Urticaria aguda en la infancia
Para saber más
Definición
La palabra urticaria procede del término “urtica”, nombre en latín de la ortiga, hierba cuyo contacto con la piel produce habones.
La urticaria es una erupción cutánea cuyo diagnóstico clínico se basa en la presencia de habones. Desde el punto de vista patogénico se considera a la urticaria una lesión vascular reactiva secundaria a diferentes causas no sólo de naturaleza alérgica.
La urticaria puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Pueden ser pequeños granitos como la picadura de un mosquito o pueden ser más grandes. La urticaria también puede tener forma de anillos o un grupo de anillos juntos. Estas erupciones pueden aparecer en grupos y pueden cambiar su localización en el cuerpo en cuestión de horas. La urticaria puede aparecer en la cara y luego desaparecer. Transcurrido el tiempo, pueden volver a aparecer en los brazos.
La urticaria es común, entre un 10 y un 25 por ciento de las personas la padecen por lo menos una vez en la vida. Generalmente no es peligrosa, aunque ocasionalmente puede ser el síntoma de una reacción alérgica.
Mientras que la urticaria se caracteriza por habones o “ronchones” con picor (prurito), en el angioedema existe una “hinchazón” de zonas como labios, párpados u orejas, al afectar a tejidos más profundos que la urticaria. Aunque las lesiones son diferentes se trata de la misma entidad clínica y con frecuencia se manifiestan de forma asociada.
Descripción
El proceso cursa en brotes, con habones y/o “hinchazón de localización cambiante y duración fugaz (inferior a 24 horas), sin dejar señal al desaparecer. Los habones son de tamaño, forma y color (rojo, rosa, blanquecino) muy variables y de superficie más o menos convexa. En el angioedema, la sensación es más de dolor, punzada, hormigueo o tensión. Ocasionalmente el angioedema se localiza en las vías respiratorias y puede dar lugar a sensación de ahogo.
Dependiendo de la duración de los brotes la urticaria se divide en:
- Urticaria aguda: cuando duran menos de seis semanas.
- Urticaria crónica: cuando duran más de seis semanas.
La urticaria aguda comienza de forma súbita, en un brote único que persiste horas o varios brotes de pocos días. Desaparece sin dejar huella y no suele volver a aparecer.
En algunos casos puede hacerlo, por lo que hablaríamos entonces de “urticaria aguda intermitente”. En los niños la urticaria aguda es más frecuente que la urticaria crónica y la urticaria aguda intermitente. La frecuencia entre ambos sexos es similar.
Causas
La lista de posibles causas de urticaria aguda es bastante amplia, destacando:
- Fármacos: potencialmente cualquier fármaco podría producirla. En niños, lo más frecuente es que se trate de analgésicos (aspirina o paracetamol) o antibióticos (sobre todo penicilinas como amoxicilina y cefalosporinas). También se puede incluir en este epígrafe la urticaria que aparece en ocasiones como reacción a la administración de la inmunoterapia.
El mecanismo más frecuentemente involucrado es alérgico por hipersensibilidad IgE mediada (ver que es la alergia), aunque también puede haber urticaria por liberación inespecífica de histamina (por ejemplo por aspirina, por contrastes o por derivados de la morfina). El manejo de la posible alergia a medicamentos corresponde en exclusiva al alergólogo, ya que es el profesional con más experiencia en este campo y el que puede ofrecer seguridad en el diagnóstico. En los niños existe alergia a medicamentos, pero es mucho menos frecuente que en el adulto, por lo que casi siempre es fundamental realizar un test de provocación en medio hospitalario. - Alimentos: del mismo modo que en el grupo anterior, la lista sería también potencialmente infinita, aunque en la práctica los alimentos que producen este cuadro con mayor frecuencia son leche, huevo, pescado, marisco, frutos secos y frutas. El mecanismo responsable es alérgico por hipersensibilidad IgE mediada (ver que es la alergia). Algunos alimentos en mal estado o liberadores inespecíficos de histamina también puede producir urticaria aguda. En relación con la alimentación también hay que recordar los casos producidos por alergia a anisakis, parásito del pescado (ver alergia a anisakis), y más raramente por aditivos alimentarios.
- Picaduras: generalmente como reacción a picaduras de himenópteros (abeja y avispa), aunque también se puede producir por otras picaduras como por ejemplo la de araña. En el primer caso por mecanismo alérgico IgE mediado y en el resto por mecanismo incierto.
- Infecciones locales o generalizadas por virus, bacterias, hongos o parásitos.
Una infección puede ser desencadenante de urticaria aguda. Merece la pena detenerse en este punto, ya que con frecuencia el diagnóstico diferencial con una posible alergia a medicamentos se convierte en el particular “caballo de batalla” del alergólogo.
