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No quiere llevar el parche en el ojo

febrero 9, 2009. 4 comentarios

Una madre nos escribe sobre su hija de 7 años que tiene problemas de visión y debe usar gafas y ponerse un parche en su ojo bueno 2 horas diarias. La niña se niega y nos pregunta…¿como puedo ayudarle a mi hija para que no pierda mas su visión?

Querida amiga, muchas gracias por contactar con la Fundación Belén. Por su hija puede hacer muchas cosas, es mas ya las está haciendo: llevarle al oculista, ocuparse de su salud, preocuparse porque no hace lo que debería, escribirnos…Enhorabuena por lo bien que ejerce su papel de madre.
Ahora tiene por delante un nuevo reto: convencer a su niña que lo bueno para ella está por encima del qué dirán y que además también está guapa con el ojito tapado. Entender esto con siete años esto es bastante difícil. Lo sabemos. Pero es necesario.
Y muy fundamental hacerle saber que lo bueno para ella, para su salud física y moral, su visión en este caso, está muy por encima del que dirán de otros niños. Su niña se tiene que desentender de todo lo que no sea bueno para ella. Y si esta gran lección la aprende con siete años habrá transformado este pequeño inconveniente en una gran ventaja educativa.
Para ayudarle en esta tarea le ofrecemos una serie de ingredientes educativos:
Ofrecerle toda su admiración, alabando su coraje en sobrellevar la mirada de otros niños cada vez que se ponga el parche y salga con el a la calle.
Demostrarle su amor y llenarle de besos cada vez que le pone el parche, y decirle al mismo tiempo, pero que guapa estás hasta con el ojito tapado¡¡¡
Recordarle aquel dicho popular -siempre útil con los niños- de «la vergüenza era verde y se la comió una vaca…», para que aprenda a reírse de las falsas vergüenzas.
Aclararle las ventajas médicas de hacer gimnasia con el ojo vago para que gane visión y se fortalezca.
Contarle historias de famosos personajes que han llevado un ojo tapado (ahora estrenan una película con un famoso y guapo actor con parche en un ojo) algunas princesas antiguas eran famosas por su belleza y llevaban un ojo tapado, como la Princesa de Eboli
En fin querida amiga con estos ingredientes clásicos, Ud debe hacer la receta magistral. Ya sabe donde cuenta con unos amigos mas, estamos a su servicio, hasta muy pronto, reciba un cordial saludo desde la Fundación Belen

Trastorno Generalizado de Desarrollo

febrero 3, 2009. 2 comentarios

Una madre nos escribe: Estoy confundida, diagnosticaron a mi niño con Trastorno Generalizado de Desarrollo y no entiendo bien en que consiste, si tienen que ver con el autismo…

Nuestra respuesta a su consulta es recordar, en primer lugar, una máxima del Doctor Marañon «no existen enfermedades, existen enfermos». Los niños diagnosticados con Trastorno Generalizado de Desarrollo ( TGD) tienen en común una asociación de síntomas conocida con el nombre de «tríada de Wing» (del nombre de la investigadora inglesa que probó mediante un estudio clínico y estadístico que se trataba de un síndrome (conjunto de síntomas que actúan en conjunto): trastornos de la comunicación verbal y no verbal; trastornos de las relaciones sociales; y centros de interés restringidos y/o conductas repetitivas.
La severidad de los síntomas varía en cada niño (de ahí la subdivisión actual en varias categorías). Y es variable en el transcurso de la vida, con una relativa tendencia espontánea a la mejoría, incluso en ausencia de una responsabilidad educativa específica. El diagnóstico TGD tampoco es “Trastornos del Espectro Autista” TEA.
Indica, sobre todo, que a su niño será preciso dedicarle aún más amor, tiempo, atención y posiblemente más recursos económicos… pero no se deje impresionar por un diagnóstico. Lo importante es la vida. La realidad de su hijo, su futuro desarrollo, las metas que alcanzará y con ellas la felicidad que alcance, su hijo y Usted con él, iniciando el camino.
Quisiéramos evitar malentendidos: el diagnóstico es importante, y si le han diagnosticado TGD, nos indica hacía donde debemos movernos y por donde iniciar el camino. Pero es aún mas importante el “cómo” lo realizará Usted y su hijo. El entusiasmo que ponen al empezar a andar. Su grado de compromiso con su desarrollo posterior, con sus avances… Como en todo diagnóstico, el peor momento es aquel en que se recibe el diagnóstico. (A este momento le hemos dedicado en la Fundación Belén un trabajo “Diagnóstico Humanizado”, está colgado en esta misma web).
Quizá es el momento que Ud está atravesando. Es el momento de contrastar nuestras dudas inciertas con la realidad de un papel médico timbrado en donde figuran vocablos nuevos que encierran más amenazas que esperanzas. No tenga miedo. No está sola. Además de su familia y amigos existen muchas madres que han recibido un diagnostico similar y están dispuestas a echarle una mano. Y con cierta modestia, también está la Fundación Belén para comprender e informar. Con el corazón en la mano, por ser una madre que ha recibido un diagnóstico grave, quisiera asegurarle que vendrán momentos felices, que su hijo le aportará muchas alegrías, que no se desanime. Nos gustaría saber más sobre la edad de su hijo, su nombre, las pruebas que le han realizado y cómo se encuentra en la actualidad.
Por delante nuestro cariño y comprensión, ya sabe donde tiene unos amigos más y en espera de sus noticias, reciba un muy cordial saludo.

