Signos de alarma durante el primer año
Se acostumbra a presentar el desarrollo como un conjunto de habilidades que se adquieren de forma gradual y organizada. Algunos Autores como Gesell (1971), Illingworth (1979) han descrito una secuencia y ordenamiento cronológico del desarrollo infantil, pero en la práctica existe una amplia variación, normal e individual, relacionada con una serie de factores externos que pueden influir positiva o negativamente sobre el curso del desarrollo del niño.
Si se parte de que la vigilancia materna durante el desarrollo infantil es el elemento fundamental para detectar precozmente cualquier problema o discapacidad, resulta fundamental el conocimiento por parte de la familia del curso normal del desarrollo del niño y de las manifestaciones que en cada etapa pudieran ser signos de alarma y que requieren de una atención preferente.
El desarrollo es, efectivamente, un proceso continuo e ininterrumpido a lo largo de la vida, influido por una gran diversidad de factores tanto internos como externos.
La agrupación de actividades del bebé durante el primer año de vida, dividida por trimestres, desea ser una ayuda que facilite su comprensión a la familia, pero siempre ha de tenerse en cuenta que la vida de cada bebé es un proceso individual, único e irrepetible, no sujeto a normas, y con un nivel de aproximación confiable solo a la realidad, que en la práctica resulta siempre mucho más compleja.
Curso del desarrollo del bebe medio
Primer trimestre
Desde el momento del nacimiento lo mas característico en un bebé es la presencia de actividad refleja primaria, por ejemplo, el reflejo de succión, de búsqueda, de marcha, del moro, todos ellos asociados a una postura característica en flexión que recuerda la postura fetal, con predominio del tono flexor. Las manos aparecen generalmente cerradas por persistencia del reflejo de prehensión; los movimientos del recién nacido son torpes e incoordinados, lo que expresa el pobre control muscular. Su visión periférica es limitada generalmente a una distancia entre 12-35 centímetros, y se ira incrementando progresivamente. El bebé prefiere mirar un rostro humano, su madre o diseños muy contrastados; desde muy pronto reconoce sonidos y voces familiares y puede intentar orientarse hacia ellos; prefiere sabores dulces y evita los amargos, reconoce el aroma de la leche de su madre y prefiere el tacto suave al áspero.
Durante el primer trimestre se va produciendo un proceso de maduración del control del cuello, en el primer mes levanta la cabeza de vez en cuando, generalmente de forma vacilante, durante el segundo puede, en ocasiones, en la posición de sentada, mantenerla derecha por momentos, o mientras se le sienta desde la posición boca arriba tirando suavemente por los antebrazos. La mejora en el control del cuello y de su capacidad visual le permite comenzar a explorar el medio que le rodea. En esta primera etapa puede seguir objetos con la vista, o incluso responder con una sonrisa al rostro de su mamá, al final de la etapa se aprecia la maduración del control de la cintura escapular y lo proximal de los miembros superiores que le permite, desde la posición boca abajo, levantar la cabeza y el pecho y aguantar el peso del tronco superior con los brazos.
El proceso de maduración del sistema nervioso va determinando que la actividad inicialmente refleja se transforme en actividad voluntaria, aunque esta sea rudimentaria. Paralelamente, durante este trimestre, se aprecia un incremento en la función manual, la mano que permanecía al inicio la mayor parte del tiempo cerrada ahora se abre con frecuencia progresivamente mayor, es capaz de dar golpes con la mano a objetos colgantes que llamen su atención , un agarre rudimentario le permite coger objetos y sacudirlos, con frecuencia se lleva las manos a la boca, mejorando progresivamente la coordinación viso-motora.
En la postura también se aprecian cambios significativos , el niño que al inicio mantenía un predominio del tono flexor se va relajando, lo que modifica la posición en flexión y permite más movimientos voluntarios de brazos y piernas, los cambios no son solo en la motricidad, sonríe al escuchar la voz de la madre , emite sonidos con la boca, cuando le hablan gira la cabeza en busca del sonido, y puede sonreír, se vuelve más comunicativo y expresivo con su rostro y el cuerpo respondiendo, sobre todo, al contacto con las personas que lo cuidan y alimentan.
