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Alcoholismo

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un mecanismo por el que el abuso del consumo de cannabis puede producir alteraciones del sistema nervioso comparables a la psicosis y la esquizofrenia. El estudio, publicado en tres revistas científicas, ayuda a comprender la forma en que el abuso de cannabis acarrea efectos negativos, especialmente entre los más jóvenes, cuyo sistema nervioso se encuentra en fase de maduración.

El estudio, dirigido por el investigador del CSIC Javier Garzón Niño, del Instituto Cajal, indica que ciertas anomalías en la neurotransmisión de glutamato y dopamina, cuando coinciden en determinadas áreas del cerebro, se manifiestan en alteraciones de la conducta que se reconocen como esquizofrenia. Añade, además, que el estudio sistemático de alteraciones genéticas y epigenéticas ha descartado las alteraciones del desarrollo del sistema nervioso como causa principal de la esquizofrenia.

Según el conocimiento científico actual, la esquizofrenia está provocada por una disfunción de un receptor del glutamato: el NMDAR. Ello produce el aumento de la función dopaminérgica típica de la psicosis y de la esquizofrenia. Existen factores hereditarios que determinan que unos individuos sean más vulnerables a padecer esta enfermedad. Sin embargo, factores ambientales o malos hábitos como el consumo de ciertas sustancias pueden acelerar su aparición o aumentar su impacto.

El sistema cannabinoide endógeno es beneficioso, ya que controla la excitabilidad del glutamato NMDAR, que a su vez es esencial en procesos como la memoria y el aprendizaje. El conjunto funciona como un mecanismo fisiológico en el que la inhibición proporcionada por el cannabinoide reduce la excitación del NMDAR permitiéndole realizar su función pero vigilando que no comprometa la función celular.

 

Definición

La dependencia de las drogas (adicción) es el uso compulsivo de una sustancia a pesar de las consecuencias negativas, las cuales pueden ser graves; el abuso de las drogas es simplemente el uso excesivo de una droga o el uso para fines distintos a los propósitos médicos.

La dependencia física de una sustancia (necesitar una droga para desempeñarse) no es condición necesaria ni suficiente para definir la adicción. Hay algunas sustancias que no causan adicción, pero que sí provocan dependencia física (por ejemplo, algunos medicamentos para la presión sanguínea), y sustancias que causan adicción pero no la clásica dependencia física (por ejemplo, la abstinencia de la cocaína no trae síntomas como vómitos ni escalofríos; en cambio se caracteriza principalmente por la depresión).

Aunque algunas encuestas sugieren que el consumo de drogas en los adolescentes ha disminuido desde el año 2001, las cifras aún siguen siendo demasiado altas. Más del 17% de los estudiantes de secundaria admitieron el consumo de drogas dentro del mes cuando fueron encuestados y más del 40% de ellos mayores de 12 años dicen que han probado alguna droga al menos una vez en sus vidas.

Algunos de los signos de posible consumo de drogas pueden ser:

  • Ojos inyectados de sangre
  • Tos persistente
  • Pupilas de los ojos extremadamente grandes (dilatadas) o extremadamente pequeñas (puntiformes)
  • Pérdida del apetito (como en el caso de consumo de anfetaminas, metanfetaminas, cocaína)
  • Aumento del apetito (como en el caso de la marihuana)
  • Pereza, apatía o somnolencia constante (drogas opiáceas como la heroína, codeína o puede suceder al «ir pasando el efecto» de drogas estimulantes)
  • Hiperactividad (como se ve con los «estimulantes» como la cocaína, metanfetaminas)
  • Mal rendimiento y aumento del ausentismo escolar
  • Alejamiento de la familia y de las actividades extracurriculares
  • Cambio en los grupos de amigos
  • Olor o aliento inusual (drogas inhaladas)
  • Comportamiento reservado
  • Mentir o robar
  • Pronunciación lenta o mala (con depresivos)
  • Hablar rápido o de manera explosiva (estimulantes)
  • Marcha inestable (ataxia)

La intervención temprana puede disminuir la probabilidad de que continúe el consumo de drogas en esta población. Ver los artículos sobre drogadicción y farmacodependencia y drogadicción.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El abuso del alcohol puede conducir a la adicción o dependencia de las mismas. La dependencia del alcohol también puede presentarse después del uso de alcohol para el alivio del dolor físico, aunque es inusual que esto suceda en personas que no tienen antecedentes de adicciones.

La causa exacta de la dependencia y el abuso de alcohol se desconoce. Sin embargo, la composición genética del individuo, la presión de compañeros, el sufrimiento emocional, la ansiedad, la depresión y el estrés ambiental son todos factores que parecen estar comprometidos.

Los factores de riesgo que predisponen a las personas a la dependencia del alcohol son distintos de los que predisponen al uso o abuso. La presión de los compañeros puede llevar al uso o abuso, pero al menos la mitad de los individuos que caen en la adicción sufren depresión, trastorno por déficit de la atención, trastorno de estrés postraumático u otro problema sicológico.

Por el Dr Ramón Estruch. Del Servei de Medicina Interna. Hospital Clinic de Barcelona.

