Para mi es insoportable verle jugar a todas las horas. Ya sé que la culpa es nuestra, desde pequeño (3 años) le pusimos la play2 en sus manos y nos hacia gracia la habilidad que tenía. Luego fue la nintendo, la otra, la otra…hasta llegar a hoy que no se despega de cualquier pantalla.
Es un tema serio, pero antes de pasar a otras acciones psicológicas, nuestra recomendación a los padres es volver a ganar la ascendencia afectiva sobre vuestro hijo. Y esto sólo se puede conseguir con el amor. La adolescencia es una etapa muy difícil para los hijos y para los padres. En muchos casos el aislamiento del adolescente, su violencia, su rebeldía es una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡
Somos los padres, y las madres muy en particular los que tenemos que comprender y querer superar los malentendidos. Y sí se puede. Desde la Fundación Belén te proponemos una nueva forma de comunicación gestual afectiva entre padres/hijo que produce resultados muy positivos en la relación mutua incrementando la comprensión, la comunicación y el amor.
Empezar la primera semana dándole a tu hijo diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda, cuando no se lo espera, rápido e intenso. Silencioso.
La segunda semana dos abrazos, mañana y tarde. Padre y madre. Sin decirle nada.
La tercera semana decirle al tiempo que le dais el abrazo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»… Que cada día tu hijo perciba su «ración personal de cariño», su «dieta amorosa familiar».
La cuarta semana al tiempo del abrazo pedirle su parecer : ¿qué te apetecería cenar hoy? ¿quieres que veamos juntos el partido o la película, o la serie de TV?.
Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar.
No te culpes de sus errores por haberle regalado un juguetito cuando tenía 3 años, ni dejes que él os culpe, recuérdale la cita de Cervantes: «Tú mismo te has forjado tu ventura». Cada cual se forja a sí mismo, golpe a golpe. Es la única forma de aprender. Y recuérdale muchas veces: «eres lo que haces».
¿Y tú que opinas?