Terapia asistida por animales (TAA)
Para saber más
Definición
La Terapia asistida por animales (TAA) consiste en la participación de animales de compañía en intervenciones terapéuticas, con el fin de propiciar o promover la salud y el bienestar humano.
«Acariciar a un animal puede reducir o incluso sustituir la ingestión de medicinas: reduce el estrés y la tensión. Es el mejor relajante tanto para el perro y el gato como para su propietario.»
Ange Condoret, 1947
«… La alienación es moneda frecuente…La ansiedad del hombre se debe, en parte, a su alejamiento de las fuerzas curativas de la naturaleza y de sus representantes más genuinos: el reino animal. … El hombre necesita sentirse en comunión con la naturaleza, con el mundo que le rodea y con su mundo interior para poder mantener una buena salud mental.»
Boris M. Levinson, Ph.D. 1969
«El uso de animales en terapia es una inversión del proceso de domesticación. Esta facilitó la civilización. Hoy tratamos pacientes con animales para civilizarles: para que sean capaces de funcionar en nuestra cultura.»
Joel S. Savishinsky, 1983
Breve historia
Los animales han acompañado al hombre desde hace miles de años. La relación entre el hombre y el perro se remonta al período Paleolítico mientras que la relación con el gato se inició un poco más tarde, durante el Antiguo Egipto. Las investigaciones más recientes confirman que el perro es la variante doméstica del lobo. Se cree que el lobo fue el primer animal domesticado por el hombre, hace más de 100.000 años.
El primer uso histórico de animales como complemento en una institución es del año 1792, en un asilo en York, Inglaterra. Este centro incluía animales como parte del entorno habitual y estimulaba a los pacientes a que los cuidaran. Precursor de los programas de refuerzo positivo, el Asilo York adoptó medios positivos, en vez de medios punitivos, para controlar el comportamiento.
La siguiente referencia que se tiene constancia fue Bethel, “una institución sin muros» situada Bielefield, Alemania, fundada en el año 1867 para el tratamiento de pacientes epilépticos, aunque más tarde extendió sus tratamientos a otras enfermedades. Bethel incorporó animales de granja y un parque natural para animales salvajes, además de animales de compañía habituales y un programa ecuestre de mucho éxito.
La utilización regular de animales como ayuda terapéutica en Estados Unidos comenzó en el Hospital para Convalecientes de la Fuerza Aéreas del Ejército en Pawiling, Nueva York, en 1944. Un teniente con una herida muy grave en una pierna y que tenía que permanecer internado durante bastante tiempo, comunicó al hospital su deseo de tener un perro como animal de compañía. La dirección del hospital accedió y le entregaron un cachorro de pastor alemán, Fitz. Fitz logró maravillas con el paciente que vio aumentar su interés, seguridad y sentido de la responsabilidad al tener que ocuparse del perro. El éxito de esta experiencia produjo una avalancha de peticiones entre los oficiales y soldados pacientes. Posteriormente se introdujeron también animales de granja, pequeños anfibios y reptiles de los bosques cercanos.
Pero es en el año 1953 cuando el psiquiatra Boris M. Levinson descubre la TAA. Estaba en su despacho con su perro Jingles junto a él. Un paciente del doctor se presentó muy nervioso antes de la cita. Se trataba de una madre con su niño, que acusaba gran retraimiento y aquella tarde estaba muy alterado. El perro del Dr. Levinson se acercó al niño, llamado Johnny, y comenzó a jugar con él. El psiquiatra tuvo la brillante idea de incluir a Jingles en el tratamiento para comprobar si esta terapia ayudaba a la rehabilitación de Johnny.
Cuando el Dr. Levinson presentó sus resultados en una convención al resto de la profesión médica, recibió comentarios de todo tipo. Mientras la mayoría de los asistentes mostraron su entusiasmo, otros se rieron a carcajadas. Posteriormente muchos psiquiatras y psicólogos infantiles le confesaron que ellos habían vivido experiencias similares con animales de compañía y centros de terapia infantil se ofrecieron a cooperar en las investigaciones.
