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Problemas psicológicos en los hijos por el divorcio de los padres

Para saber más

Testimonio personal de una hija sobre el divorcio de sus padres:

Solo quiero compartir mi experiencia, ha pasado mucho tiempo pero el divorcio de mis padres me descontroló totalmente, ya soy adulta y he madurado, pero me costó, madure pasadito de los 40, y guarde rencor a mi madre desde siempre ya que la culpaba de todo lo malo que me pasó. Sufrí mucho, hasta la fecha solo Dios que me tranquilizó y los años. Pero en fin mis padres me lastimaron mucho, tal vez sin querer pero lo hecho hecho está. Ellos nunca se sentaron a informarnos de lo que iba a pasar, mi mamá se casó y no nos dijo nada. Solo les importaba su vida, destruyendo la mía, aunque ahora ya no quiero pensar en eso pero me duele aún.

El divorcio en cifras

Las cifras del divorcio son crecientemente importantes. En España se encamina hacia el 50% sobre el total de los matrimonios celebrados. En los Estados Unidos como en Inglaterra o Alemania está por encima del 40% y ha llegado a suponer el 50% (recientemente se nota un cambio descendente en el porcentaje de divorciados sobre el total de matrimonios).

Una investigación publicada en el Journal of Family Studies muestra que la mayoría de bebés y niños que alternan de hogar por vivir con padres divorciados desarrollan problemas psicológicos a largo plazo. Jennifer McIntosh, psicóloga clínica y terapista familiar, explicó que alternar entre padres separados ocasiona “problemas de relación” en el 60 por ciento de los niños menores de 18 meses.

A largo plazo –según la experta–, estos niños crecen teniendo “niveles alarmantes de inseguridad emocional y una baja capacidad para regular emociones fuertes” durante su juventud y adultez.

“Intercalarse entre los padres sin la presencia de una relación entre ellos que pueda sostener la necesaria cooperación es fatal para los niños, especialmente para los pre-escolares”, afirmó McIntosh y añade que “de la misma manera, intercalar residencias, que suele darse durante la semana, trae complicaciones para las necesidades primarias de seguridad”.

El individuo forja su personalidad en el seno familiar. Cuando se produce una separación en dicho entorno, el niño pierde sus marcos de referencia.

Ser “un hijo del divorcio” se ha convertido en algo común, aunque sigue provocando un trauma para quienes experimentan sus estragos.

Testimonio personal de una hija sobre el divorcio de sus padres:

Solo quiero compartir mi experiencia, ha pasado mucho tiempo pero el divorcio de mis padres me descontroló totalmente, ya soy adulta y he madurado, pero me costó, madure pasadito de los 40, y guarde rencor a mi madre desde siempre ya que la culpaba de todo lo malo que me pasó. Sufrí mucho, hasta la fecha solo Dios que me tranquilizó y los años. Pero en fin mis padres me lastimaron mucho, tal vez sin querer pero lo hecho hecho está. Ellos nunca se sentaron a informarnos de lo que iba a pasar, mi mamá se casó y no nos dijo nada. Solo les importaba su vida, destruyendo la mía, aunque ahora ya no quiero pensar en eso pero me duele aún.

Un “hijo del divorcio” es un niño socialmente normal que sostiene una relación extraña con una pareja que ha muerto como tal y que sólo se perpetúa indirectamente en el hijo.

A la hora de estudiar los efectos del divorcio en los hijos es difícil determinar si es el propio divorcio es lo que les afecta o una serie de factores sociales que acompañan muy frecuentemente a la separación de las parejas. En principio lo que parece demostrado es que el divorcio produce vulnerabilidad en los niños.

Entre los factores sociales (Kalter et al. 1989) destacan:

  • Pérdida de poder adquisitivo. La convivencia en común supone el ahorro de una serie de gastos que se comparten. La separación conlleva una pérdida de poder adquisitivo importante.
  • Cambio de residencia, escuela y amigos. El divorcio de los padres conlleva cambios importantes en el entorno del hijo. Puede tener que cambiar de colegio, o de residencia. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y ajuste social del niño es muy importante.
  • Convivencia forzada con un padre o con miembros de la familia de alguno de ellos. No siempre la elección del padre con el que se convive es la que el niño quiere. La familia de los separados apoya el trabajo adicional y aporta frecuentemente el apoyo necesario para que el padre que se hace cargo del niño pueda realizar sus actividades laborales o de ocio. Este factor conlleva una convivencia con adultos, muchas veces muy enriquecedora y otras no tanto.
  • Disminución de la acción del padre con el que no conviven. El padre que no está permanentemente con su hijo deja de ejercer una influencia constante en él y no puede plantearse modificar comportamientos que no le gustan los fines de semana que le toca visita. Por otro lado, el niño pierde el acceso a las habilidades del padre que no convive con él, con la consiguiente disminución de sus posibilidades de formación.
  • Introducción de parejas nuevas de los padres. Es un factor con una gran importancia en la adaptación de los hijos y tiene un efecto importante en la relación padre/hijo.

Si se dan, además, factores emocionales en los padres, los efectos negativos en los hijos pueden multiplicarse. Por ejemplo:

  • Una mala aceptación del divorcio por uno de los padres puede llevarle a convivir con una persona deprimida u hostil.
  • Un divorcio conlleva, por su propia naturaleza, una cierta hostilidad entre los padres. Cuando esa hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está presionando al niño para que vea a su padre desde un punto de vista equivocado, porque tendrá muchos defectos; pero siempre será su padre. Si la hostilidad entre los cónyuges persiste después del divorcio, es difícil que no afecte a la convivencia con el niño.

Factores emocionales que se modifican en el niño por el divorcio de sus padres según Amato (1994) y diferencias con los niños cuyos padres continúan juntos:

  • Bajada en el rendimiento académico.
  • Peor autoconcepto
  • Dificultades en las relaciones sociales
  • Dificultades emocionales como depresión, miedo, o ansiedad entre otras
  • Problemas de conducta.

Wallerstein (1994) ha realizado el seguimiento de 131 niños durante 25 años y ha encontrado que estos efectos del divorcio en ellos no se limitaban al periodo de duración del divorcio, sino que trascendían a toda su vida. Otros estudios confirman esta afirmación (Sigle-Rushton, Hobcraft y Ciernan, 2005).

Señala Wallerstein, como factor modificado en los niños de padres divorciados, las dificultades que encontraban para creer en la continuidad de la pareja, con lo que su nivel de compromiso con la pareja era mucho menor. Hay que tener en cuenta que el compromiso es un elemento importante tanto en la estabilidad de la pareja como en el grado de felicidad subjetiva que aporta.

En su última obra, » Law and Divorce » (Ley y Divorcio), la psicóloga aporta conclusiones contundentes sobre el perfil psicológico de los hijos de divorciados. Según la investigación:

  • el 25% de ellos no ha terminado el colegio (contra 10% de hijos normales);
  • el 60% ha requerido tratamiento psicológico (contra el 30%);
  • el 50% ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años;
  • el 65% tiene una relación conflictiva con el padre (sólo el 5% ha recibido ayuda económica sustancial por parte del padre);
  • pese a que la mayoría pasa de los 30 años de edad, apenas el 30% se ha casado;
  • del total de casados, el 50% ya se ha divorciado.

Estas cifras son expresión de problemas psicológicos de fondo.

Según la experta, aunque las reacciones psicológicas al trauma son diferentes y tan variadas como el número de individuos, existen algunas constantes.

En efecto, los hijos de los divorciados sufren sentimientos de culpa-¿se separaron por mi culpa?-, irritación y malhumor, y una gran desconfianza o incapacidad para expresar sus sentimientos auténticos en el momento adecuado.

Consejos para que los niños puedan superar el divorcio, más allá del sexo o la edad de los mismos

Desde la perspectiva del niño:

