Estimular es la mejor terapia
Ya estamos plenas vacaciones, ya han pasado los exámenes con los consabidos disgustos y premios. Ahora toca descansar y renovarse por dentro y por fuera. Padres e hijos, porque a cada miembro que compone la familia, toca aprovechar las vacaciones para crecer como persona. Y si todos nos comprometemos a mejorar, en la familia, que es el sumatorio de cada quien, se nota muchísimo. Es una alegría en otoño percibir el crecimiento del club, porque la familia es nuestro primer club, el mejor centro de formación cerrado y exclusivo.
Si lo pensamos bien, la familia mas que parte de nuestra vida, es nuestra primera circunstancia vital. Y como recordaba Ortega, yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo. ¿Cómo salvar una familia complicada? ¿Se puede?. Pues sí se puede, si se quiere intentar. Hay un remedio disponible y sencillo, cada quien tiene que fijarse en lo que el otro ha hacho bien. Hoy. En cualquier caso, en cualquier detalle, dilo en voz alta: «que ricas te han salido las patatas». «Has conducido como Fittipaldi». «Caramba que cambiazo esas flores». «Gracias por dejarme el mando»… Así todos los días, a cada hora. Eso es estimular. Y es contagioso. Y es milagroso. Ponlo a prueba este verano.
¿Y tú que opinas?