¿Con quien hablar?

enero 29, 2009. Sin comentarios

Me despierto por la noche pensando ¿tendrá arreglo?. Y no me puedo volver a dormir, así rato y rato, hasta que me levanto porque ya sé que falta poco para que suene el despertador, y voy preparando el desayuno para todos. Mi marido está abrumado por el trabajo, económicamente todos dependemos de él. ¿Cómo le voy a contar mis preocupaciones, añadirle mas leña?. Mis hijos mayores tienen lo suyo con tanto estudio. Mis padres ya no tienen edad para ayudarme, están empezando a ser mis otros hijos…y se me forma un nudo de llanto y rabia y silencio que no sé por donde empezar…Mi preocupación es con el pequeño. Nació muy bajo de peso y algo prematuro ( yo entonces trabajaba). Ahora con 7 años sigue renqueando en todo. En el peso, en la talla, en la salud (virus que pasa cerca lo agarra y no lo suelta en un mes) y sobre todo en el colegio….

Querida amiga,
Habla con nosotros, llámanos 91 448 39 40. Estamos para eso. Para escucharte, para estar cerca y en la medida de lo posible decirte lo que está a nuestro alcance y sabemos por experiencia propia. Todas las que aquí estamos de voluntarias hemos pasado por esa fase de no saber con quien hablar. Esta es la razón primera de esta fundación, ser un punto de referencia en la noche larga de cada cual, por eso tenemos como logo un faro. No es mucho. Es un punto de referencia, pero también sabemos por haberlo visto en nuestra propia noche amarga, que esa lucecita tenue ofrecía algo de esperanza.
Y vamos con tu pequeño, que hay que hacerle crecer aunque toda la vida seguirá siendo tu pequeño. Te ofrecemos un remedio muy casero, pero muy eficaz.
Achucha mucho a tu hijo pequeño. Ese es nuestro mejor consejo, amar sin límites a los hijos y hacerlo muy expresivo, muy convincente, es curativo. Es una receta infalible. Antes de salir para el cole un abrazo y…”cuanto te quiero”. Al volver del cole: “pero cuanto te quiero” y un abrazo muy cariñoso. Antes de desayunar :“pero que guapo estas hoy”. Antes de merendar: “hay que ver lo alto que estás”…A la hora de acostarse: “que contenta estoy contigo”. Prueba una semana seguida a ofrecerle frases cariñosas, estimulantes. Apunta en un papel secreto, qué le dices, para no repetir. Y apunta sus respuestas, o su cara de asombro, o su sonrisa. Después de una semana verás la diferencia en su porte. Irá mas erguido. Y al cabo de un mes, empezará a comer algo mejor…Sigue con las frases estimulantes y los achuchones, por lo menos hasta la próxima vez que hables con su profesora, y espera a oír su comportamiento en el cole.
Si hay mejoría, sigue adelante con el plan “A” (A de amor, de achuche, de aprender…) y no le comentes nada a la profesora salvo que: “también en casa se está portando de maravilla, se nota que en el colegio recibe mucho estímulo”…
En todo caso, aún en el extrañísimo caso de que no mejore y sea preciso emplear el plan “B”, por favor llámanos, cuéntanos, escríbenos, estamos para eso, para escucharte y comprenderte en tres palabras. Abrazos de madre a madre.