  • No me pongáis en medio. Si tenéis que hablar el uno con el otro hacedlo por vuestros propios medios.
  • No hagáis que me decante por uno o por otro. Vosotros dejaréis de tener marido/mujer, pero yo seguiré teniendo padre y madre. Cuando sea posible habladme bien el uno del otro.
  • A menos que exista una situación abusiva, dejadme tener acceso a mis dos padres. Tened esto en cuenta cuando decidáis con quién iré a vivir.
  • Cuanto mejor os llevéis entre vosotros, más fácil me resultará superar el divorcio.
  • Preocuparos por mis necesidades. Aunque vosotros también lo estéis pasando mal, necesito hablar sobre lo que está pasando.
  • Tratad de que todo lo demás en mi vida siga igual. Ya es suficientemente estresante pasar por un divorcio, como para tener que sufrir cambios de colegio, de amigos y de casa.
  • Recordad que soy vuestro hijo. Mi papel no será el de cónyuge o amigo. Continuad tratándome como un niño.
  • Si necesitáis hablar con alguien sobre lo que estáis pasando, buscad un amigo o un especialista. Es demasiado para mí cargar también con vuestros problemas.
  • No importa la edad que tenga, sigue siendo una pérdida para mí. Puedo mostrar mi disconformidad de distintas formas, enfado, depresión, ansiedad o mal comportamiento. Ayudadme cuando lo necesite.
  • Deseo continuar mi vida, mi rutina. Aunque nuestra familia haya cambiado, mantened todas nuestras costumbres intactas.
Divorcio Colaborativo Divorcio Destructivo
Pareja parental. 1. Pareja Post-conyugal.
2. Prima el cuidado y protección de los hijos por sobre el conflicto conyugal. 2. Prima el conflicto de pareja por sobre el cuidado de los hijos.
3. Peleas sólo en la primera fase. 3. Peleas permanentes
4. Dolor por las pérdidas. 4. Proceso de duelo estancado, rabia y necesidad de denigrar.
5. Intermediarios no litigantes (familiares, amigos) o ausencia de intermediarios. 5. Intermediarios litigantes, contexto judicial.
6. Escasa involucración de F.O, hijos u otros. Límites claros. 6. Sobreinvolucramiento de F.O e hijos. Límites difusos. Alianzas y coaliciones.
7. Reconocimiento de la propia responsabilidad. Conciencia de corresponsabilidad. 7. Falta de responsabilidad. Búsqueda de culpables y cómplices.
8. Existe el deseo de llegar a acuerdos en función de las necesidades de los hijos. 8. No tienen intenciones de llegar a ningún tipo de acuerdo.

Fuente: Unidad de Familias en Proceso de Separación y Ensamblaje, IChTF, “Presentación a Martes Sistémico”, (2004)

Reacciones emocionales por edades

Como siempre, hay que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los hijos no están predeterminadas. Dependen de un número importante de factores, como la historia del niño y la manera y habilidad que el niño tiene para enfrentarse a los problemas.

De tres a cinco años:

  • Se creen culpables por no haber hecho la tarea o no haber comido. Su pensamiento mágico les lleva a tomar responsabilidades tremendamente imaginarias.
  • Temen quedarse solos y abandonados. Hay que recordar que en estas edades los padres constituyen el universo entero de los niños y que la relación en la pareja es el medio en el que ellos están cuidados y mantenidos.

De 6 a 12 años (La edad más difícil).

  • Se dan cuenta de que tienen un problema y que duele y no saben como reaccionar ante ese dolor.
  • Creen que los padres pueden volver a juntarse y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de fracaso o a problemas adicionales en la pareja.

Los adolescentes experimentan:

  • Miedo, soledad, depresión, y culpabilidad.
  • Dudan de su habilidad para casarse o para mantener su relación.
  • Como elemento a tener en cuenta en la asignación de los hijos a los padres es el hallazgo de que los hijos criados por el padre del mismo sexo se desarrollan mejor.

El divorcio no puede considerarse como una causa intrínseca de problemas psicológicos, sino como un factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004)

«No importa la edad que tenga el niño, él o ella tendrá más difícil adaptarse al divorcio si existen continuas discusiones en la pareja», explica el Dr. Deb Huntley, profesor de psicología en la Universidad Argosy «Otros factores que aumentan esta dificultad son: la pérdida de contacto ante una mala custodia de los padres; problemas económicos; cambios de dirección; pérdida de continuidad en el colegio y en las rutinas diarias; y problemas psicológicos con el padre que tenga la custodia».

Desde el punto de vista de Huntley, un vistazo a la literatura correspondiente muestra que algunos estudios han encontrado efectos negativos en el hecho, mientras que otros estudios no lo hacen o incluso encuentran factores positivos en el divorcio. «La investigación demuestra que los hijos de parejas divorciadas son más propensos a mostrar problemas de comportamiento, más síntomas de problemas psicológicos, menor rendimiento académico, más dificultades sociales y pueden ser discriminados por niños con familias estables», dice Huntley. Pero muchos psicólogos y planificadores familiares indican que existen muchas similitudes entre hijos de padres divorciados e hijos de familias estables y que entre estos dos grupos existen más parecidos que diferencias. Ahora la pregunta es, ¿para qué niños puede suponer el divorcio un trauma?

