Actitud positiva ante la vida
Para saber más
Definición
“Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo” decía Ortega y Gasset. ¿Cómo puedo salvar mi circunstancia?. Pues en primer lugar con una actitud positiva ante la vida que fundamentalmente consiste en transformar la adversidad en un desafío que puede proporcionarnos disfrute al afrontarlo.
Siempre puedo, cuando tengo sed, ver la botella medio llena o medio vacía, cuando en realidad está mediada. Depende de nosotros el juicio y la acción como respuesta, la actitud: “voy a rellenar la botella en la fuente ahora que paso cerca”. La suma de esas actitudes hacia las pequeñas cosas que nos pasan forjará nuestro éxito en la vida, no sólo desde el punto de vista social o profesional, sino también y fundamentalmente desde el punto de vista personal.
«Si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo», decía en su obra «Pensamientos», el filósofo estoico y mas tarde emperador romano Marco Aurelio.
Daniel Goleman en su conocido libro “La inteligencia Emocional” afirma que el optimismo y la esperanza impiden caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. Y añade: «Es la combinación entre talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso, lo que conduce al éxito».
Para fomentar la actitud positiva:
- es conveniente ejercitar con asiduidad, diariamente valores:
- de la esperanza: “mañana iremos al parque de las ranas”.
- del juego con esfuerzo: proponer a un niño de 5 años hacer mímica para representar a un animal y que los demás adivinen el animal propuesto.
- del saber diferir las gratificaciones, conceptos clave que los padres deben trabajar desde que los niños son muy pequeños: “si eres ordenado y recoges tus juguetes…si no refunfuñas al irte a la cama…el sábado iremos de excursión”. Enseñar una meta de comportamiento y un premio por alcanzar la meta. Que se deberá siempre ofrecer y realizar. Esto enseñará al niño que para conseguir ciertos premios o éxitos o buenos resultados hay que saber esperar y trabajar con esfuerzo por alcanzar la meta.
- otras virtudes importantes a la hora de tener una actitud positiva ante la vida son
- la autoconfianza sin egoísmo, “yo puedo ir a la fuente sólo; vosotros descansar”.
- la humildad, “ si tropiezo y me caigo se me puede romper la botella, iré con cuidado”.
Las personas con actitud positiva ante la vida, son las que consiguen disfrutar ante los desafíos de la vida y no destinan sus energías a dominar su entorno, familia o amigos, sino a encontrar una manera armoniosa de funcionar dentro de él.
- Ejemplo vital: Para enseñar a los niños la actitud positiva ante la vida es preciso por parte de los padres transformar cada contratiempo en una oportunidad maravillosa, en un desafío vital frente al cual es preciso buscar soluciones alternativas al enfado y la frustración: “Tenemos un gran atasco en la carretera, ¿que os parece si paramos en este parque y jugamos un rato mientras se disuelve el tráfico?”. “Está lloviendo a mares, ¿qué os parece si buscamos una película divertida y dejamos la salida para mas tarde?”.
- Trabajo diario. Quizás lo más interesante en la enseñanza de la actitud positiva en la vida es, por parte de los padres aplicarla en el trabajo diario, en casa, en el coche, de excursión, dar ejemplo de formas de convertir cada pequeño contratiempo en una experiencia nueva gratificante mientras se hace, aunque a primera vista no parezca fácil.
La actitud positiva ante la vida trata de cambiar la forma de percibir los contratiempos, de ver en ellos los desafíos que cada día nos depara, manteniendo claramente nuestras metas a través de ellos y aprendiendo de estas dificultades (retroalimentación). Por supuesto, hay experiencias y trabajos más propicios a una actitud positiva, y por ello, no sólo es importante cambiar nuestra forma percepción el trabajo sino también puede ayudar cambiar el trabajo en sí mismo para que cumpla esas características. - No relativizar los problemas. No se trata de no ser conscientes de la dificultad, del problema, de no ver sus consecuencias negativas. No se consigue nada minusvalorando la situación que se debe afrontar. La actitud positiva ante la vida, es positiva también en la delimitación del problema y de su verdadero alcance. Pero transforma nuestra percepción y lo que es un escalón lo convierte estímulo para saltar. Los problemas deben afrontarse buscando las mejores soluciones, pero eso no indica que debamos sufrir mientras el problema exista, pues, en la mayoría de los casos ese sufrimiento no sólo no conduce a la mejor solución, sino que impide llegar a ella.
Método para resolver problemas a través de la inteligencia emocional
Los psicólogos estadounidenses Elias, Tobias y Friedlander proponen un método para la resolución de problemas basándose en la Inteligencia Emocional. Este método -llamado STOPP SPA por las siglas de los 8 pasos que lo componen- tiene la ventaja que obliga a detenernos, a pensar el problema, evitando que nos dejemos llevar por la presión del momento o por nuestras emociones: ira, incertidumbre, nerviosismo, frustración, miedo…
Conocer y pensar en nuestros sentimientos, cuando estés frente a un problema pregúntate: ¿Cómo me siento? ¿Qué clase de sentimientos experimento? ¿Cómo creo que se siente el otro o los otros afectados?
Admitir que el problema existe, independientemente de quien sea el culpable. Si el problema existe, seguro que es preciso actuar para resolverlo o mitigar sus efectos negativos. Pregúntate: ¿Qué pasó exactamente? ¿Qué pasó antes? ¿y después? ¿Qué hice o no hice? ¿Cuál es el origen del problema?
Plantear los objetivos de actuación por escrito. Consiste en hacer una lista clara y explícita de lo qué queremos. Los objetivos deben ser razonables y debemos tener paciencia y perseverancia para conseguirlos. Pregúntate: ¿Qué me habría gustado que sucediera? ¿Qué me gustaría que sucediera ahora?
Buscar todas las posibles acciones que puedan servir para conseguir los objetivos. Cuantas más soluciones potenciales se tengan, mejor