El alcohol etílico es tóxico para el organismo, pero consumido de forma esporádica y a dosis bajas, sus efectos son rápidamente reversibles. Dosis elevadas sobre el tubo digestivo dan lugar a trastornos de la motilidad esofágica, aparición de reflujo gastroesofágico con todas sus posibles consecuencias, gastritis, trastornos del vaciado gástrico y diarreas. A nivel cardiovascular el consumo agudo da lugar a una reducción aguda de la función contráctil del corazón y a la aparición de arritmias cardíacas. Las alteraciones agudas de la función contráctil del corazón se deben a un efecto inotrópico negativo del etanol sobre el músculo cardíaco, pero este efecto suele quedar enmascarado por un efecto indirecto cronotrópico e inotrópico positivo secundario a la liberación de catecolaminas. Más importancia tiene la relación entre consumo de alcohol y arritmias cardíacas, conocido bajo el término de “corazón del fin de semana” (holiday heart), que debe considerarse como una forma preclínica de miocardiopatía alcohólica. Además de la embriaguez deben destacarse otros efectos sobre el sistema nervioso central como sus efectos sobre la electrofisiología cerebral (potenciales evocados visuales y auditivos), el metabolismo cerebral y la circulación cerebral. Existen posibles efectos beneficiosos del consumo de cantidades moderadas como antiséptico gástrico e intestinal, sobre el sistema cardiovascular (reducción de la mortalidad global y de la mortalidad coronaria) y sobre la enfermedad de Alzheimer.

La masiva incorporación de adolescentes al consumo de alcohol (un 20% se emborrachó en el último mes, a los 14 años ya habían consumido el 71’7%, a los 16 años el 89’9 y a los 18 años el 95’2%. aunque sólo un 7% percibe que bebe bastante o demasiado) registrada en España en las dos últimas décadas, ha convertido a esta sustancia en la principal droga de abuso. La combinación más frecuente en España entre los jóvenes es el alcohol + hachís (37%) seguida por el alcohol + cocaína (8’3%) y alcohol + hachís + éxtasis (6’1%). El Instituto Nacional de Toxicología informó en 1999 que en España cada día se emborrachaban unos 280.000 jóvenes y que esa cifra casi se triplicaba durante los fines de semana.

Como resumen de los factores de riesgo para padecer alcoholismo entre los jóvenes encontramos : ser hombre, edad temprana en el inicio del consumo, presión de grupo, consumo elevado, fracaso escolar, consumo diario, iniciar consumo de bebidas de alta graduación y de otras drogas, falta de estructura familiar, con carencia de límites, de comunicación y de libre expresión de opiniones. La importante presencia que tienen las bebidas alcohólicas en la sociedad española queda confirmada por el hecho de que una amplia mayoría (el 87%) de los ciudadanos de 15 a 65 años las ha consumido en alguna ocasión o porque el 47% las consume con una frecuencia semanal y un 13% diariamente. El 53% de los españoles consideran “normal” beber hasta seis copas en una salida de fin de semana. Es ya toda una tradición. El 56% creen que seis copas al día no dañan la salud. El consumo de alcohol está sobrevalorado, como si de una proeza se tratase el hecho de aguantar grandes cantidades en la ingesta de bebidas alcohólicas, aunque se menosprecia la figura del mal entendido “borracho”. En 1995, en Europa la producción de bebidas alcohólicas representó un 2% del PNB y los costes económicos que ocasionaron las consecuencias de este consumo alcanzó el 5 –6% del PNB (según una encuesta de EUROCARE).

El Plan de acción Europeo promulgado por la O.M.S.en el 2006 propone promocionar medidas políticas encaminadas a:

  • Protección frente a la promoción del alcohol.
  • Desarrollo de medidas educativas.
  • Promoción de entornos favorables y reducción de daños.
  • Desarrollo de planes nacionales y estrategias con jóvenes.
  • Impulso de redes locales de apoyo.
  • Desarrollo de un modelo comprehensivo capaz de dar una respuesta adecuada a los problemas sanitarios y sociales que experimentan los jóvenes en relación con el alcohol, el tabaco y otras drogas.
  • Reforzar la cooperación internacional.

Según la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (F.A.R.E.) el elevado consumo está determinado por: El alto prestigio del alcohol. La gran disponibilidad de las bebidas alcohólicas. Y la Carencia de restricciones legislativas. Desde un punto de vista psiquiátrico la prevalencia de trastornos de personalidad en pacientes alcohólicos se ha situado entre un 15 y un 25% y la de alcoholismo en los trastornos de personalidad alcanza el 50% al 75% .

El 6% de la población española de 15 a 65 años (algo más de 1 millón de personas) mantiene un patrón de consumo abusivo de alcohol en los días laborables (Alto+Excesivo+Gran Riesgo).

  • Un 1´5% de los encuestados (unas 263.000 personas) son bebedores de gran riesgo.
  • El patrón de consumo abusivo de alcohol en días laborables es más evidente entre los hombres (7´6% frente al 3´7% de las mujeres) y en los grupos de 25-29 y 40- 65 años.
  • Los varones de 30-34 años y las mujeres de 25-29 son los colectivos con mayor prevalencia de consumos abusivos de alcohol .
  • Los mayores porcentajes de bebedores de gran riesgo se localizan entre los varones de 30-34 años. Por su parte, entre las mujeres se concentran en el grupo de edades muy jóvenes (15-29 años), hecho especialmente preocupante.

Se observa todavía la existencia de un contexto social tolerante con el consumo de bebidas alcohólicas, como lo confirma el bajo riesgo asociado al consumo de las mismas, a pesar de que la mortalidad atribuible al alcohol supera en España las 12.000 muertes anuales.

Bibliografía

  • Observatorio Español sobre Drogas. Informe nº 2. Ministerio del Interior. Delegación del Plan Nacional sobre Drogas. Imprenta Nacional B.O.E. Madrid. 2000.
  • Portella y cols. El Alcohol y su abuso: Impacto socioeconómico. Edit. Panamericana. Madrid 1998.
  • Ferrer, E. Un problema nacional: la dependencia alcohólica. Jano. 2-8 Julio 1999. Vol. LVII nº 1308.

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