Reforzar los lazos afectivos
Para saber más
El amor dentro de la familia se trabaja, no surge espontáneamente como las malas hierbas, se cultiva como las rosas o los tomates.
El amor dentro de la familia crea lazos afectivos entre los miembros si se comienzan a trenzar desde la cuna. No se puede esperar a que el niño tenga 7 años o 15.
Desde el embarazo ya se crea un vínculo entre madre e hijo, pero para que sea un vínculo afectivo y efectivo, duradero y activo hay que alimentarlo, protegerlo, reforzarlo, mantenerlo al día. El padre debe esperar al momento del parto. Los hermanos tienen que esperar a que el recién nacido llegue al hogar.
Pero no hay vacaciones, ni fines de semana en la educación sentimental. Todos los días hay que amasar el amor con esmero y con acciones.
¿Qué acciones? Las que vinculan, por ejemplo abrazar, jugar, comer. Pero ver la televisión juntos si después no se habla del programa visto, no une, puede separar a los miembros de una familia por más que estén apiñados en el sofá. Porque cada persona siente distinto al ver actuar a cada personaje de una serie. Y de lo que se trata en el amor familiar es de compartir sentimientos.
¿Qué actividades pueden realizar conjuntamente padres e hijos para reforzar los lazos afectivos?
Por ejemplo:
- Abrazar. Cada niño necesita diariamente su dosis de amor efusivo, la recomendación mínima es al menos un gran abrazo al día por parte de madre y padre.
- Escuchar activamente, mirando a los ojos, en silencio, con tiempo propio.
- Hablar con el corazón. Cuando tenga por vez primera a su bebé en brazos, dígale lo que siente y prométale hablarle siempre con el corazón.
- Comer juntos. Al menos una vez al día, no se salte la comida con sus hijos, es un placer y una ocasión únicos. Procure reunir entorno a la mesa a todos los miembros de la familia siempre que pueda.
- Reírse juntos. La risa es contagiosa, es benéfica física y psicológicamente. Es libre, barata y rentable.
- Jugar. Aprenda a sentarse en el suelo a jugar con su hijo antes de que él gatee.
- Pasear de la mano. Y al pasear hable con su hijo, enséñele el nombre de los árboles, de animales, de los coches.
- Hacer deporte juntos. Ya sea ir de excursión al monte, ir en bicicleta, jugar a la pelota…practique el deporte con deportividad, sin enfadarse, sabiendo que perder es la única forma de aprender a ganar.