De forma resumida se puede decir que esta etapa se representa por la transformación de la actividad refleja primaria inicial, en actividad motora voluntaria rudimentaria, que se caracteriza por el progresivo control del cuello y de los movimientos en el eje próximal de los miembros superiores, asociado a respuestas visuales y auditivas rudimentarias y de reconocimiento de las personas encargadas directamente de su cuidado, especialmente de su mamá.
Signos de alarma durante el primer trimestre
Existen una serie de signos que al estar presentes durante el primer trimestre alertan sobre la necesidad de una estrecha vigilancia del curso del desarrollo o de una interconsulta especializada ante el riesgo de un problema latente.
- Alteraciones del reflejo de succión, chupa con muy poca fuerza , se atraganta con frecuencia, tose mientras se alimenta, se alimenta con lentitud.
- No parpadea ante una luz brillante.
- Llanto anormal, ya sea de frecuencia exagerada o de tono anormal, muy irritable, llora por cualquier cosa, más evidente por la noche.
- Convulsiones de cualquier tipo.
- No fija la vista en objetos ni los sigue cuando se mueven de un lado a otro.
- Durante el curso del primer trimestre se mantiene muy rígido con predominio del tono flexor y la postura fetal.
- Poca movilidad de los brazos y las piernas, siempre muy tranquilo, casi no se mueve.
- Los brazos y las piernas muy blanditos, flácidos, hipotónicos.
- No reacciona ante ruidos fuertes, no responde a la voz de su mamá, no le llama la atención ningún tipo de sonido.
- Se aprecia una anormal persistencia de la actividad refleja primaria durante el trimestre, que incluso puede exacerbarse, tales como manos constantemente empuñadas, hiper-extensión de la cabeza ante un estímulo, o reflejo del moro anormalmente exaltado, o un reflejo tónico asimétrico del cuello fácilmente demostrable al lateralizar el cuello.
- Al final del trimestre falta de control del cuello, la cabeza cae y no puede levantarla cuando lo sostenemos en la posición de sentado, con frecuencia ni siquiera intenta levantarla.
- Se aprecian asimetrías funcionales de los brazos y piernas.
- Al final del trimestre no se sonríe ni responde al contacto con la mamá.
- Aparecen movimientos anormales de los ojos como el nistagmo.
- Pobre respuesta a los estímulos táctiles.
- Presencia de movimientos anormales de las extremidades, o de una postura anormal en el decúbito generalmente relacionada con una alteración del tono.
La presencia de alguno de los elementos antes mencionados no representa, por si sola, la evidencia de un problema latente, solo significa, desde nuestro punto de vista, la necesidad de una valoración más profunda y de una vigilancia estrecha del curso posterior del desarrollo. Recordando que apreciar un problema es comenzar ya a resolverlo y que en el desarrollo infantil es crucial la intervención temprana, pero que no conviene sobrevalorar su significación ni alarmarse innecesariamente. Recomendación a las madres: PRESTAR ATENCION.
El primer trimestre de vida es una etapa esencial para el desarrollo del niño, ella representa el primer contacto adaptativo entre el nuevo ser y el medio que lo rodea, a pesar de la gran inmadurez y fragilidad en este corto período de tiempo el bebé pasa de una actividad esencialmente refleja primaria a una de motilidad voluntaria , reconocimiento del entorno, y socialización incipiente, la mayor parte de las afecciones severamente discapacitantes se expresan clínicamente en esta etapa, aunque la gran inmadurez del sistema nervioso con frecuencia no permite sacar conclusiones definitivas, un examen detallado demuestra los cursos atípicos y permite el inicio de la intervención temprana, que como ha sido ampliamente demostrado modifica de forma favorable el pronóstico.
Paralelamente, no todos los proceso potencialmente productores de problemas se expresan clínicamente durante el primer trimestre, lo que determina que un curso típico del desarrollo durante el primer trimestre, no excluya la presencia de alguna afecciones latentes, por lo que se hace necesario mantener la vigilancia en las etapas posteriores, especialmente durante los primeros 5 años.