Lo que comenzó como un ensayo fruto de la casualidad, ha terminado constituyendo dos prácticas muy eficientes que hoy en día se conocen como Actividad Asistida por Animales (A.A.A.) y Terapia Asistida por Animales (T.A.A.). El primero de estos programas propone encuentros o visitas en las que se incorpora y juega un papel básico el animal. Se trata de algo espontáneo y no regulado, es decir, que el terapeuta puede ser perfectamente un voluntario no profesional y, por lo tanto, no se registran los avances y no existen objetivos concretos. Los entornos en los que se desarrolla una A.A.A. pueden ser de lo más variopinto y no son específicos.
La T.A.A. es algo mucho más serio y ordenado. Se plantean una serie de objetivos y metas para la recuperación de un paciente que, por norma general, no ha mejorado con la medicina tradicional. Así pues, los progresos dentro de esta terapia se van recogiendo para el estudio, el establecimiento de valores en la evolución y el diagnóstico. Éstos son algunos rasgos por los que se diferencian ambos tratamientos y porque la persona que controla el proceso es un fisioterapeuta o un psicólogo, es decir, alguien cualificado.
Beneficios
En una sociedad crecientemente individualista, los menos favorecidos -personas que sufren por la soledad, envejecimiento, trastornos psíquicos o enfermedad- la intervención de un animal de compañía en el tratamiento terapéutico puede favorecer, entre otros beneficios, el equilibrio, el bienestar.
La profesionalidad de estas técnicas exige un grado de preparación en los animales muy alto. Por eso, se les selecciona y entrena a conciencia tras cumplir con éxito pruebas de salud, habilidad y aptitud. Las sesiones se establecen de tal forma que se pueda extraer de las mismas algo positivo, ya sea la relajación del paciente, el hecho de que éste hable, demuestre su cariño y sus debilidades, se haga más fuerte, olvide sus problemas de salud, etc.
Físicamente, se persigue mejorar el tono muscular, tanto las habilidades en el manejo de una silla de ruedas como las cualidades motoras en general y el sentido del equilibrio.
Las mejoras psíquicas tratan de conseguir interacciones verbales, desarrollar la autoestima, paliar la soledad y la ansiedad, fomentar la confianza, incrementar la relajación, y fomentar la atención. También se pueden alcanzar sentimientos deseables como la empatía, mejorar la socialización y la aceptación. La mente se estimula e, incluso, se puede llegar a estabilizar el metabolismo.
Pero no sólo las mascotas convencionales pueden ser utilizadas para lograr efectos terapéuticos. Si bien el perro es un animal asombroso por su capacidad de aprendizaje, obediencia, fidelidad y amor incondicional que profesa, hoy en día existen alternativas terapéuticas como la Hipoterapia (Terapia Asistida por Caballos) y la Delfinoterapia (Terapia Asistida por Delfines).
Principales obstáculos
Está comprobado que los animales son de gran ayuda para el ser humano, pero a veces la intención no es lo único que cuenta. Puede darse el caso de que al enfermo no le favorezcan en absoluto este tipo de técnicas, bien porque se obsesione con el animal, porque no confíe en las expectativas de curación o, simplemente, porque resulte alérgico.
En el caso del terapeuta, puede ocurrir que no esté bien orientado o formado en estas técnicas.
La institución tiene la responsabilidad legal en caso de accidente. Además, debe disponer de un espacio adecuado, controlar los ruidos y las condiciones de salubridad. Muchas veces estas organizaciones acaban antes de empezar debido a todas estas dificultades. Por supuesto, un animal dedicado a esto puede llegar a sufrir mucho, por eso es necesario que sea controlado por un veterinario.
Bibliografía
- Pedro Ridruejo Alonso : «Terapia asistida por animales: síntesis y sistématica»
- Odean Cusack: “Animales de compañía y salud mental»
- Boris M. Levinson: “Psicoterapia infantil asistida por animales».
- Xavier Manteca y Jaume Fatjó: “Manual de educación y manejo de perros y gatos para programas de terapia asistida por animales de compañía»
- Aubrey H. Fine: «Manual de terapia asistida por animales: fundamentos teóricos y modelos prácticos»
- Janet Ruckert : «Terapia a cuatro patas»
- Aaron H. Katcher y Alan M. Beck: «Los animales de compañía en nuestra vida. Nuevas perspectivas»
Enlaces
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