Mejorando la Comunicación Familiar a través de cocinar
La Fundación Belén se creó en 1996 con el objetivo de ofrecer información y formación gratuitas a familias con hijos con problemas.
La web www.fundacionbelen.org recibe 3.000 visitas diarias que se traducen en muchas cartas y llamadas pidiendo consejo. En los últimos 5 años el problema más recurrente ha sido la falta de comunicación familiar. Para tratar de solucionar este problema hemos diseñado este proyecto que trata de enseñar a cocinar y cenar juntos en familia, ¡Todos a la Mesa!
Desde octubre de 2018 hasta octubre 2020 la Fundación Belén ha coordinado este nuevo proyecto Erasmus + se llama DIR, Dinner is Ready, en español lo traducimos por ¡Todos a la Mesa!
La capacidad para la empatía empieza a desarrollarse en la infancia.
Los padres son los que mejor cubren las necesidades afectivas de los hijos por proximidad y por la cantidad del tiempo compartido (hasta la adolescencia más del 65% ) y son los padres los que les enseñan, no solo a expresar los propios sentimientos, sino también, a descubrir y comprender los de los demás. Si siendo niños les enseñamos a cocinar, no sólo les fomentamos la transmisión de la cultura culinaria, les hacemos más responsables frente al buen uso de herramientas vitales: el fuego, el cuchillo, la atención. Compartimos creatividad y confidencias. Ahí empieza a mejorar la comunicación familiar.
Son los padres los primeros que debemos mostrar afecto y comprensión sobre cómo se sienten y lo que puedan necesitar los hijos en un momento determinado. Porque los hijos aprenden a través del ejemplo. Sin esta práctica diaria los niños no aprenderán a expresar sus propias emociones y por consiguiente, no sabrán interpretar y sentir las ajenas.
De ahí la importancia de una buena comunicación emocional en la familia desde el principio, desde la cuna. Por eso es importante tener la vivencia diaria de compartir momentos de necesidad y placer al cocinar y cenar juntos.
La capacidad para la empatía se desarrollará más fácilmente en aquellos niños que han vivido en un hogar en el que se han sentido aceptados y comprendidos, han recibido consuelo cuando lloraban y tenían miedo, han visto como los padres se desvivían por los demás miembros de la familia y amigos. Es mediante el ejemplo la mejor manera de enseñar.