Expectativas de los padres

enero 28, 2009. Sin comentarios

Mi hija de cinco años tiene serias dificultades en aprender a leer, su profesora piensa igual que yo, temo que nunca lo logre ¿puede ayudarnos? Pregunta una madre

Mil gracias por contactar con la Fundación Belén. Gracias por prever las dificultades de su hija en nombre de todas las madres…de todo el mundo. Este es el gran papel de las madres, preparar el futuro.
Para nosotros modesta fundación donde todos somos voluntarios, escribir justo lo que Ud necesita saber, no es tarea fácil, pues suponemos que sabe Ud mucho mas sobre su niña y su circunstancia. Pero nosotros sabemos mucho del corazón de una madre que sufre, por experiencia propia y porque hemos escuchado mucho.
Por delante le enviamos una selección de teorías de aprendizaje, solamente para recalcar que aún está en estudio el proceso de aprendizaje, que se sabe aún poco sobre el motor interno que hace de cada personita un ser en desarrollo continuado, desde que nace hasta que muere. Como define Julian Marías, ser persona es poder ser más.
Pero si hoy ese motor de aprendizaje no se conoce bien del todo, lo que se sabe seguro es: que las expectativas de rendimiento y conducta sobre un niño MODIFICAN su resultado académico. Por eso, desde esta Fundación Belén pedimos a las madres y a los profesores, que no den nunca por hecho y por adelantado las dificultades en el aprendizaje de ningún niño. Que no rebajen, de entrada, las expectativas sobre el rendimiento de un niño particular, so pena de cercenarle muchas de sus mejores oportunidades. Recordamos a menudo la demostración del poder de las expectativas: hacer un test de inteligencia a toda una clase, y totalmente al azar: “declarar superdotado” a dos niños, decírselo tanto a sus profesores como a sus padres. Dos años después, volver a repetir el test de inteligencia a toda la clase y SIEMPRE, los dos niños elegidos al azar superaran los resultados del resto de la clase. No eran los mejores, pero sí los que tenían sobre ellos las expectativas más altas).
Las altas expectativas sobre un niño son uno de los mejores estímulos para su aprendizaje, en todos los campo. Las suyas como madre son fundamentales, y por supuesto las de su profesora. Aunque sabemos que el riesgo de tener muchas y altas expectativas con los hijos puede ser muy frustrante si se ven cercenadas por la realidad de los resultados, creemos merece la pena ese “dolor de madre”, si conseguimos que nuestro hijo tenga la palanca fuerte de nuestras altas expectativas sobre su rendimiento y conducta.
Espere que su niña aprenda a leer, procure ponerle delante y leerle muchos cuentos, ofrézcale como regalo un montón de letras con imanes y cada día juegue en la nevera a combinar palabras y acertar sentido. Primero con tres letras: sol, luz, col, sal, ven, cal, pan….luego con cuatro…como un juego. Aprender no es difícil si es divertido. Si hay estímulo. Si la niña siente expectación sobre su propio aprendizaje.
Ya sabe donde cuenta con unos amigos mas, si le parece permanecemos en contacto, un muy cordial saludo desde la Fundación Belén

Ponerse en la piel de otro

enero 26, 2009. Sin comentarios

Madre de un adolescente nos pide consejo para poder hacer lo que su hijo require continuamente: ponte en mi lugar.

No es fácil, nunca ponerse en la piel de otro. Hace falta empatía que es una cualidad que se puede aprender y que todos los padres deberíamos aprender. Por no repetir recomiendo la lectura sobre la empatía en la Fundación Belén.

No se atreve a pedir un vaso de agua

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Es de una timidez tal mi niña, que no es capaz de pedir en un bar o cafetería un vaso de agua aunque se esté muriendo de sed, y ya tiene 11 años¡

La timidez, algo de timidez, es normal en todos los niños y estadísticamente es mas frecuente en las niñas entre los 8 y 12 años. A los padres o a los abuelos nos puede gustar mucho que nuestro niño o niña sean abiertos y dicharacheros, conquistadores, emprendedores, lanzados…Pero cada niños es fruto de su herencia genética (si el padre o la madre es tímido, el niño imitará ese comportamiento) y sobre todo es fruto de sus vivencias iniciales. Y todos los niños han sufrido vivencias de su propia fragilidad. En este taller de padres aconsejamos siempre y con énfasis el fomente de la autoestima desde muy pequeños, es una buena forma de iniciar la autoconfianza.

