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Desarrollo de conceptos

Para saber más

El desarrollo de conceptos es una aventura común, en la que usted y el niño pueden aprender el uno del otro y juntos a explorar y disfrutar del mundo, de la vida. Los conceptos son dinámicos y están en continua evolución. Esto es cierto para todo el mundo, independientemente de si el niño al que acompañamos en su crecimiento pueda o no ver y oír. Un niño sordo-ciego le puede mostrar nuevos conceptos y nuevas formas de experimentar el mundo. Usted le puede ayudar a que entienda que puede ser un participante gozoso en un mundo rico personal y social. Puede enseñarle que otra gente utilizar el lenguaje corporal o el lenguaje de señas para comunicarse.

Le puede contar que le gustan las cerezas y acariciar al perro del vecino y tocar el tambor, puede enseñar que el elefante de juguete también tiene orejas grandotas y una trompa serpenteante.

Los conceptos crecen a través de experiencias compartidas.

Juntos aprendemos más y más sobre el otro y sobre el mundo que nos rodea.

El reto

Hay una vieja historia que explica el reto de ayudar a que los niños ciegos desarrollen conceptos significativos. La historia es la siguiente: Cuatro niños ciegos están tocando un elefante. El que está tocando la trompa dice: “Un elefante es como un arbusto grueso y serpenteante”. El que está tocando la oreja dice: “No, un elefante es como un ventilador de cuero gigante”. El que toca el cuerpo del animal dice: “¡No! ¡Un elefante es como un gran muro de ladrillos!” Y el que está tocando la cola dice: “¡¿Cómo es posible que estén tan equivocados?! ¡Un elefante es como una cuerda colgante en balanceo!”.

Pero otra vieja historia nos recuerda el reto de ayudar a que los hombres desarrollen conceptos significativos: érase una vez un padre muy anciano que tiene cuatro hijos, a los cuatro les pide visiten su casa natal enclavada en las montañas y le cuenten cómo está.

El mayor vuelve y le dice, padre no había nada que hacer, todos los árboles están perdidos, sin hojas, el cielo estaba gris, la casa cerrada y fría, el estanque helado, las montañas blancas y no se veía animal alguno.

A los tres meses vuelve el segundo hermano quien le cuenta al padre, que bien lo ha pasado, todo el día tumbado en la hierba contemplando los prados y los árboles en flor, la casa estaba abierta, el cielo azul con nubes envolvía los árboles, el agua corría por la pradera y se veían mariposas revolotear por doquier. En el estanque había peces.

A los tres meses volvió el tercer hijo y le narró al padre su experiencia, el calor y el trabajo que había sufrido, pues tuvo que recolectar toda la fruta de los árboles, la hierba estaba rala y tuvo que subir a los animales a pacer en lo alto de la montaña, el estanque se había secado y había de acarrear agua, la casa estaba llena…

A los tres meses el hijo mas pequeño contó al padre su experiencia, todo el campo era una experiencia de color, los árboles rojizos, ocres y verdes se entremezclaban con los campos amarillos. Los animales campaban a sus anchas por la pradera que había rebrotado, y en la casa estaban repintando las ventanas.

Llamó el padre a sus cuatro hijos, les contó las cuatro versiones diferentes de la misma casa según las cuatro estaciones del año y les pidió no juzgar con tan solo una impresión.

Esta breve historia nos muestra que los conceptos están relacionados con las experiencias de cada persona. Los conceptos son las ideas que le dan significado a nuestro mundo. Los conceptos que desarrollamos se basan en nuestras experiencias particulares. Cada uno de estos hombres tuvo una experiencia enteramente diferente con su viaje a la casa paterna o con su encuentro con el elefante y, por consiguiente, cada uno de ellos tenía un concepto enteramente diferente de la casa y del “elefante”. Ninguno de los conceptos era incorrecto si los entendemos como productos de experiencias individuales. Pero eran erróneos por ser parciales, particulares.

Cada una de las ideas sobre la casa paterna o el “elefante” tiene sentido desde el punto de vista del hombre que vivió una época del año o que tocó una parte del elefante distinta a las demás.

Como los hombres de estas dos historias, cada niño desarrolla conceptos propios según su experiencia personal. Un niño al que le falte el sentido de la vista o del oído también.

Es preciso para el adulto imaginar el mundo de cada niño en particular, con sus limitaciones propias, para ir previendo y adaptando las experiencias infantiles de forma que pueda poco a poco ir desarrollando los conceptos del mundo social.

En la edad infantil, los conceptos se desarrollan en espiral, con el niño al centro. La construcción de un concepto positivo sobre sí mismo empieza en un entorno de cuidado que responda a las necesidades del niño. En los brazos de su madre, el bebé aprende que puede influir a otro ser humano. Aprende que puede llorar y recibir alimento y consuelo, que puede interactuar con otra persona. De forma gradual, conforme el niño va creciendo, sus experiencias se van haciendo más numerosas. Aprende sobre su propio cuerpo y el cuerpo de su madre. Aprende que los objetos existen al igual que existen los seres humanos. Aprende sobre lo que puede alcanzar con sus manos, lo que sus ojos pueden ver y lo que puede oír. Aprende que tiene una familia, una casa, un vecindario y un pueblo. Aprende que la gente se comunica a través del lenguaje y llega a verse a sí mismo como parte de la comunidad que usa ese lenguaje.

Los conceptos se van construyendo unos sobre otros. Cuantas más ideas y más recuerdos tenga el niño sobre la forma en la que funciona el mundo y las relaciones, más fácil le será seguir desarrollando ideas.

Bibliografía

  • Cordoba Iñesta, A. I., Descals Tomas, A. Y Gil Llario, M. D. (2006) Psicologia del desarrollo en la edad escolar. Ed. Piramide
  • Kimmel, Douglas C. Y Weiner, Irving B. (1998) La Adolescencia: Una Transicion Del Desarrollo. Ed. Ariel
  • Garaigordobil Landazabal, Maite (2003) Intervencion Psicologica Para Desarrollar La Personalidad Infanti L: Juego Conducta Prosocial Y Creatividad. Ed. Piramide

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