Un padre nos pregunta cómo mejorar el comportamiento de su hijo adolescente con inteligencia límite
Según los últimos descubrimientos en neurología la inteligencia es plástica, quiere decir que no tenemos el mismo coeficiente durante toda la vida: depende de lo que hacemos. HACER es el verbo del aprendizaje, puedes leer más sobre este tema en la web de la Fundación Belén https://fundacionbelen.org/base-datos/plasticidad-cerebro/
La adolescencia en cualquier chico, pero aún más complicado en el caso de un chico con IL, es un periodo comprometido y difícil en la vida de los chicos y de la familia. Su mal comportamiento, su agresividad, su rebeldía o su apatía es muchas veces una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡ Desde la Fundación Belén proponemos a los padres como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva. Esta es una buena terapia de reforzamiento positivo, pero al tiempo no olvides de marcar los límites de su comportamiento y de tener preparados «castigos» para cada vez que se salte los límites. Estos «castigos» pueden ser quedarse sin salir una tarde, sin televisión dos tardes, sin teléfono móvil una semana…Habla de estos «castigos» con tu hijo y fija con él los límites.
La terapia gestual efectiva consiste en empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso. Madre y padre en distinto momento.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido? Y mantener durante un mes más esta intensidad.
Es muy importante que tu hijo perciba todo lo mucho que le quieres y lo mucho que te importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hijo necesita tu admiración para crecer en su autoestima. Y necesita pasarlo bien en familia, hacer excursiones juntos y sobre todo cenar a diario en familia con la televisión apagada, para poder salir del aislamiento artificial y de la rebeldía en que se ha envuelto.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar. Prueba esta terapia dos meses y escríbenos con los resultados.
¿Y tú que opinas?