La timidez se convierte en un problema cuando interfiere con la amistad de otros niños, cuando crea situaciones sociales insostenibles (no quiere salir de paseo), cuando se manifiesta gravemente en la escuela (se niega a contestar a la profesora en clase), o cuando modifica otros aspectos importantes de la vida del niño (solo quiere estar con papa y mama). Es un problema cuando supone una pauta de comportamiento limitadora del desenvolvimiento social. ¿Es invalidante socialmente el no pedir un vaso de agua?

Para unos padres sí para otros no. También hemos dicho varias veces en este taller de padres que no son los hechos los que determinan un problema, sino cómo se perciben estos hechos.

Los problemas de timidez se hacen evidentes cuando los niños se aproximan a la edad de cuatro años, cuando comienza la escolarización. Y es conveniente empezar a tratarlos en esa primera edad.

¿Qué se puede hacer? Diremos primero lo que nunca se debe hacer: reforzar la timidez castigando al niño, o ridiculizando su comportamiento. Las burlas, aún sin intención, pueden causar un daño muy serio en el amor propio de los niños. Y no permita que su hijo tímido se aísle de los demás, no fomente su soledad.
En positivo apoye los cambios graduales paso a paso, aplaudiendo cada paso, animando cada paso. Elogie el comportamiento sin timidez. La conducta que es premiada con una sonrisa, o un abrazo, o una frase simpática, en más fácil de repetir. Los padres deben concentrarse en los logros de sus hijos, no en sus fallos. Fomente y enseñe responsabilidad e independencia. Los niños que han dependido demasiado de otros, a menudo se resisten a tomar los riesgos necesarios para hacer amigos y tomar parte en situaciones sociales.

Los padres deben enseñar a sus hijos tímidos a pedir por favor las cosas que quieren. Deben enseñarles a tener confianza lo cual incluye mostrarles a no dejarse llevar por la presión de los amigos. A saber decir NO cortésmente. Todos los hijos y con mayor razón los timidos deben aprender desde muy niños a que pueden y deben negarse a hacer cosas que no quieren hacer.

Busque y apoye la participación de su hijo tímido en las actividades que pueda sobresalir. Tener la habilidad de hacer algo bien es un gran estímulo para el amor propio.

Mejore la comunicación con los maestros de la escuela de su hijo tímido.
Finalmente establezca un sistema de premios con cierta dosis de humor, que anime al niño a comportarse sin timidez. Puede ofrecer puntos o estrellas por determinadas conductas, por ejemplo, invitar a un amigo a jugar, responder cuando un adulto les habla, mirar a las personas directamente a los ojos. Cuando el comportamiento sin timidez ocurre, debería ser anotado dibujando una cara sonriente…y al llegar a un número convenido canjearlas por una invitación al cine.

Enseñe el autodiálogo positivo. Es decirse uno cosas positivas acerca de uno mismo. “Tengo muchos amigos”, “Soy muy simpática”, “Estoy mejorando cada día”. Es una fórmula muy poderosa en niños.
Y sobre todo esté muy cerca de su hijo. Algunos padres pueden creer equivocadamente que fomentarán la independencia en sus hijos si los dejan que se las arreglen ellos mismos. Otros simplemente no tienen el tiempo o el deseo de participar en la vida de sus hijos. La falta de participación paternal puede hacer que los niños crean que no son dignos de su atención.

¿Cuál es el grado de timidez que permite establecer si es un problema que debemos afrontar además con ayuda psicológica y o médica? El sentido común de los padres, si estando cerca, siguiendo estos consejos y otros tantos mas que se les pueda ocurrir, el niño sigue siendo muy tímido, si no hay mejoría, solicite ayuda especializada sin demora. Todo problema con los hijos cuanto antes se solucione, mejor.