Curso del desarrollo del bebé medio: de 3 a 6 meses
En esta etapa se produce un proceso de consolidación de la capacidad funcional de los miembros superiores y especialmente de la mano, también se perfeccionan los órganos de la visión, audición y el tacto, el desarrollo de la capacidad motora voluntaria continúa desplazando la actividad refleja primaria que le sirvió de punto de partida, ahora en esta etapa el niño tiene más posibilidades de explorar el medio que le rodea al tener mayor control visual y motor, será capaz de expresar mejor sus emociones y deseos y los lazos afectivos con sus familiares allegados, especialmente con sus padres, se harán cada vez más fuertes y evidenciarán cada vez más sus diferencias individuales, preferencias y temperamento.
Lo más significativo en cuanto al desarrollo motor es lograr sentarse, habilidad que irá perfeccionando durante todo el trimestre a partir de la maduración en el control del tronco, el incremento de sus habilidades motoras le brinda la posibilidad de darse vueltas, arrastrarse en la cuna, asumir la posición de sentado. Durante esta etapa se produce un incremento de la habilidad manual, lo que le permite un mejor agarre.
El desarrollo de la capacidad visual le permitirá identificar colores y una mayor visión a distancia, se incrementa la capacidad de percibir diferencias no solo de colores sino también de formas. El desarrollo progresivo de la capacidad auditiva incrementa la capacidad de discriminar sonidos y al final del trimestre puede llegar a identificar sonidos de vocales y consonantes. Todos estos elementos de conjunto le permiten al niño comprender mejor el mundo que le rodea e interactuar con él.
Alrededor de los 4 meses comenzará a balbucear, en esta etapa es esencial que tenga una buena capacidad auditiva, punto de partida indispensable para el desarrollo del lenguaje, es capaz de responder cuando se le llama por su nombre , empieza a comprender el significado de la palabra »No», y responde al estado emocional de la mamá a partir de la forma en que esta le habla , responde a sonidos emitiendo sonidos, utiliza la voz para expresar alegría o malestar, balbucea secuencias de consonantes, responde a sonidos como el de una campanilla, tira cosas intencionalmente al suelo para oir su sonido al caer y ver cómo usted las recoge.
En esta etapa explora cada vez más el entorno utilizando las manos y la boca, se esfuerza por coger objetos que están fuera de su alcance, disfruta con el juego social, le gusta mirarse al espejo, reacciona ante las expresiones y estados emocionales de otras personas.
A pesar de la amplia diversidad de variaciones individuales existen elementos que al estar presentes representan signos de alarma en esta etapa.
Signos de alarma durante el segundo trimestre
- La alteración del tono muscular tanto si se incrementa dando la impresión de un niño rígido con poca movilidad, o si por el contrario se produce una severa hipotonía que determina un niño muy blandito con hiperlaxitud articular.
- La falta de control del cuello o de adquisición de habilidades motoras propias de la etapa como sentarse, darse vueltas en la cama.
- No sigue objetos con la vista, no responde al ver a la mamá u otra persona conocida, no se sonríe.
- No reacciona ante los ruidos, no emite sonidos ni balbucea.
- Se mantiene como si estuviera ausente, no responde a las modificaciones en el medio que le rodea, a la llegada de personas, a las palabras de cariño.
- Persisten o están exaltados reflejos que debían haber desaparecido.
Curso de desarrollo del bebé promedio: de los 6 a los 9 meses
En esta etapa se continúa desarrollando el proceso de maduración de la motricidad, que determina una mayor destreza en el control del cuello, del tronco, en la funcionalidad de los miembros superiores y especialmente de la mano, en la habilidad para sentarse, para arrastrarse, en el paso de acostado a sentado. Al final del trimestre, a los 9 meses, puede ser capaz de un uso aceptable de la cuchara y lograr el gateo, que implica la coordinación en el uso de los miembros superiores e inferiores y que representa la posibilidad de explorar el medio que le rodea, desplazándose hacia aquello que llama su atención. Esta posibilidad amplía su comprensión del entorno y representa la antesala de la marcha.