Con motivo de la infección, al niño se le administra un medicamento, ya sea analgésico o antibiótico, y entonces aparece una urticaria. Lo indicado entonces es acudir al alergólogo, que en la mayoría de las ocasiones planteará un test de provocación con el medicamento implicado, el cual casi siempre se tolera porque fue la infección la responsable de la urticaria y no la medicación.
Este comentario debe servir para evitar que los padres tengan miedo, ya que la provocación bien hecha es la única prueba que nos dará el diagnóstico definitivo y evitará un falso diagnóstico de alergia a medicamentos. En algunas infecciones, con la administración de determinados antibióticos, puede aparecer un exantema. También la rotura súbita de un quiste hidatídico puede ser causa de urticaria, así como la aparición de parásitos en heces, aunque en este último caso es más probable que dé lugar a urticaria crónica o aguda recidivante.
La urticaria infantil en niños y bebés causada por una infección viral es frecuente que se presenta en dos variedades:- Urticaria tipo I, la mas común tanto en niños como en adultos, produce lesiones dolorosas alrededor de la boca en forma de aftas (calenturas). Es natural que cuando presenta este tipo de infección el niño pierda el apetito, debido a las lesiones que comienzan en una zona enrojecida y abultada, que se abre y deja salir un líquido opalescente. Después se forma una costra.
- Urticaria tipo II, es producida por el virus Zoster, el mismo que produce también la varicela. El virus queda alojado en las células de los ganglios nerviosos sensitivos que inervan esa región y pueden reactivarse ante situaciones de stress, bajas defensas (niños), fiebre, exposición al sol, menstruación (en las adolescentes).
- Sustancias contactantes: el contacto o roce con determinadas sustancias puede originar una urticaria de contacto. Esto puede suceder porque el niño sea alérgico a las mismas (alimentos, artículos de látex como globos, animales como el perro, gato, caballo, roedores, etc.), o bien porque se trate de sustancias urticantes (orugas, plantas como las ortigas…)
- Neumoalergenos: una súbita exposición a los mismos por vía inhalativa puede desencadenar urticaria aguda. Aquí incluiríamos nuevamente a los epitelios de animales y también a los ácaros del polvo (por ejemplo acudir a una casa en el litoral que ha permanecido cerrada durante un tiempo). Es curioso también el fenómeno que se produce en algunos niños alérgicos al polen, que en época de polinización presentan de forma esporádica algunos episodios de urticaria leve. El látex por vía inhalativa también puede producirla.
- Causas desconocidas: al igual que ocurre en la urticaria crónica, la inmensa mayoría de los casos de urticaria aguda son de origen desconocido. Por ello, cuando la historia clínica no sugiere la existencia de alguna de las causas antes mencionadas, ni siquiera esta indicado la realización de un estudio de la posible causa de la urticaria. Por ejemplo: estar expuesto a temperaturas frías (como lanzarse a una piscina con agua fría); ejercicio físico con exposición al sol; nerviosismo o estrés…..
Diagnóstico
El médico realizará:
- Una exploración física detallada: aunque el diagnóstico clínico de la urticaria parezca sencillo, con frecuencia se confunde con otro proceso dermatológico agudo muy común como la pitiriasis rosada de Gibert.
- Una historia clínica minuciosa para intentar a través de la misma sospechar el agente causal: un único episodio de urticaria aguda no justifica la realización de un estudio de la causa, excepto cuando exista una sospecha que haya que confirmar o descartar. En el momento en el que la urticaria se repite varias veces entonces sí estará justificado un estudio similar al de la urticaria crónica.
Tratamiento
Respecto al tratamiento, al ser un proceso autolimitado, la urticaria desaparece espontáneamente en algunos casos.
El tratamiento de elección de la urticaria aguda son los antihistamínicos, que se administrarán a la menor dosis que controlen los brotes hasta su desaparición.
En ningún caso se recomienda la aplicación de antihistamínicos tópicos, ya que son muy sensibilizantes.
En algunos casos rebeldes, si existe angioedema intenso o si hay una clara sospecha de origen medicamentoso habrá que añadir corticosteroides orales, aunque en el caso de la urticaria aguda en niños es muy raro tener que administrarlos.
Siempre que se utilicen debe hacerse con una pauta descendente en varios días para evitar “rebotes” de las lesiones.
En casos graves o con compromiso para la vida (por ejemplo por afectación de la vía respiratoria) hay que administrar adrenalina subcutanea.
¿Puedo prevenir la urticaria?
Sí y no. La respuesta es «sí» si sabes lo que te causa la urticaria – por ejemplo, las fresas. Si sabes la causa de tu problema, simplemente debes evitarla. Si padeces de urticaria cuando estás nervioso, la relajación y los ejercicios de respiración pueden ayudarte. Pero si no sabes la causa de tus ataques de urticaria, es difícil prevenirla.
Lógicamente, el tratamiento principal es la evitación de la causa en aquellos casos en los que haya sido detectada.