Una madre solicita información sobre centros para internar a su hijo que es muy rebelde.
La rebeldía es una respuesta muy frecuente durante la adolescencia. Es una actitud crítica de desafío de la autoridad paterna y de puesta a punto de la propia personalidad por parte del adolescente. Pero la actitud rebelde, no siempre mejora con el internado. Desde nuestra experiencia una mayor comprensión y una mejora en la comunicación familiar ayudan mucho en la capacidad de adaptación del adolescente.
Los padres necesitamos ser estrictos en el cumplimiento del plan educativo, esto implica tener marcados los límites y los deberes que los hijos deben cumplir, límites que varían en función de la edad. Y también implica conocer los premios y castigos que cumplir o saltarse las normas tienen asignados. El buen comportamiento desde la cuna se debe premiar con besos y abrazos y frases motivadoras. El mal comportamiento en casa también se debe castigar, nunca pasar por alto. Pero con frecuencia los niños que reciben más castigos, terminan siendo más rebeldes. Los niños más motivados y más abrazados suelen ser más obedientes desde la cuna.
Porque es bueno recordar que los niños nacen bebés chiquitines, no adolescentes. Hemos tenido 14 o 16 años para enseñarles el comportamiento adecuado. Ganan los padres que perseveran en abrazos y motivación.
¿Y tú que opinas?