Trastorno obsesivo-compulsivo
Definición
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad. Es un trastorno que hace que las personas tengan pensamientos que no desean (obsesiones) y que repitan ciertos comportamientos (compulsiones) una y otra vez.
Todos tenemos hábitos y rutinas en nuestra vida cotidiana tales como cepillarnos los dientes antes de acostarnos. Sin embargo, para el niño o adolescente con TOC, los patrones de comportamiento interfieren con su vida cotidiana.
La mayoría de las personas con TOC saben que sus obsesiones y compulsiones no tienen sentido pero no las pueden ignorar ni tampoco frenar.
¿Qué son las obsesiones?
Son ideas, imágenes e impulsos que pasan por la mente de una persona una y otra vez. Una persona con TOC no desea tener estos pensamientos y los encuentra perturbadores, pero no puede controlarlos. A veces estos pensamientos solo aparecen de vez en cuando y tan solo son levemente molestos. Otras veces, una persona que padece TOC tendrá pensamientos obsesivos todo el tiempo.
Ejemplos de obsesiones comunes
- Miedo a la suciedad o a los gérmenes
- Rechazo a los desperdicios en general, las basuras y papeleras en particular
- Disgusto frente a los líquidos corporales
- Preocupación con el orden, la simetría y la exactitud
- Preocupación por una tarea que no se haya realizado bien incluso cuando la persona sabe que no es cierto.
- Miedo de tener pesadillas, pensamientos malos o pecaminosos
- Pensar en determinados sonidos, imágenes, palabras o números todo el tiempo
- Necesidad asegurarse continuamente de las cosas
- Miedo de hacerle daño a un miembro de familia o amigo
¿Qué son compulsiones?
Los pensamientos obsesivos hacen que la persona que sufre TOC se sienta nerviosa y con miedo. Tratará de deshacerse de estos sentimientos realizando ciertos comportamientos de acuerdo a «reglas» que el mismo elabora. Estos comportamientos se llaman compulsiones. Los comportamientos compulsivos a veces también se llaman rituales. Por ejemplo, un adolescente diagnosticado con TOC puede tener pensamientos obsesivos relacionados con los gérmenes. Por causa de estos pensamientos esta persona puede lavarse las manos una y otra vez después de usar un baño público. Realizar estos comportamientos usualmente sólo hace que las sensaciones nerviosas desaparezcan por un breve tiempo. Cuando el miedo y los nervios vuelven a aparecer la persona que padece TOC repite la rutina nuevamente.
Ejemplos de compulsiones
- Limpieza continuada, lavarse las manos, bañarse o cepillarse los dientes una y otra vez
- Revisar cajones, puertas y aparatos eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados
- Repetir acciones en forma ritual, tal y como salir y entrar por una puerta, levantarse y sentarse de un asiento o tocar ciertos objetos varias veces y en un determinado orden.
- Ordenar y disponer cosas de cierto modo
- Contar una y otra vez hasta cierto número
- Guardar periódicos, correspondencia o paquetes que ya no son necesarios
- Buscar seguridad y aprobación continua
Prevalencia
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo tiene una prevalencia entre la población general comenzando en la adolescencia de aproximadamente el 2,3% . El TOC afecta a los hombres y las mujeres de igual manera. El TOC afecta a uno de cada 40 adultos y a uno de cada 200 niños. Tiene una tendencia familiar. Con frecuencia, los síntomas comienzan en la infancia o la adolescencia. Los tratamientos que combinan medicinas y terapia suelen ser eficaces.
El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva no se debe confundirse con el trastorno obsesivo-compulsivo (OCD, por sus siglas en inglés), aunque las dos afecciones comparten algunos de los síntomas.
Las personas que padecen el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva creen que sus preocupaciones son apropiadas. Estas personas tienden a ser exitosas, tienen un sentido de urgencia con relación a sus acciones y pueden desilusionarse en extremo si otros alteran sus rutinas estrictamente ordenadas.
