Comer en familia
Para saber más
Desde hace un millón de años aproximadamente, el ser humano ha podido domesticar el fuego, hacerlo pequeño, limitado,útil y repetible. Desde entonces y entorno al fuego la humanidad ha ido aprendiendo a ser persona. El lugar del fuego es el hogar.
Si desde un punto de vista antropológico el fuego nos ha condicionado a ser sociables, desde un punto de vista vital nuestra menestereosidad inicial nos ha condicionado aún mas a ser sociables. Porque todos hemos necesitado unos brazos que nos sostengan y nos arrimen a la fuente nutritiva para calmar nuestra sed y hambre durante nuestros primeros meses de vida. Esta necesidad de calor, nutrición y afecto que procede de doble fuente nos identifica y señala como individuos. Y nos marca un horizonte de primera felicidad o de primera carencia que resultará ser determinante en la personalidad futura.
Hemos nacido sociales, nos necesitamos mutuamente para saciar nuestras necesidades básicas en la primera etapa de nuestra existencia. Por esta primera impronta de felicidad es conveniente mantener a lo largo de la vida el comer en familia, y si puede ser habiendo cocinado juntos los alimentos, aún mejor.
Ser persona es según definición del filósofo español, Julián Marías, poder ser más. Más persona se entiende. No tener un límite exacto, tender hacia lo imposible pero necesario: la felicidad.