Durante este trimestre, preparándose para caminar, comienza a ponerse en pié agarrándose de cualquier punto de apoyo pero de manera insegura , simultáneamente, sus funciones manuales se perfeccionan mejorando los agarres , y aparece la pinza digital en un inicio rudimentaria y luego cada vez más eficiente. Su atención por el medio a su alrededor se incrementa, se hace más sociable, identificándose con las personas que le resultan familiares, el lenguaje se va haciendo evidente, los balbuceos van dando paso a la pronunciación de sílabas, mientras que simultáneamente su capacidad de comprensión del significado de lo que oye se incrementa.
Signos de alarma durante el tercer trimestre
- Pobre desarrollo motor, caracterizado generalmente por poco control del tronco, no asume la posición de sentado ni siquiera con ayuda, movimientos voluntarios torpes, mal coordinados, con la presencia en ocasiones de movimientos asociados anormales.
- Actividad refleja anormal.
- Aumento del tono muscular.
- Pobre socialización, no se interesa en el medio que le rodea , las cosas no le llaman la atención, no se interesa por los juguetes.
- No responde a los sonidos.
- Pobre respuesta a estímulos visuales.
- Con ayuda no sostiene el peso del cuerpo sobre sus pies.
- Asimetría funcional de un hemicuerpo: una mano más torpe que la otra , menos movilidad de un miembro con relación al otro.
- No emite sonidos.
Curso del desarrollo del bebé promedio: de los 9 a los 12 meses
El niño cada vez es más activo, las habilidades motoras adquiridas en las etapas anteriores se consolidan y perfeccionan.
Se mantiene sentado de forma independiente sin ayuda, se sienta solo y gatea con habilidad progresivamente mayor lo que le permite desplazarse por toda la casa, se para con un punto de apoyo, se desarrolla el equilibrio, el control del centro de gravedad que le permitirán al final asumir la bipedestación sin necesidad de un punto de apoyo. La función manual se perfecciona constantemente, con la práctica y la repetición mejoran los agarres y la pinza digital, emplea las dos manos aunque generalmente una más que otra, puede introducir y sacar objetos de un recipiente, y al final del trimestre puede ser capaz de dar pasos con ayuda.
Paralelamente al desarrollo motor se aprecia un incremento del lenguaje, responde a peticiones verbales simples, reacciona ante el NO, intenta emitir palabras y puede llegar a decir palabras como papá, mamá, o repetir sonidos. De forma general cada vez se relaciona e interactúa más con el medio y se socializa con las personas que le resultan familiares, puede hacer los gestos de adiós con las manos o aplaudir, se establece una clara dependencia afectiva con la mamá y se manifiesta su individualidad siendo tímido, miedoso o afectuoso con los desconocidos, expresando claramente sus preferencias. Cada vez podrá participar de forma más independiente en la comida, el aseo personal o el baño.
Signos de alarma durante el cuarto trimestre
- Alteraciones correspondientes del tono, las reflectividad, o la adquisición de las habilidades motoras correspondientes a la etapa o a etapas anteriores. Puede ser objeto de preocupación por ejemplo ; si no se sienta solo, no gatea, no se arrastra, no se pone de pié.
- Si no responde de forma diferente ante la presencia de extraños en su entorno familiar.
- Si no emite sonidos, o palabras.
- Si no responde a ruidos o a la voz de la mamá.
- Si no se muestra interesado en los objetos que le rodean.
Conclusiones
El primer año de vida es una etapa trascendental en el humano, en el transcurso de 12 meses pasa de la vida intraútero, y de una actividad motora rudimentaria, esencialmente refleja, a lograr dar sus primeros pasos y a conocer e interactuar con el medio que le rodea; este primer año permite establecer las bases necesarias para el aprendizaje, que en los próximos años le permitirá asumir los retos de su integración social.
Detectar en esta etapa los cursos atípicos del desarrollo y comenzar pronto las acciones que permitan neutralizar cualquier elemento que represente una desventaja funcional, es el gran reto de toda madre, de toda familia, que desee lo mejor para su hijo y que no quiera esconder la realidad por difícil que se presente pues siempre se puede mejorar la salud física y psíquica de nuestro bebé con cuidados y atención preferente.