Huntley dice que hay conductas para las que los niños parecen mostrar mayor dificultad que las niñas, y que el divorcio se hace más difícil para niños pequeños que para otros mayores. Los niños de preescolar tienen muchos problemas para poder comprender los motivos que llevan a sus padres a divorciarse y responderán con confusión y ansiedad. «No es extraño observar comportamientos regresivos en estos niños, tales como chuparse el dedo u orinarse en la cama. Pueden tener la sensación de ser ellos los culpables del divorcio de sus padres», dice Huntley.

Los niños que están en la escuela elemental saben comprender mejor esta separación, pero aun así pueden experimentar tristeza y depresión. «Tienen la esperanza de que sus padres vuelvan a retomar la relación. Los adolescentes suelen mostrar enfado y culpar a sus padres de la situación, pero son más conscientes de las dificultades que plantean las relaciones», explica Huntley.

Síndrome de Alienación Parental (PAS)

El PAS se produce por manipulación o programación del padre con custodia en desventaja del otro. Se refiere, en el niño, al proceso psicodinámico de inclinación o compromiso, sin fundamento, hacia la “buena y amada” parte del padre con custodia y al alejamiento de la supuestamente “mala y odiada” parte del otro padre.

Se da en el contexto del conflicto de trato/custodia/visita de los padres durante separación y divorcio, mediante la interrupción del contacto y la desvalorización del progenitor no custodio por parte del progenitor custodio. ((Wilfred von Bloch_Galhau, “Síndrome de alienación parental (PAS): influencia de la separación y el divorcio sobre la vida adulta de los hijos”).

Incidencias negativas a largo plazo sobre el desarrollo de los hijos:

  • Aumento del riesgo de enfermedades psíquicas y psicosomáticas
  • Problemas posteriores en las relaciones en general y en las relaciones de Pareja
  • Aumento de las conductas delictivas
  • Aumento del riesgo suicida

La pérdida del vínculo con el padre alejado y desvalorizado por el padre custodio, empuja a los niños a tres movimientos dinámicos principales:

  • El niño empieza a dudar de la realidad debido a que el padre programador la altera para atacar el otro: así pierde confianza en sí mismo y en las propias percepciones.
  • El niño se alía y se identifica totalmente con el padre con la custodia en contra del otro, por miedo de perder la protección y alimento por parte de éste.
  • El niño amputa psíquicamente una parte de sí mismo, la que se identificaba con el padre alejado y atacado, con las correspondientes graves consecuencias para el desarrollo de su personalidad.

(Wilfred von Bloch_Galhau, “Síndrome de alienación parental (PAS): influencia de la separación.

Son esencialmente 3 los factores que producen en el niño el rechazo agresivo hacia el padre no custodio y la aceptación de los sentimientos negativos del padre custodio:

  • La manipulación/programación conciente y/o inconsciente del niño por parte del padre custodio con el fin de disminuir el amor del niño hacía el padre no custodio y de excluirlo de su vida.
  • El trasfondo de descripciones negativas y desvalorizadas del progenitor alejado por aquel que tiene la custodia, que el niño llega a hacer suyas, a veces, agrandándolas y agravándolas.
  • Elementos accidentales que ayudan a fijar en los niños el “síndrome de la imagen del padre enemigo”.

Las 8 principales manifestaciones del PAS según Gardner (1998)