Para aprender más: Timidez en la Fundación Belén

Acaba de nacer y ya está viajando

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Una madre nos pregunta si su bebé recién nacido es capaz de aprender

Tu hijo, en estos momentos, recién nacido, es un pequeño viajero que inicia su viaje desde una vida y experiencia anterior: el vientre materno a una vida futura trascendente. Pero pasará por la tierra viajando por su tiempo. Y deberá aprovechar este tiempo, para bien propio y de todos los hermanos. A ti te toca iniciarle en esta gran aventura.

Alguien dirá que viene con la maleta vacía, como habrá de irse. Esa maleta que tratará de llenar día a día con su inteligencia emocional y toda clase de experiencias y sentimientos. Pero no es así. La maleta ya tiene algún contenido, además de toda la herencia genética, tiene vuestras voces, risas (y también vuestros gritos), vuestras caricias externas, viene cargada con la esperanza que habéis depositado en su persona…Este equipaje inicial determinará, en gran medida, la calidad humana de tu hijo.

El viaje ya ha empezado. Y la maleta ya se está llenando, lo queráis vosotros padres y madres, o no. Tú le puedes ayudar a rellenar esa maleta con el mejor material posible. Puedes llenarla de amor, de curiosidad, de autoestima, de lógica matemática, de capacidad inductiva…puedes ayudar a formar estructuras neurológicas de calidad que le permitan desarrollarse en todas las áreas de su potencial crecimiento según su propio ritmo de aprendizaje.

Desde el primer día se consciente al estrecharlo entre tus brazos que, no solamente estás demostrando cuanto le quieres, también estás moldeando su futura capacidad de amar. Eres su modelo primero y primario, recuerda que los niños aprenden imitando.

Al introducir a tu bebé en la bañera, en el momento que al sentir el agua en su piel da un respingo, tú háblale suavemente “no tengas miedo, estoy contigo, tu cuerpo flota, ves que divertido es el baño” y le enseñarás a tener confianza, no sólo en ti, sino también en lo desconocido.
Al darle de comer, cuéntale una historia, aprenderá a saciar no solamente el cuerpo, también el alma. Al salir de paseo, enséñale a mirar primero el cielo: muéstrale el sol, las nubes, los pájaros y después la tierra: las plantas, la calle, los coches, no sólo conseguirás que aumente su capacidad de observación, intuirá la visión poética.

Si al llegar la noche, antes de dormir, le haces un repaso en voz alta de su día, de todo lo que ha hecho, de lo nuevo aprendido y lo repasado, le ayudarás no solamente a conciliar el sueño, también a hacer examen de conciencia.

«No recibimos elogio mayor que el ser queridos». M. Necker

El niño, desde el nacimiento, es menesteroso, necesita de los demás para sobrevivir. El recién nacido es un activo buscador de figuras de apego, es una persona proyectiva, orientada hacia el amor y la comunicación.
El recurso a la furia es una reacción frecuente de las personas mayores en situación de conflicto psicológico con otros y esa recurrencia supone, por tanto, uno de los primeros, claros y llamativos, aprendizajes de la infancia.

El niño que ve a su madre irritada, o a su padre, levantar la voz y dar golpes se sentirá muy atraído para imitar este tipo de reacciones cuando se encuentre en una situación frustrante que, debido a su inmadurez, todavía no ha aprendido a superar.

No permitamos, entonces, que los niños nos tomen, en este aspecto, como modelos agresivos de comportamiento.

Recursos para mejorar la comunicación

enero 22, 2009. Sin comentarios

Este tema de la comunicación padres hijos es interminable en preguntas pero aún mas en posibilidades para mejorar, así que proponemos una serie de hábitos y recursos que la favorecen, esperando que algunos padres amplíen la lista.

