Escucha activa
Para saber más
Ser padres de un adolescente es complicado, porque en muchas ocasiones parece como si el adolescente hablase otro lenguaje. No le entendemos.
Tampoco es fácil ser adolescente, es una etapa de cambio en donde permanecen actitudes de la infancia con corporeidades de adulto, necesidades de entendimiento y dificultades de expresión.
Por estas dificultades habituales de comunicación entre los padres y los adolescentes es preciso encontrar una herramienta que facilite la tarea, esta herramienta es la “escucha activa”.
Para escuchar activamente es preciso practicar en:
- hacer buenas preguntas
- no prejuzgar
- parafrasear
- mostrar empatía
Para hacer buenas preguntas hay que practicar, y al decir “buenas preguntas” nos referimos a preguntas que animen al adolescente a seguir hablando, preguntas que no ofendan, que no sugieran crítica, preguntas que muestren más interés en los sentimientos del adolescente que en las acciones del adolescente. Preguntas sinceras y honestas.
Por ejemplo, después de una fiesta, es mas conveniente comenzar con preguntas del tipo: ¿Qué tal te lo has pasado? ¿Te has divertido? ¿Estaba muy animada? Mas que con : ¿a qué hora has vuelto?, ¿con quién has estado? , ¿qué has bebido?.
Después de ver juntos una película, es bueno preguntar por la opinión del adolescente, pero siempre dejando la respuesta abierta, esto quiere decir que es mejor preguntar ¿qué te ha parecido? Que dar por sentado “Seguro que no te ha gustado nada la película, ¿a que sí?”.
Al hacer preguntas intentamos:
- Conocer mejor los pensamientos, sentimientos y deseos del adolescente: ¿me puedes contar mas de tus ideas sobre el proyecto?
- Clarificar conocimientos: te he entendido que estabas mal con Pedro, ¿es posible?
- Animar a la colaboración: ¿qué te parece si damos un paseo?
- Animar al descubrimiento: ¿Cuáles crees tu que son tus opciones en este examen?
- Animar a la elaboración de razonamientos: ¿qué crees tú que puede pasar ahora?
- Recolectar mas detalles: ¿qué pasó antes de que empezase la pelea?
Como padres nos podemos cuestionar si practicamos la “escucha activa” preguntándonos:
Si somos sinceros en el interés por conocer, el interés se detecta hasta en el tono de voz.
Si de verdad no prejuzgamos las respuestas.
Si no añadimos “ya sé como te sientes, yo también he sido adolescente” (porque cada persona es distinta)
Si dejamos las respuestas abiertas
Si no damos nuestro consejo hasta después de haber escuchado todas las respuestas sobre ¿y tú que opinas de este tema? ¿y a ti que te parece este hecho?
Parafrasear es asegurarse de haber escuchado bien, es volver la frase del revés hasta conseguir todo su sentido, el doble y el escondido…Por ejemplo el adolescente suelta una día al volver del centro escolar: “Odio las matemáticas y a la profesora, nunca nos deja trabajar en paz¡”. La respuesta parafraseada en escucha activa sería: “Esto me suena a como si te aburriesen las matemáticas o la forma en que la profesora las explica…” y dejamos espacio para que el adolescente abunde en la explicaciones del porqué “odia las matemáticas” o porqué la profesora “no los deja en paz”.
Pafrasear ayuda a entender el sentido por completo. Ayuda a entender mejor los sentimientos del adolescente y muestra al adolescente el interés que despiertan sus comentarios en casa. Otra gran ventaja del parafrasear es que permite al adolescente corregir de inmediato cualquier malentendido. “¡No¡, no es eso, me siguen gustando las matemáticas solo que ahora la profesora…”.
Mas ejemplos sobre parafrasear:
Una madre comenta con su hija adolescente, “Estoy preocupada por la cantidad de tiempo que dedicas a ver telenovelas, quizá deberíamos plantear un horario, unos días y así tendrías mas tiempo para hacer los deberes…”
- “Pero mamá las series son las series, si pierdes un capítulo estás perdida, y además todas mis amigas ven la misma cantidad de horas que yo”
- “Esto me suena a que si no haces lo mismo que hacen tus amigas te sientes perdida…”
- “Justo¡. Eso es. Si pierdo un capítulo ya no sé de que va. Y todas pueden hablar menos yo”.
- “Ya, y si no puedes hablar de lo que todas hablan, pues es como si no existieras…
- «Exactamente mamá».
- «Veo que el tema es importante para ti. ¿Me puedes decir cuales son las dos series que gustan mas a tus amigas y a qué hora se televisan? Quizá podemos llegar a un acuerdo de ver esas dos y así tener tiempo para estudiar algo mas ¿Qué tal?.»
No prejuzgar: es muy difícil para los padres escuchar activamente y no estar pensando en paralelo y al mismo tiempo las segundas intenciones del hijo o la hija adolescente a quien tan bien prensamos que conocemos. Pero ese adolescente que tenemos delante está en pleno cambio. No es el mismo que ayer. Aunque a nuestros ojos de padres nos parezca el mismo desde que nació. Déle espacio mental. Concédale el beneficio de la duda. Y continuamente anímele a seguir hablando, “sigue, me interesa mucho lo que dices”; “adelante, me tienes intrigado”; “bien ¿y qué pasó después?”
Mostrar empatía, no es comprender, ni es ceder, ni es hacer lo que ella o el adolescente desean… es mostrar que se tiene ganas de comprender y aceptar. Que no se califica de tonto y ridículo lo que el adolescente propone. Pongamos un ejemplo. Padre e hija adolescente discuten sobre a que hora debe volver de una fiesta.
Padre: me gustaría que estuvieses de vuelta a la una de la noche.
Adolescente: imposible, la fiesta termina a las tres. Y todas mis amigas se van a quedar hasta el final.
Padre: veo que apurar la fiesta hasta el final te importa, como a mí me importa tu seguridad, tanto a la ida como a la vuelta. A la ida te puedo llevar yo y si quieres recogemos a alguna amiga tuya de paso y si todas tus amigas se van a quedar hasta el final quizá se pudiera llegar a un acuerdo con otro padre para la vuelta, ¿Qué te parece?
Para los padres es fácil comprobar si se está haciendo el esfuerzo por mostrar empatía.
Basta comprobar si nuestra expresión corporal y lo que decimos están de acuerdo.
Si nuestra comunicación verbal está de acuerdo con nuestros sentimientos. Si realmente estás intentando “ver y sentir con los ojos del adolescente”.
Todo esfuerzo por escuchar activamente será bien recibido y muy bien remunerado en nuevas dosis de confianza. Inténtelo cuando no esté cansado. Ni de mal humor. Intente escuchar activamente y cada día le será mas fácil la comunicación con su hijo adolescente.
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