Etapas del desarrollo cognitivo – de 7 a 13 años
Para saber más
Jean Piaget dedicó varios de sus trabajos al estudio de las estructuras cognitivas en el niño. El niño desde que nace, va desarrollando sus estructuras cognitivas por medio de las experiencias. Decía Ortega y Gasset que “somos lo que hacemos”. El pensamiento del niño corre secuencialmente y en paralelo a su crecimiento, llevando a cabo varias funciones de coherencia como son las de clasificación, simulación, explicación y relación.
Piaget concibe la inteligencia como la capacidad de adaptación al medio que nos rodea. Esta adaptación consiste en un equilibrio entre dos mecanismos indisociables: la acomodación y la asimilación.
El desarrollo cognoscitivo comienza cuando el niño inicia a realizar un equilibrio interno entre la acomodación y el medio que lo rodea y la asimilación de esta misma realidad a sus estructuras.
Este desarrollo (generalista, nunca definitorio de un niño en particular) prosigue un orden determinado, que incluye cuatro etapas, senso-motor (0-3 años), preconcreto o preoperatorio (3-7 años), concreto (7-13 años) y formal (13-19 años). Cada uno de estos periodos o etapas está constituido por estructuras originales, las cuales se irán reforzando a partir de la etapa anterior.
El ser humano estaría siempre en constante desarrollo cognoscitivo, por lo tanto con cada experiencia nueva de deberá reestablecer un equilibrio. Julián Marías dice que la identificación de cada persona se basa en sus “experiencias radicales”. ¿Cuál es el papel que juegan la acomodación y la asimilación para poder llegar a un estado de equilibrio?. El niño, al irse relacionando con su medio ambiente, irá incorporando las experiencias a su propia actividad, y es aquí donde interviene el mecanismo de la asimilación puesto que el niño asimilaría el medio externo a sus estructuras cognoscitivas ya construidas, sin embargo las tendrá que reajustar con las experiencias ya obtenidas, lo que provoca una transformación de estructuras, es decir, se dará el mecanismo de la acomodación.
No obstante, para que el pensamiento pase a otros niveles de desarrollo, deberá presentarse un tercer mecanismo, se trata del «equilibrio», el cual es el balance que surge entre el medio externo y las estructuras internas del pensamiento.
La asimilación de los objetos externos es progresiva y se realiza por medio de todas las funciones del pensamiento: la percepción sensitiva, la memoria, la inteligencia práctica, el pensamiento intuitivo y la inteligencia lógica.
Al conocer la evolución de las estructuras cognoscitivas se torna más fácil comprender el papel que juegan los mecanismos de adaptación y acomodación en el desarrollo educativo.
Tercer periodo 7-13 años
Estadio de las operaciones concretas
De 7 a 11 años. Cuando se habla aquí de operaciones se hace referencia a las operaciones lógicas usadas para la resolución de problemas. El niño en esta fase o estadio ya no sólo usa el símbolo, es capaz de usar los símbolos de un modo lógico y, a través de la capacidad de conservar, llegar a generalizaciones atinadas.
Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por ‘conservación’ se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma. Antes, en el estadio preoperativo por ejemplo, el niño ha estado convencido de que la cantidad de un litro de agua contenido en una botella alta y larga es mayor que la del mismo litro de agua trasegado a una botella baja y ancha (aquí existe un contacto con la teoría de la Gestalt). En cambio, un niño que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está intelectualmente capacitado para comprender que la cantidad es la misma (por ejemplo un litro de agua) en recipientes de muy diversas formas.
Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas la cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. A la capacidad recién mencionada se le llama reversibilidad.
Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.