  • Frecuentar ámbitos donde haya personas que hablen y escuchen al niño con respeto y atención, de acuerdo a sus posibilidades de comprensión y uso del lenguaje.
  • Más importante que hablarle mucho es hablarle con palabras y frases que se adecuen a sus posibilidades de comprensión. El niño muestra verbalmente y/o a través de sus comportamientos cuando no comprendió lo que se le dijo.
  • Mirar al niño a los ojos mientras hablamos.
  • Hablar despacio y darle tiempo para responder siendo pacientes para escucharle.
  • Es conveniente, y no sólo para el desarrollo del lenguaje, nombrar los estados de ánimo que el niño o la familia expresan: alegría, tristeza, ira, dolor, esperanza y también las causas, ya que facilita la comprensión de las emociones y genera confianza.
  • Elogiar sus logros y esfuerzos para hablar. Las expresiones de elogio permiten que el niño se apropie de ellas, para gratificarse o gratificar a otros al usarlas.
  • No corregir su gramática diciéndole «lo dijiste mal», solo repetir su frase con un ejemplo correcto. Las expresiones de desaprobación debemos limitarlas en su uso y sólo emplearlas para frenar comportamientos de riesgo, violentos o antisociales, tratando de redireccionar estos comportamientos utilizando palabras que orienten al niño hacia comportamientos saludables y positivos mostrándole, lo que está bien y lo que es seguro.
  • Los adultos debemos hablar como adultos. Hablar como un niño pequeño puede resultar gracioso para nosotros, pero al niño le confunde y no lo ayuda a desarrollar y perfeccionar su lenguaje. El niño pequeño es siempre capaz de entender más palabras de las que puede pronunciar.
  • Siempre tengamos presente que una conversación tiene 2 interlocutores, permitamos entonces al niño expresarse dándole tiempo y espacio para hacerlo, respetando y promoviendo la alternancia de los turnos para hablar. El juego del teléfono, por ejemplo, facilita este aprendizaje.
  • Hablémosle de las cosas que le interesan, que llamen su atención o despertemos previamente su interés: mira que puente mas grande¡, mira que casa tan alta¡ …
  • Usemos también expresiones corporales para comunicarnos: los gestos, la mímica de la cara o las posturas del cuerpo son recursos que facilitan la comprensión y enriquecen el diálogo.
  • Hay momentos que son más propicios para hablar y debemos aprovecharlos: el baño diario, el juego, las comidas, los paseos.
  • Es útil mencionar y repetir los nombres de las cosas y personas presentes.
  • Es conveniente enseñar al niño imágenes y describir sus formas, colores, belleza, ubicación, semejanzas y diferencias.
  • Hacer al niño participe de algunos quehaceres caseros mientras hablamos sobre ello por ejemplo: «vamos a comprar el pan», «alcánzame tus medias», «¿dónde guardamos la pelota?».
  • La repetición es fórmula de aprendizaje. Frecuentemente repitamos las ideas importantes: valores, cuidados, normas, variando las palabras cada vez.
  • Nombrar, repetir e identificar los distintos sonidos producidos por animales por ejemplo: ¿Cómo canta el pájaro? pio-pio, ¿y el gato? «miau», ¿y el perro? ladra «guau», la vaca muge «muuu».
  • Las canciones, las rimas y poesías, el juego compartido con los padres y hermanos y el relato de las acciones que le interesan mientras suceden, son buenos recursos para el desarrollo del habla.
  • Hablar es naturalmente placentero y es bueno recrear y mantener esa sensación mientras nos comunicamos con el niño a diario.
  • Escuchar con atención. La actitud atenta y valorizadora de quien recibe las primeras expresiones verbales del niño serán estimulantes y fortalecedoras para su progreso como hablante.
  • Hablar es naturalmente placentero y es bueno recrear y mantener esa sensación mientras nos comunicamos con el niño a diario.

Mejorando la comunicación

. Sin comentarios

Una madre nos pregunta cómo puede mejorar la comunicación con su hija que es muy muy callada.

