Ofrecer consuelo
Para saber más
El consuelo tiene más que ver con el amor que con las recetas estereotipadas o las lecturas específicas.
Ofrecer consuelo a un bebé o a un niño pequeño es ofrecerle unos abrazos amorosos abiertos, cálidos, donde refugiarse, llorar y obtener al rato una nueva paz.
Cuando el niño se hace adolescente el consuelo es más bien compañía, cercanía, presencia, escucha activa y comprensión.
Ofrecer consuelo es también ofrecer silencio, ofrecer espacio para el llanto, ofrecer un hombro al que arrimarse, ofrecer un abrazo largo y cálido.
Consolar es entender y atender al afligido. Compartir su pena, atender sus necesidades físicas a las que seguro desatenderá, ofrecer sensibilidad y discreción, ofrecer compañía amorosa y silenciosa.
Consolar es amar, creer y pedir por la acción misericordiosa de Dios Padre.