  • Campaña de rechazo y difamación: los niños al relatar se tensionan mucho y casi nunca, interrogados, son capaces de concretar algo.
  • Racionalizaciones absurdas: las justificaciones aportadas por los niños para defender sus posiciones hostiles e irracionales no tienen conexión real con la experiencia verdadera.
  • La falta de ambivalencia normal: un padre es todo bueno y el otro es todo malo.
  • La inclinación automática hacia el padre programador: los parientes toman parte incondicional hacia el padre con custodia.
  • La ampliación, por parte del niño, de las hostilidades a toda la familia y el entorno del padre no custodio: con fundamentos absurdos y distorsionados.
  • El fenómeno de la “opinión propia”: los niños desde muy chicos tienen una opinión formada acerca de hechos muy complejos y dolorosos.
  • Ausencia de sentimiento de culpa por la crueldad hacia el padre no custodio: acompañada por exigencia económica sin escrúpulo.
  • La adopción de escenarios prestados: por el padre custodio para acusar el otro, frente a los cuales el niño cuando es interrogado muestra total incoherencia e incomprensión.
  • PAS Leve: todavía el trato con el padre no custodio existe, se recomienda dejar la custodia al padre programador pero con condicionamientos judiciales estrictos acerca del derecho de trato y visita..
  • PAS Moderado: cuando hay presencia de síntomas relevantes en el niño y problemas de trato y visita con el padre no custodio, se recomienda dejar la custodia al padre programador pero con el cuidado de un asistente social que acompañe y programe las visitas del/al padre no custodio e informe el tribunal cuando el trato no funcione.
  • PAS Grave:.cuando existe una completa y obstinaba negación por parte del padre programador a la visita y al trato con el padre no custodio que se ven así completamente interrumpidas, se recomienda la transferencia del derecho de custodia a éste último.

Mediación familiar

La Mediación Familiar es una forma de tratar los conflictos, en la cual las personas interesadas, con la ayuda de un tercero imparcial, el mediador, participan directamente en la búsqueda de solución a sus disputas.

Se orienta a las personas que estando ya separadas o en proceso de separación no han logrado resolver problemas derivados de la ruptura conyugal.

El mediador facilita la comunicación: en un ambiente de tranquilidad y respeto invita a las personas involucradas en el conflicto a que se centren en los intereses y necesidades de cada uno y busquen soluciones creativas que les permitan llegar a acuerdos y construir así la base de una relación parental de cooperación o apoyo en el desarrollo de sus hijos.

(Unidad de Mediación Familiar, Instituto Chileno de Terapia Familiar, Santiago, Chile, 2004.)

Temas de interés en Mediación Familiar

Todos los aspectos referidos a la reorganización familiar:

  • Cuidado y educación de los hijos
  • Con quien viven los hijos (padre custodio)
  • Modalidad de la relación de los hijos con cada padre (visitas…)
  • Contribución economica (alimentos)
  • Distribuciones de bienes y
  • Cualquier decisión que los padres tengan que tomar con respecto a la familia.

“La Terapia de Divorcio trata de ayudar las familias a superar la crisis que atraviesan las familias cuando se ven enfrentada a un proceso de separación emocional y legal. Este tipo de terapia se centra especialmente en el bienestar de los hijos y trata de encontrar soluciones funcionales, justas y aceptables para todos los miembros de la familia a los problemas planteados por el divorcio”.

(Simon, Stierlin, Wynne; “Vocabulario de Terapia Familiar”, 1997, p. 365)

Objetivos de la Terapia de Divorcio

Promover la protección de los hijos por parte de los padres a través de desinvolucrarlos del conflicto conyugal:

  • Disminuir el grado de conflicto conyugal.
  • Reorganizar el sistema de manera funcional (que cumpla con las funciones básicas de una familia).
  • Promover capacidad de reflexión y disminuir la acción.
  • Facilitar que cada uno de los adultos logre incluirse como miembro activo en el mantenimiento y generación de secuencia del sufrimiento (auto-responsabilización).
  • Promover el deseo de cambio.
  • Establecer límites con otros involucrados en el conflicto, favoreciendo las “redes benignas”.

Bibliografía

  • “Los hijos del divorcio. Psicología del niño y separación parental”. Gérard Poussin, Elisabeth Martin Editorial: Trillas. Sevilla 2005. ISBN: 9788466539647
  • “La inteligencia emocional en los niños” . Lawrence E. Shapiro, Alejandro Tiscornia. Ed. Ediciones B – Mexico, 2001
  • “Las preguntas de los niños sobre el divorcio”. Richard A. Gadner, Editorial Mad s.l. Sevilla 2005
  • “Psychological repercussions of parental divorce on child”. Vangyseghem y Appelboom, 2004 Rev. Med. Brux. 2004 Oct;25(5):442-8.
  • “Parental Disruption and Adult Well-Being: A Cross Cohort Comparison”. Wendy Sigle-Rushton John Hobcraft and Kathleen Kiernan
  • «Padres e hijos tras el divorcio. Algunas orientaciones». Ana Martínez Rubio. http://www.aepap.org/pdf/infopadres/infopadres_2_divorcio.pdf

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