Síntomas comunes en el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva
- Excesiva devoción por el trabajo
- Inflexibilidad
- Incapacidad para deshacerse de cosas, incluso si el objeto carece de valor
- Falta de generosidad
- Expresión limitada del afecto
- Perfeccionismo
- Preocupación por los detalles, reglas y listas
- Negativa a permitir que otros hagan las cosas
Tratamiento
Los medicamentos tales como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (por ejemplo, Prozac) pueden ayudar a reducir las obsesiones y las compulsiones. Igualmente, la terapia cognitiva-conductual puede ayudar. Los medicamentos en combinación con psicoterapia pueden ser más efectivos que cualquier tratamiento por separado.
Sin embargo, el aislamiento social común en esta enfermedad puede finalmente llevar a sentimientos de depresión posteriormente en la vida.
¿Cómo se presenta el TOC en la escuela?
El TOC puede afectar la capacidad de aprendizaje, enfoque, concentración e interacción social del niño. Hay varios signos de advertencia que debe tener en cuenta si sospecha que su hijo tiene un TOC. Las compulsiones activas, como volver físicamente sobre los propios pasos, borrar exageradamente, ordenar o arreglar las cosas que tiene en el escritorio o en un armario, tamborilear los dedos y lavarse demasiado las manos, son síntomas comunes en la escuela.
La necesidad de evitar o hacer lentamente ciertas actividades también puede indicar un TOC. Por ejemplo: evitar la clase de arte (quizá por no ensuciarse las manos), tardar demasiado en pruebas o trabajos escolares, pasar demasiado tiempo en la enfermería (quizá para evitar determinadas actividades) y reaccionar desmedidamente ante hechos menores pueden indicar un TOC encubierto.
¿Qué puede hacer la familia para tratar el TOC?
La vida tanto de la persona con TOC como de su familia es muy difícil. Muchas veces, los integrantes de la familia se ven envueltos en compulsiones o ayudan a la persona a cumplir con los rituales o a evitar actividades, lo que puede dar lugar a tensión familiar o de la pareja.
Las personas con TOC también pueden experimentar depresión, aislamiento social, ira y disfunción sexual debido a que sienten que pierden el control sobre su vida. Por ello, es importante que todos los involucrados busquen la ayuda de un psicólogo o psiquiatra para que éste realice una evaluación integral del funcionamiento global.
El TOC dispone de un tratamiento muy efectivo. La modalidad que ha demostrado más eficacia consiste en la combinación de una terapia cognitivo-conductual (TCC) con un tratamiento farmacológico.
Consejos a los padres
La regla de oro en el tratamiento del TOC es la técnica dentro de la TCC conocida como “prevención de exposición y reacción” (ERP, por sus siglas en inglés). La ERP se basa en que los miedos finalmente disminuyen si se los enfrenta una y otra vez. Imaginemos que saltamos a una piscina que está fría. Primero, sentiremos la temperatura extrema, pero cuanto más nos quedemos en el agua, más pronto nos adaptaremos. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Si el niño o adolescente permite su ansiedad sin tratar de combatirla (compulsiones), se terminará adaptando. Sin embargo, es un proceso gradual que debe realizarse con profesionales capacitados. La TCC también proporciona a los familiares habilidades y estrategias para ayudar a sus seres queridos de manera positiva; les enseña a no consolarlos, ni a no colaborar con sus rituales.
Si mi hijo está tan preocupado, ¿por qué no debo consolarlo? Por supuesto, es lógico consolar a quien está preocupado, en especial si sabe que sus preocupaciones son irracionales. Pero en el caso del TOC, el consuelo es contraproducente.
La trampa está en que en el TOC, el consuelo es una compulsión y cualquier compulsión refuerza el TOC. Pensemos en lo que pasa cuando nos pica un mosquito. Inmediatamente después de la picadura, sentimos picazón en la piel. Si nos rascamos, sentimos alivio por un rato. Tan pronto como dejamos de hacerlo, la picazón empeora. No importa quién rasque la picadura. Mientras la rasquemos, sentiremos un alivio temporal.
Así es como funcionan las compulsiones. Sólo calman la ansiedad en forma temporaria. Tan pronto como se dejan, la necesidad de satisfacerlas nuevamente aumenta. El niño o el adolescente que padece un TOC entiende que no puede adaptarse a la ansiedad, sino que debe apoyarse en las compulsiones para aliviarla.