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Tristeza por la muerte de un familiar

Para saber más

Definición

Es una reacción a una pérdida significativa y con mayor frecuencia es una emoción de dolor e infelicidad desencadenada por la muerte de un ser querido. Estas mismas emociones también se pueden experimentar con algún enfermo terminal que espera la muerte o alguien con una condición crónica que deba enfrentarse a la pérdida de autonomía. Asimismo, la terminación de una relación a menudo ocasiona una situación de congoja también.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Todas las personas experimentan la aflicción a su manera, pero hay etapas reconocidas en el proceso del duelo. Este proceso comienza con el reconocimiento de la pérdida y se extiende hasta su aceptación final, pero las respuestas varían dependiendo de las circunstancias asociadas con la muerte. Por ejemplo, si la persona que murió sufría una enfermedad crónica, la muerte se esperaba y puede llegar como un alivio al sufrimiento. Pero si la muerte fue accidental o violenta, llegar al estado de aceptación puede tomar más tiempo.

La muerte es un concepto extremadamente difícil de comprender para los niños, y los adultos acongojados a menudo se sienten confundidos e inseguros sobre la forma de darle al niño una respuesta de apoyo. La mayoría de los niños piden muchas explicaciones y formulan diversas preguntas como: ¿Qué sucede cuando una persona muere? ¿Adónde van los muertos?, entre las más comunes.

Para los adultos resulta muy difícil explicar este tema. Para esto se requiere reconocer que la muerte es un proceso natural para todas las personas. Es difícil que los niños abstraigan este tipo de ideas y en ellos surgen temores acerca de lo que pasa después de la muerte, lo que se siente cuando uno se muere y lo que podría sucederles si sus padres fallecen. Por eso los padres deben aprovechar los momentos apropiados para hablar acerca de la muerte abiertamente con sus hijos en caso de que ellos pregunten o si la situación lo amerita.

El tema de la muerte se debe hablar en forma clara y en un lenguaje que el niño pueda entender a su edad y grado de desarrollo, ya que el concepto que el niño tenga sobre la muerte varía con la edad y es algo que se debe tener en cuenta.

Edades de 0 a 2 años:

  • La muerte se ve como una separación o abandono.
  • No hay una comprensión cognoscitiva de la muerte.
  • Se presenta desesperación por la interrupción en el cuidado que se recibe.

Edades de 2 a 6 años:

  • Con frecuencia el niño cree que la muerte es reversible o temporal.
  • Con frecuencia se percibe la muerte como un castigo.
  • Se presentan pensamientos mágicos de que los deseos se vuelvan realidad (culpabilidad por haber tenido sentimientos negativos hacia la persona que murió y que eso fue la causa de la muerte).

Edades de 6 a 11 años:

  • Se da una comprensión gradual del carácter irreversible y final de la muerte.
  • Se da razonamiento concreto con la capacidad de comprender la relación causa y efecto.

Edades de 11 años o más:

  • Comprensión de que la muerte es irreversible, universal e inevitable.
  • Se tiene pensamiento abstracto y filosófico.
  • Los miembros de la familia deben saber que mostrar sentimientos de shock, incredulidad, culpa, tristeza e ira no sólo son normales, sino que ayudan y el hecho de compartir con el niño estos sentimientos al igual que los recuerdos de la persona que ha muerto reducen la sensación de soledad que el niño experimenta. Es necesario tranquilizar a los niños y asegurarles que tendrán amor y cuidado constante de un adulto. Además, se les debe tranquilizar y convencer de que ellos no son culpables ni pudieron evitar la muerte del ser querido.

La tristeza es un proceso que se extiende en el tiempo. El shock inicial y la negación pueden cambiar a tristeza e ira que pueden durar semanas o meses, aunque algunos niños parecen no mostrar respuesta emocional hacia la muerte, lo que puede ser desconcertante para algunos miembros de la familia. Entre los comportamientos normales se pueden mencionar:

  • Shock
  • Llanto
  • Tristeza
  • Ira
  • Culpa
  • Aumento del apego
  • Desobediencia
  • Falta de interés en la escuela
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Disminución del apetito
  • Regresión temporal a comportamientos más infantiles
  • Quejas físicas

Entre los signos que muestran que hay un problema o trastorno están:

  • Negarse a aceptar el hecho durante mucho tiempo
  • Períodos repetitivos de llanto
  • Depresión incapacitante
  • Pensamientos suicidas
  • Ira persistente
  • Aflicción constante
  • Aislamiento social
  • Ansiedad severa de separación
  • Delincuencia o promiscuidad
  • Desmejoramiento en el rendimiento escolar
  • Dificultad permanente para dormir
  • Trastornos con los alimentos
  • Evitar los sentimientos durante un largo período

En caso de presentarse los anteriores signos, se recomienda llevar al niño al médico, a un especialista en salud mental o un religioso.

Síntomas

Hay 5 etapas particulares de la aflicción. Estas reacciones no se presentan en un orden específico, pueden, a veces, aparecer en forma simultánea y no todas necesariamente se experimentan:

  • Negación, aturdimiento, incredulidad
  • Ira, culpar a otros
  • Hacer promesas (por ejemplo, _si me curo de este cáncer, nunca volveré a fumar_)
  • Estado de ánimo depresivo, tristeza y llanto
  • Aceptación, acuerdo
  • Las personas que sufren aflicción frecuentemente informarán sobre episodios de llanto, dificultad para dormir y dificultad para ser productivo en el trabajo.

Signos y exámenes:

  • Los síntomas prolongados pueden llevar a depresión clínica.
  • Signos sicológicos de depresión como trastornos en el apetito y en sueño.

Tratamiento

El apoyo emocional para el proceso de aflicción generalmente lo brindan la familia y los amigos. Algunas veces, los factores externos pueden influir en el proceso de aflicción normal y se puede requerir la ayuda externa de religiosos, trabajadores sociales, especialistas en salud mental o grupos de apoyo. La fase aguda de la aflicción puede durar hasta 2 meses, pero los síntomas residuales se pueden extender por un año o más. La asesoría sicológica puede beneficiar a una persona que sufre de una reacción de aflicción por ausencia o de depresión asociada con la aflicción.

Grupos de apoyo

El estrés causado por la enfermedad se puede aliviar al participar en un grupo de apoyo, en el que los miembros comparten experiencias y problemas en común. Ver grupo de apoyo para la pérdida de un hijo o grupo de apoyo para la pérdida del cónyuge.

Expectativas (pronóstico)

Se puede requerir un año o más para superar los sentimientos fuertes asociados con la pérdida y poder aceptarla.

Complicaciones

La aflicción y la pérdida pueden tener un efecto adverso sobre la salud general y pueden contribuir a la depresión o al uso excesivo de alcohol o drogas. Una depresión seria es también una complicación. La aflicción devastadora que interfiere con la vida cotidiana y que dura más de 2 meses puede ser indicio de una enfermedad más severa.

Situaciones que requieren asistencia médica

Se debe buscar asistencia médica si la persona es incapaz de manejar la aflicción, consume cantidades excesivas de drogas o alcohol, si la depresión es excesiva o presenta una depresión prolongada que interfiere con su vida diaria.

Prevención

La aflicción es una respuesta esencial cuando se sufre una pérdida y no se debe tratar de prevenir esta reacción, sino más bien respetarla y brindar apoyo.

Bibliografía

  • Nomen Martin, Leila. (2008) Tratando…El Proceso De Duelo Y De Morir. Ed. Pirámide
  • Goldbeter-Merinfeld, Edith (2003) El Duelo Imposible: Las Familias Y La Presencia De Los Ausentes. Ed. Herder

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