En primer lugar enhorabuena a ti por ser una madre preocupada y ocupada de mejorar la educación de su hija. Pero hay que tener en cuenta tres aspectos técnicos respecto a la inteligencia muy importantes.
El primer: no se tiene siempre el mismo coeficiente de inteligencia: depende de los que HACEMOS. Según los últimos descubrimientos en neurología la inteligencia es plástica. HACER es el verbo del aprendizaje, puedes leer más sobre este tema en la web de la Fundación Belén https://fundacionbelen.org/base-datos/plasticidad-cerebro/
El segundo aspecto es el psicológico porque las madres podemos hacer mucho por estimular y ofrecer autoconfianza en nuestros hijos, porque los hijos crecen conforme a las expectativas de los padres: se ven en nuestros ojos. Puedes leer sobre este tema el llamado «Efecto Pigmalión» en nuestra web: https://fundacionbelen.org/base-datos/efecto-pigmalion/
Cree en el potencial de tu hija. Díselo a diario: «tu vas por el buen camino»; «tu conseguirás una buena nota»; «tu triunfarás en el trabajo»…así todos los días. No te canses porque estás a punto de transformar la vida de tu hija en su sueño.
El tercer aspecto técnico el afectivo. Desde la Fundación Belén proponemos a los padres como primer recurso iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntas el partido?
Es muy importante que tu hija perciba todo lo mucho que la quieres y lo mucho que te importan sus acciones, ideas y opiniones. Tu hija necesita tu admiración para crecer en su autoestima. Y necesita también pasarlo bien en familia, jugar juntas, hacer excursiones juntas, cenar a diario en familia con la televisión apagada, y si puede ser habiendo cocinado juntas los alimentos, mucho mejor. Tu niña seguirá creciendo intelectual y afectivamente.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar.
Prueba esta terapia dos meses y escríbenos con los resultados.
¿Y tú que opinas?