo perciba todo lo mucho que le quiere y lo mucho que le importan sus acciones, ideas y opiniones. Su hijo necesita toda su admiración para crecer en autoestima. Y necesita también pasarlo bien en familia, jugar juntos, hacer excursiones juntos, cenar a diario en familia con la televisión apagada, para podere salir del aislamiento artificial (las mentiras son una capa que aísla) en que se ha envuelto.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Prueba esta terapia tres meses y escríbenos con los resultados.
Trabaje esta comunicación gestual acompañado del mantra «La verdad te hará libre» porque su hijo tiene que ser querido y causar buena impresión a su familia y a sus amigos por sus actos, por sus hechos, por sus ideales, por su vida: no por sus mentiras ¡¡¡