Las vacaciones es un tiempo bueno para mejorar la comunicación con los hijos. A cualquier edad. Siempre. Porque tenemos mucho tiempo, libre y compartido y mejor humor.
En el caso de tu hijo el juego para mejorar el lenguaje debe ser a través de los cuentos, porque es la vida misma más la imaginación, porque para leer juntos es bueno tener en brazos al niño, porque enseñará a querer los libros cuando sea más mayor. No tienen por qué ser comprados. Lo ideal es hacer los cuentos “a su medida”, es decir confeccionarlos en función de sus gustos y circunstancias (el protagonista debe ser un niño muy parecido, de la misma edad, que se llama de otra forma, pero que vive en la misma ciudad y tiene el mismo número de hermanos, el mismo color de pelo, el mismo gusto de comidas…), ¿Cómo lo creas?. Jugando juntos. Recortando anuncios y pegando
los recortes en un cuaderno en blanco…Y hablando continuamente con tu hijo al tiempo
que vas creando el cuento.
Cuando se canse (que será al cabo de cinco-seis minutos aproximadamente) deja el cuento y cambia el juego, pasa a jugar al escondite. Cuando se canse vuelve a los recortijos de papel. Esta vez para pegarlos en una cartulina pequeña, formato naipes. Y crea diez cartas muy sencillas y muy bonitas (una taza, un plátano, una puerta, un perro, una pelota, una casa, un árbol…) El juego consiste en poner las cartas boca abajo y que el niño (y luego tú) “adivine” donde está el perro, el plátano… La risa es parte fundamental del juego. “No…esta carta no es el perro, es… el árbol¡. Ja-ja-ja”
Cuando se canse de los naipes, guárdalos para dentro de otro rato. Y juega a dar con la pelota a varios muñecos o coches dispuestos a dos pasos. “Ya le has dado al coche rojo…uy que cerca, vamos a probar otra vez¡”.
Es decir, es conveniente alternar el juego dinámico de “hacer” con el juego mas sedentario de “ver” cada diez minutos, siempre aderezando todo con mucho vocabulario de frases cortas y fáciles, siempre jugando y riendo, siempre con besos, abrazos y cercanía…Verás como aprende y no sólo a hablar.

La tiranía de la moda

. 1 comentario

Dos madres y un padre han coincidido, estos días de frío atroz, en comentarme su gran problema: su hijo/ hija adolescente no es que no quisiera llevar abrigo, es que ¡quería ir en manga corta a la escuela¡. Y no es problema menor el del vestir, así que allá vamos con la contestación, esperando que algún padre o madre más, intervenga en este asunto de la moda. Mejor dicho y para empezar: en esta tiranía de la moda.

Y por ahí empezaremos como padres responsables y tan pronto como el niño o la niña tengan cinco o seis años: para que en un futuro no muy lejano (diez años) puedan ser libres, independientes, autónomos, y ajenos a toda clase de tiranía es preciso hacerles ver su propia personalidad, valorar su individualidad única, su criterio (por escaso que sea) y poner de relieve muy elogiosamente su gusto en elegir –quien sabe elegir bien es elegante- ya sea un postre, una música, un pantalón, una revista, un espectáculo…
Como en todo tema de educación, en el tema de la elección de ropa es preciso asentar los cimientos en primer lugar y con hondura. Sí, con cinco o seis años la niña y el niño ya tienen gusto propio y pueden y deben elegir que ropa quieren ponerse para ir a la escuela, con la diferencia sobre lo que pasará diez años después, de que se dejan aconsejar, les gusta el aplauso de la madre en su elección “que bien combinas los colores” y de que cabe preguntar ¿no crees que estos zapatos es mejor dejarlos para un día de fiesta y hoy ponerte unas deportivas?.
Esto último, preguntar, es una de las acciones mas efectivas que podemos hacer los padres en todas las edades y sobre todo durante la adolescencia. ¿Cómo te encuentras? ¿Qué te gustaría te regalase de ropa? ¿Crees que me sienta bien este color?
Y esta última pregunta es muy interesante porque estamos interesados en conocer su criterio sobre un tema nuestro. Hasta aquí principios generales.
Ciñéndonos al tema de hoy, ir en manga corta en invierno para un adolescente es una machada, un desafío y ciertamente una estupidez. La machada es siempre para el “que dirán”. Si a ese adolescente en su salida en manga corta, nadie le viese, con seguridad se arroparía bien (ahí están las mantas de nuestros pastores serranos). El desafío es “para la norma de los mayores”, para que vean profesores y padres que yo hago mi voluntad (nada que objetar salvo que acepte las previsibles consecuencias de su acto “amplia libertad amplia responsabilidad”). Y la estupidez, es bien sabido, es propia de cada persona y cada persona tiene su ración y la muestra de forma diferente, así que es preciso reconocer la propia antes que criticar la de nuestros hijos.
Sería un error castigarle o prohibirle salir en manga corta. Porque no es un tema grave.
Sería un error discutir agriamente con el hijo adolescente por este tema, no tiene alcance.
Sólo cabe preguntar de paso y ya cuando está para salir: ¿Por qué no te gusta ponerte la cazadora con lo bien que te queda?

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