Efecto Pigmalion
Para saber más
La investigación original se efectuó en una clase de primaria, donde los alumnos habian realizado un test de inteligencia. Los investigadores Rosenthal y Jacobsen informaron a los profesores y a los padres que un 20% de los alumnus, elegidos al azar, que en los test demostraban “un potencial de crecimiento intelectual fuera de lo común” y que posiblemente en un año florecería su rendimiento académico. Ni los profesores ni los padres sabían que estos estudiantes fueron elegidos al azar.
Cuando Rosenthal y Jacobsen ocho meses después volvieron a realizar el test a la clase, descubrieron que ese 20% de alumnos elegidos al azar, efectivamente puntuaron mas alto.
Las expectativas positivas, influencian positivamente y las expectativas negativas, influencian negativamente. A este fenómeno lo llamaron “Efecto Pigmalión”. Afirmaron: “Cuando esperamos ciertos comportamientos de alguien en particular, actuamos de tal forma que ese comportamiento esperado es más fácil que ocurra”.
Las investigaciones de Rosenthal y Jacobsen (Rosenthal, R, and L. Jacobsen. “Pygmalion in the classroom: teacher expectation and pupils’ intellectual development”. New York, editorial Holt, Rinehart and Winston, 1968) fueron llevadas a cabo en una escuela de California en 1965.
Prueban que las expectativas del profesor (o de cualquier figura con autoridad para el niño por ejemplo los padres o el entrenador) influencian los resultados de los alumnos. Rosenthal insiste en que el Efecto Pigmalión tambien es aplicable en las clases superiors, es decir no solo en bachillerato, también en la Universidad. Se han efectuado innumerables pruebas desde que el libro de Rosenthal apareció. Pruebas del Efecto Pigmalión en Academias Militares y en universidades, el efecto Pigmalión existe.
¿Por qué ocurre?: “Si Usted -como professor- piensa que sus alumnos no van a estudiar mucho, que no son brillantes, Usted puede sentirse inclinado a enseñar superficialmente, pobremente, rutinariamente, puede limitarse a leer sus notas y dar respuestas escuetas, sencillas” (Rhem 1999).
Si Usted –como padre o madre- ha recibido un diagnóstico temprano sobre su hijo que implica algún trastorno leve, ya sea “inteligencia límite”, “hiperactividad”, “dislexia”… usted no valora sus acciones, ni sus esfuerzos, ni su talento para otras actividades con abrazos, con palabras de aliento, con guiños y sonrisas. Con lo cual su hijo –que puede tener un retraso leve, pero que no le impide razonar emocionalmente- decide que “para que esforzarse si papá o mamá nunca van a estar contentos conmigo”.
El tener grandes expectativas sobre una persona concreta nos fuerza a comportarnos en modo distinto en cuatro aspectos fundamentales:
- Creando un entorno mas cálido “socioemocional”, en muchos casos a través de una comunicación no verbal: una sonrisa, un guiño, un espaldarazo…
- Enseñando con mayor fruición y con material más difícil, estimulando el aprendizaje.
- Ofreciendo más tiempo y dedicación al alumno o al hijo que consideran brillante
- Reconociendo los trabajos realizados por el hijo o el alumno supuestamente brillante con detenimiento, con palabras alentadoras y no con un simple : “buen trabajo”.
Libros
- McLeod, Susan. “Pygmalion or Golem? Teacher Affect and Efficacy.” College Composition and Communication 46 (3): 369-386.
- Rhem, James. “Pygmalion in the classroom” NTLF 8 (2): 1-4.
- Rosenthal, R, and L. Jacobsen. Pygmalion in the classroom: teacher expectation and pupils’ intellectual development. New York: Holt, Rinehart and Winston, 1968.
- Rosenthal, R., and E. Y. Babad. 1985. Pygmalion in the gymnasium. Educational Leadership 43 (1): 36–39.