Una abuela nos pregunta cómo poner límites al comportamiento de su nieto adolescente que es «problemático», que grita y contesta mal…
Pero que no es tan problema, pues como Ud bien dice es un buen chico y las cosas que hace bien son muchas y muy positivas.
Pero esos arranques de ira tiene que aprender a dominarlos o la ira le dominará y algún día podrá hacer una de las muchas barbaridades que los periodicos nos cuentan en la sección de sucesos.
El amor incondicional de los padres o de los abuelos es compatible con los límites impuestos y mantenidos durante la adolescencia. Tienen razón los dos, pues son dos caminos inseparables el amor y la disciplina. El chico tiene que estudiar pues es el único trabajo que consentimos ofrecer a la adolescencia. No hay alternativa, esta vida es trabajo y hay que ganarse el pan (físico y sentimental) con un comportamiento adecuado a cada edad. Nada de gritar a los padres y mucho menos a los abuelos (por aquello del respeto a las canas). Nada de ataques de ira. No consienta nunca el mal comportamiento con tapaderas de «esta muy cansado» , «está triste», «está nervioso»…NO.
Existe el buen comportamiento que debe ser premiado y se materializa en:
– saludar y hablar correctamente, cordialmente a padres, hermanos, profesores, vecinos, amigos…
-comer y beber moderada y sanamente hablando con padres y hermanos
-asistir a clase con puntualidad y rendimiento
-estudiar diariamente en casa lo necesario para superar todas las asignaturas
-respetar los horarios de salida…Con que tipo de premios se puede premiar el buen comportamiento? pues con tiempo para juegos, con entradas para el cine, con una excursión extra…
Y existe el mal comportamiento que es justamente todo lo contrario. No se puede pasar ninguna falta sin su castigo correspondiente. ¿Que tipo de castigos? sin duda el mas radical será requisar las máquinitas y el mas benevolo no jugar un día o dos. O no salir. O no ver la tele. O quedarse sin paga…Y los castigos se cumplen.
Pero sobre todo no discutan entre Uds, madre y abuela frente al adolescente. Y rodeenle de amor, abrazos, frases cariñosas, estimulantes, admirativas.
Las normas las deben establecer conjuntamente padres e hijo. Y cada parte debe cumplir. Tienen dos años por delante extremadamente importantes: se juegan el porvenir del chico. Si está prohibido aparcar en una acera, pues no se aparca o si se aparca se arriesga a una multa ¿cómo estaría el tráfico de cualquier ciudad sin multas? Pues el tráfico vital es mucho mas importante, es su personalidad la que está en juego. Aplique el premio y el castigo, aún están a tiempo.
¿Y tú que opinas?