Personas con Alta Sensibilidad (PAS)
Cada niño es un mundo, y existen niños especiales, que pertenecen al mundo PAS. ¿Existen niños insensibles, normales o Altamente Sensibles?
¿Qué se considera Alta Sensibilidad en un niño? Manuela Pérez es psicóloga y la Presidenta de la Asociación de Profesionales dedicados a la Alta Sensibilidad: “Hablamos de niños que sienten la vida de forma más intensa. Suelen dar vueltas a las situaciones generando razonamientos lógicos y rápidos. Gracias a esta capacidad son más veloces de pensamiento. A veces se comportan de forma inesperada debido a una sobrecarga de estimulación. Necesitan más tiempo de descanso mental para sentirse en forma. Además se dan cuenta fácilmente de cómo se sienten los demás. Y también son más sensibles a determinados estímulos sensoriales, como luces, ruidos y olores. Se deben dar todas estas características, en mayor o menor medida, para que se pueda considerar a un niño como PAS (Persona con Alta Sensibilidad)”.
El Instituto de la alta Sensibilidad opina que entre un 20-30% de la población humana presenta una mayor actividad de procesamiento sensorial.
Esto es, perciben y procesan las información sensorial de manera diferente. A esto se le denomina Environmental Sensitivity, y para el público general se nombra esta característica como Personas Altamente Sensibles (PAS).
Sin embargo esta última manera de nombrar a este rasgo puede dar lugar a ciertas confusiones. Esta Alta Sensibilidad no es ningún trastorno o anomalía del individuo sino una característica de su procesamiento sensorial presente en el 20-30% de los individuos. A este grupo de población se ha denominado PAS (Personas Altamente Sensibles) por su traducción del inglés Highly Sensitive Person.
Este nombre y la primera investigación fue acuñado por los psicólogos especializados en Alta Sensibilidad Arthur e Elaine Aron en los años 90. Aún hoy se siguen aportando nuevas evidencias de este rasgo gracias a las investigaciones realizadas y a los avances tecnológicos los cuales permiten por ejemplo técnicas como fRMI (imagen por resonancia magnética funcional). Puede revisar el estudio realizado por el equipo de la Dra Bianca Acevedo, Elaine Aron y las Universidad de Stony Brook de Nueva York y la Universidad de California.
Pablo Villagrán se considera padre de un niño Altamente Sensible, además es editor del Universopas, (empoderamiento para PAS) la web en la que trata sobre el tema. Cuenta que el sistema nervioso de su hijo recoge más información de sus sentidos, percibe los olores y los sonidos de manera más aumentada, tanto los agradables como los desagradables. Y, desde el punto de vista emocional, cree que tiene una gran capacidad empática y que sus emociones suelen estar aumentadas. Pablo piensa que, aunque cada niño Altamente Sensible es diferente, son reflexivos, con gran imaginación, de intensa emocionalidad. “Sienten las injusticias muy profundamente, la mayoría son introvertidos, con una inteligencia desarrollada gracias a que son muy despiertos a los estímulos”.
Manuela Pérez señala que algunos niños llaman la atención por su manera de comportarse: “Por ejemplo, hacen preguntas que no esperas por su edad. Durante los primeros años en el colegio pueden parecer distraídos, pero en realidad están dando cabida a su rica imaginación. A medida que van creciendo se convierten en líderes en grupos donde se sienten cómodos. O bien pueden sentirse desolados cuando están con personas menos sensibles. Necesitan su tiempo para la creatividad. Algunos niños dibujan realmente bien, otros disfrutan muchísimo con la música y la mayoría consigue el éxito en aquello que le gusta lo suficiente. Suelen tener gran habilidad para el lenguaje, pero solo lo demuestran cuando están felices y con las personas que ellos deciden”.
La psicóloga Manuela Pérez cree que los padres y madres de niños PAS deben tener en cuenta que lo más importante para sacar lo mejor de ellos es generar un ambiente en el que estos menores se sientan seguros y respetados. “Deben respetar su sensibilidad. Pensar que sensibilidad no es sinónimo de debilidad ni mucho menos”. Afirma que para estimularlos es necesario fomentar su creatividad. “Es función de la familia observar qué potencialidad tiene el menor y buscarle alternativas extraescolares, o bien permitirles buscar los momentos adecuados para dibujar, leer, escuchar música, etc.” Explica que, ante conductas que puedan parecer extrañas, hay que buscar el origen. Los padres y madres deben mostrarse pacientes y seleccionar muy bien las medidas para corregir al menor, evitando el castigo. “Una sola y severa mirada puede ser para los menores más sensibles, tan efectiva como un duro castigo. Son más sutiles y perciben con rapidez, pero también les hace más daño todo. Es como tener la piel más fina, para lo bueno y para lo malo”. Considera trascendental que los padres estén atentos a su autoestima y enseñarles a identificar personas tóxicas para ellos, pero sin forzar sus relaciones ni elegir por ellos. Y, por último, es fundamentar identificar su talento para poder orientales y darles las herramientas necesarias para el éxito en el futuro.